La tranquilidad de la Alta Montaña se transformó en caos con el masivo éxodo de fin de año de miles de turistas, en su mayoría mendocinos, que cruzaron a Chile para recibir el 2025 frente al mar Pacífico y, claro, aprovechar las ofertas en ropa y tecnología.
Los números avalan las extremas demoras que se registraron durante estos días en el paso internacional Cristo Redentor. Según la información proporcionada por la Coordinación Argentina de Fronteras en cuatro días (26,27,28 y 29 de diciembre) cruzaron al vecino país desde Mendoza 34.450 personas.
Estos viajeros pasaron el complejo fronterizo Los Libertadores en 7.745 autos y 171 micros.
El éxodo menduco volvió a los niveles de años récords, pero las quejas, y por ende los inconvenientes, siguen sin mostrar ningún avance pese a incontables intentos de gobiernos provinciales durante los últimas décadas: Falta de servicios aptos para contener a familias y a personas mayores que esperan durante horas en las inclemencias de la Alta Montaña. En las horas picos, la fila llegó hasta Las Cuevas y muchos mendocinos esperaran por más de 12 horas para pasar la engorrosa aduana chilena.
Más allá de las falta de servicios e infraestructura en la ruta internacional, hay un tema central que no depende de las autoridades argentinas y que no muestra ningún síntoma de mejoría pese a edificios nuevos y promesas en acuerdos bilaterales firmados ante flashes y micrófonos: la ineficiencia de la aduana chilena.
“Debe ser la única aduana en el mundo que revisa minuciosamente vehículo por vehículo. En Todo el mundo se trabaja con controles aleatorios. Es inaudito pensar en revisar auto por auto cuando el personal no es el adecuado, menos en estas fechas claves donde el tránsito aumento considerablemente”, opinó un alto funcionario argentino.
El estricto control del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es uno de los puntos más criticados por los turistas que ven una falta de celeridad casi extrema en los trabajadores chilenos.
El punto de conflicto es durante la noche, después de las 20, porque en el Complejo Los Libertadores (aduana chilena) se reduce la cantidad de cabinas que realizan el control migratorio. “Atendieron tres o cuatro, fue muy lento durante la noche y se juntó con la cantidad de autos que viajaba el sábado”, precisaron desde la Coordinación Argentina.
El enojo desde esta lado de la Cordillera es la falta de muestras de preocupación por parte de las autoridades trasandinas para resolver al corto plazo las demoras migratorias. “Parece que no quieren que crucemos, en definitiva vamos a gastar a su país. Es algo beneficioso para ellos, deberían atendernos mejor”, analizó Germán, uno de los miles de mendocinos que viajó a Reñaca junto a su familia.
“Saben que el tránsito va a ser mucho mayor que otros días, pero no prevén un plan de contingencia con más trabajadores. Las cabinas habilitadas suelen ser las mismas cuando cruzan 100 autos que cuando llegan 1.000 autos”, sentenció una fuente consultada.
El Paso Internacional Cristo Redentor está habilitado las 24 horas y hoy lunes 30 de diciembre la espera era solamente de una 90 minutos. Este año, la Vialidad provincial acondicionó predios en Uspallata y Punta de Vacas y la Municipalidad de Las Heras se encargó de la operación de los mismos. Estos espacios buscan dotar de servicios básicos a quienes se trasladaban. No se redujo la espera de más de diez horas según algunos testimonios pero la intención era que, al menos, fuera en mejores condiciones.
Recomendaciones para manejar en caminos de montaña
Cuando se está subiendo, la prioridad de paso es del vehículo que asciende, salvo que el que baje tenga acoplado y el que ascienda no. Un camión cargado que está bajando con la aceleración de la inercia, puede tener dificultades para reducir la velocidad y maniobrar.
Ante descensos pronunciados, siempre es preferible utilizar un cambio bajo (primera o segunda) si la situación lo requiere (caso de la zona de Caracoles).
Hacer cambio de luces altas a la noche, si se advierte que se trata de curvas y lomas cerradas que impidan la visibilidad.
En caso de detenerse por un caso de fuerza mayor, hacerlo lejos de la banquina. No detenerse en curvas o lugares con escasa visibilidad o que interrumpan la circulación.
Si el vehículo está estacionado en pendiente, dejarlo con el cambio colocado, el freno de mano levantado y calzado con piedras en las ruedas traseras. Evitar giros, aceleraciones y frenadas bruscas.
