Daniel Ariosto, como presidente de la UCIM, con un comunicado reclamó por el sistema de vacunación nacional. Bajo el título de “Vacunas para todos, ya”, el empresario hizo foco sobre los efectos colaterales que ha causado la pandemia, en como lastimó al sistema de salud y a la sociedad en general. Objetó las nuevas restricciones programadas y pidió por soluciones que corrijan el derrotero que ha tomado la economía. Alfredo Cecchi (FEM) y Mauricio Badaloni (UIM), ampliaron la visión y explicaron que el combate de fondo es contra la pobreza.
“Con el calor, los distintos hemisferios tuvieron su respiro y la posibilidad de reflexionar sobre lo actuado y rearmarse para los próximos picos que se desarrollarían con la vuelta del invierno, pero con un aprendizaje, la economía debía cuidarse de la misma manera que se cuidaba a la salud para no permitir que las empresas quebraran y cientos de miles de empleos se perdieran”, señaló Ariosto en el comunicado de prensa.
“Afortunadamente la ciencia se puso a disposición de los países y las vacunas, con una rapidez nunca registrada en la historia de la humanidad, surgieron para combatir este virus tan infeccioso como letal. Con más herramientas para enfrentarla, la segunda ola, que fue más virulenta, quizá fue manejada con más experiencia y con campañas de vacunación masivas que, con el tiempo, van mostrando su efecto”, agregó el empresario.
La realidad a la argentina
“Se perdió tiempo en equipar más a la salud. Hoy, a un mes del invierno, tenemos la capacidad de camas UTI al borde del colapso y en algunas regiones ya se está eligiendo a quien asistir con oxígeno y a quien no, porque no hay más recursos para asistir a los pacientes. Esto sin mencionar el estrés que sufre desde el inicio de la pandemia un personal de salud agotado y mal pago”, sostuvieron desde UCIM.
“El resultado de todo este desorden es que Argentina, a diferencia de la mayoría de los países de la región, posee niveles de vacunación bajísimos y casi nada de disponibilidad de un elemento que hubiese servido para frenar el avance de la segunda ola (…). Antes de que comiencen los fríos nuestro país está nuevamente cerrado. Partiendo de un escenario mucho peor que el de 2020, con 74.000 fallecidos, más de tres millones de personas que atravesaron la enfermedad y sin margen para nada”, remarcó el comunicado de la UCIM.
“Estamos buscando del gobierno nacional, de nuestro gobierno, la vacuna; queremos la vacuna porque es lo único que nos puede ayudar en la salud y la economía. Tendría un impacto positivo porque traería serenidad y cambiarían las expectativas. Estamos todos muy nerviosos, estresados por la situación y las infamaciones equivocas. El impacto de que todo estuviesen vacunados sería anímico, porque podríamos trabajar, recibir gente y desarrollar –con todos los cuidados necesarios- nuestras actividades”, explicó ayer vía telefónica Daniel Ariosto.
Confiando en una normalidad equilibrada
Consultado por Los Andes, el presidente de la FEM, Alfredo Cecchi comentó que el modelos del confinamiento está agotado pero “llegado el momento sanitario en el que estamos es la única herramienta. Afrontamos un confinamiento de nueve días, confiando en el gobierno provincial va a volver a una normalidad un poco más equilibrada. Las vacunas son indispensables, pero vamos a tener que manejarnos con lo que tenemos”.
El empresario recordó la promesa del ejecutivo nacional del 50% de la población vacunada antes del ingreso al inverno, una meta que está lejos de cumplirse. “Creo que necesariamente nos vamos a tener que acomodar, porque la segunda ola va a pegar muy fuerte, porque las empresas ya venimos lastimadas y con una actividad económica reducida, con un agotamiento de stock y financiero. El confinamiento de los nueve días nos va a afectar, creo que el gobierno nacional tiene que acompañar a las empresas con medidas más efectivas y rápidas; volver al IFE y los planes de ayuda”, puntualizó Cecchi.
La pobreza un combate de fondo
Por su parte, el presidente de la UIM, Mauricio Badaloni planteó la necesidad de conocer el plan que apalanca a las medidas sanitarias y luchar contra la pobreza estructural. “Entendemos la situación sanitaria que estamos atravesando, pero nos genera mucha incertidumbre que volvemos a los cierres; teniendo en cuenta que los casos son cada vez mayores y que las camas UTI se siguen ocupando. Pero no entendemos cuál es el plan; si es medidas restrictivas (que la OMS no recomienda en forma extensa), o si es generar un sistema de vacunación cercano a los cierres. Lo que nosotros vemos es que no existe un plan”.
“Abrir y cerrar lo único que va a provocar es un efecto residual en la economía, que va a generar –de alguna manera- que la pobreza se transforme en estructural y crezca la cantidad de indigentes; estamos combatiendo contra eso, porque con el aumento de la pobreza vamos a tener un país distinto. Creo que ese es el combate de fondo y que uno trata de explicarlo en base a la generación de empleo, de riqueza. En tratar de que las compañías estén en blanco… hoy el problema es cómo pagamos sueldos”.