Elvira Calle de Antequeda, nieta del fundador de Los Andes, Adolfo Calle, fue una de las personalidades más destacadas y activas del siglo XX mendocino. Y es que la mujer no solamente fue parte del directorio del diario durante casi 50 años, sino que su compromiso social y cultural la llevó a convertirse en una referente que trascendió lo meramente periodístico.
Pero, además, Elvira también marcó un hito en la historia de la actividad notarial de Mendoza. Porque fue la primera escribana mendocina recibida con un título de universidad nacional. Fue en 1938 cuando la escribana Elvira Calle de Antequeda recibió el título de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Tres años antes, en 1935, fue Carmen Álvarez de García la primera escribana mendocina propiamente dicha. Álvarez de García consiguió el título tras rendir el examen ante la Suprema Corte de Justicia -único requisito que se exigía hasta la institucionalización de la carrera-, por lo que se le otorgó el título e inscribió en el Registro de Notarios.
Por esto mismo es que tanto Carmen Álvarez de García como Elvira Calle de Antequeda serán homenajeadas post mortem por el Colegio Notarial de Mendoza con motivo del 110 aniversario. Será durante la celebración que tendrá lugar este jueves, 23 de mayo, de 19 a 21, en calle Patricias Mendocinas 756.
LAS PRIMERAS ESCRIBANAS MENDOCINAS
Si se tiene en cuenta que una importante cantidad de fuentes de investigación quedaron sepultadas bajo los escombros del fatídico terremoto del 20 de marzo de 1861 -y que se cobró la vida a más de 4.000 personas-, resulta difícil remontarse a los orígenes de la actividad notarial en Mendoza y a quiénes fueron los primeros escribanos mendocinos.
No obstante, se ha logrado recuperar y reconstruir gran parte de la historia notarial provincial.
Así, por ejemplo, se ha permitido documentar que la primera escribana mendocina fue Carmen Álvarez de García (1935), mientras que la primera en contar con un título universitario vinculado a la profesión fue Elvira Calle de Antequeda. Y por ello ambas mujeres serán homenajeadas en el 110 aniversario del Colegio Notarial de Mendoza.
Durante toda su vida, Elvira Calle de Antequeda (1911-2007) se destacó por su gran capacidad intelectual. De hecho, terminó su bachillerato con solo 15 años, y siempre mantuvo un carácter inquieto, lo que la llevó a realizar diversas actividades y que fueron desde la farmacia hasta la construcción.
Obtuvo el título de escribana en la Universidad de Buenos Aires y luego el de Licenciada en Ciencias Políticas de la UNCuyo. Su pasión era la sociología, y fue tan destacada su tarea que fue convocada para trabajar en La Sorbona (París). Aunque se negó por una razón familiar y empresarial.
“Me pidieron que me hiciera cargo del diario y lo hice. No me arrepiento. El diario es parte de mi vida y lo que siempre he dicho es que tiene que ser un bien para la sociedad, la gente tiene que poder expresarse por el diario. Hay que educar a la población. Esa es la misión que tiene Los Andes”, dijo Elvira alguna vez.
La mujer ingresó al directorio de Los Andes a mediados de los 60 y condujo el periódico como presidenta hasta su muerte, en 2007.
LOS ORÍGENES DEL COLEGIO NOTARIAL DE MENDOZA
Los orígenes del Colegio Notarial de Mendoza se remontan al 7 de mayo de 1914, más precisamente en la escribanía de Salvador Reta y Manuel S. Villalobos, ubicada en la calle Rivadavia al 244 (Ciudad de Mendoza).
Allí se dio el puntapié inicial para esta institución, momento histórico en que destacados escribanos mendocinos se reunieron para constituir una asociación civil bajo el nombre de Colegio de Escribanos. Pero fue recién el 25 de julio de 1915 cuando se aprobaron, por decreto provincial, los estatutos de la institución y durante la gobernación del también escribano, Francisco Álvarez.
Durante los primeros años, el título de escribano lo otorgaba la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, mientras que el ejercicio era reglamentado por la Ley Orgánica y las acordadas de la Corte.
Y ante esta falta de solidez e independencia jurídica, en 1964 se sancionó en Mendoza la Ley 3.058, que organizó la función de los notarios y estableció las bases para el colegio tal como se lo conoce en la actualidad.
Esta ley, que sigue vigente -aunque con modificaciones- recoge el espíritu del Notariado Latino, estableciendo la estructura interna del notariado mendocino.
En cuanto a la actualidad, desde hace años la entidad apunta a la modernización en plena era digital. Este proceso apunta al ahorro de tiempo y facilita la intervención de los escribanos en los negocios jurídicos, sin renunciar a los principios notariales y mantener la seguridad jurídica.
Una de las herramientas más recientes es la del “Certificado de aplicación notarial digital”, lo que permite al notariado mendocino contar con su firma digital y avanzar hacia las actuaciones digitales
BRINDIS Y HOMENAJE
El Colegio Notarial de Mendoza celebrará sus 110 años mañana, jueves 23 de mayo. Será en la sede central y se realizará un brindis entre colegas, sorteos, ágape, entrega de distinciones y la presentación del material histórico.