Como el extracto de un videoclip filmado en el Caribe, en Miami o en Ibiza; pero en las calmas y más próximas aguas del Carrizal. Así podría describirse la secuencia de fotos y videos que se conoció el fin de semana pasado y que incluye a varias personas, quienes participaron de una fiesta clandestina aguas adentro del embalse que comparte jurisdicción entre Rivadavia y Luján.
En el contexto de pandemia de coronavirus y de restricciones vinculadas al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO); la reunión social infringió varias de las disposiciones. Por esto mismo es que se inició una investigación penal (por incumplimiento al artículo 205 del Código Penal); y la mayoría de los participantes ya están identificados.
Pero los incumplimientos no quedan solo allí. Y es que, además -y según se observa en los videos-, la tripulación no llevaba colocados los chalecos salvavidas reglamentarios, consumían bebidas alcohólicas durante la navegación y la ocupación de las -al menos- dos embarcaciones superaba la capacidad de fábrica (ni hablar de la limitación de acuerdo al protocolo de pandemia, que establece que no supere 50% de la capacidad real). Todas estas faltas están contempladas como infracciones a la Ley Provincial de Náutica.
Por esto mismo es que, en paralelo a la investigación penal (con la supervisión del Jefe de Fiscales de la Tercera circunscripción, Oscar Sívori); la comisión directiva del Yacht Club de Mendoza se puso a disposición de la Justicia y de la Dirección de Recursos Naturales para aportar la información necesaria que permita esclarecer el hecho. Incluso, según confirmó el presidente de la entidad, Juan Fernando Zalazar, tomaron la decisión de suspender a tres socios del club, quienes están entre los participantes identificados de la fiesta clandestina.
“Partieron cumpliendotodas las normas”
Zalazar destacó a Los Andes que ya han definido medidas internas para los tres socios que han sido identificados. “Los vamos a suspender en su condición de socios. Cuando ellos salieron del club a navegar, lo hicieron en condiciones: iban con chalecos salvavidas y cumpliendo el límite de cantidad de ocupantes. Es muy probable que al resto de la gente la hayan subido en otros lugares de la costa; o bien que hayan llegado con motos de agua. Pero nosotros controlamos que cuando saliesen, llevasen todos los elementos, la documentación en regla y respetasen la capacidad permitida”, agregó Zalazar.
Por otra parte, también indicó que -según consta en los registros-, “ese domingo zarparon dos lanchas registradas en el Yacht Club de Mendoza; y con no más de cuatro personas en cada una. Después, cuando llegaron al lugar, se sacaron los chalecos salvavidas. Pero en las embarcaciones estaban”, destacó el presidente.
Escape a la victoria
Según consta en la documentación con que la Justicia ha logrado reconstruir los hechos -al menos, provisoriamente-, cerca de las 17:30 del domingo las embarcaciones fueron avistadas por un bote de Bomberos. Y cuando este último se disponía a ir a su encuentro, los vehículos que se habían convertido en el escenario de la fiesta, emprendieron la huida; como si se tratara de una persecución en aguas internacionales. No obstante, los ocupantes del barco de Bomberos alcanzaron a identificar las patentes de los infractores; y los efectivos labraron un acta a nombre de quienes figuraban como propietarios en los registros.
Precisamente esta documentación, sumada a los videos -registrados por los teléfonos de los propios participantes y donde se identifican algunos ocupantes de las lanchas- son las principales pruebas con que cuentan los fiscales Raúl Buscema, Emiliano Ortega y Oscar Sívori para haber identificado a, por lo menos, siete personas con nombre y apellido. Y tener a unas 20 participantes en total en la mira.
“La primera vez que se los observó fue casi de forma casual. Porque un joven, que nada tenía que ver con la fiesta, se había metido al embalse con en su jet sky; y, tras hacer una mala maniobra, se le hundió. Entonces la gente de Náutica salió a buscarlo para ayudarlo y allí se encuentran con la fiesta, la ven a lo lejos. Pidieron asistencia a Bomberos, y cuando la lancha de bomberos pretende acercarse, se dan a la fuga; aprovechando que las embarcaciones eran más rápidas”, indicó una fuente de la investigación sobre el acta que se labró, pero nunca pudo ser entregada.
Si bien la mayoría de los participantes de la fiesta están identificados, no están detenidos ni aprehendidos. En su mayoría, son reconocidos comerciantes y empresarios de San Martín (incluso uno de ellos ha sido identificado como el dueño de uno de los botes, pero no se lo observa en las imágenes). Y por esto último es que Sívori resolvió que la causa continúe en su órbita; aunque aún no se logra determinar si la fiesta se dio en la jurisdicción del espejo de agua de Rivadavia o de Luján.
Para determinar la ubicación exacta de la celebración prohibida, es clave el desbloqueo de un lujoso teléfono que ya está en poder de la Justicia. Y es que ese dispositivo -perteneciente a uno de los identificados- sería el que se utilizó para registrar el video que ya ha recorrido todo el país; y la geolocalización será clave para conocer el punto exacto del encuentro.
¿After Party?
La misma investigación, centrada en una veintena de participantes; tiene otra pata que también busca ser comprobada por los fiscales para completar el circuito. Y es que existe otro video en el cual se observa a muchos de los participantes siguiendo con el festejo en otra balsa -distinta a las ya identificadas- amarrada a otro club, y donde se observa que el atardecer ya está llegando a su fin.
De esta manera, la pista es que luego de escapar del primer control; la fiesta se trasladó a otro punto del espejo de agua, y también a otra embarcación. Pero con el mismo espíritu y las mismas infracciones ya detalladas.
Se espera que durante las próximas horas declare personal de Recursos Naturales y de Náutica que se desempeña en el embalse. Y no sería la primera vez que alguno de los involucrados en este episodio incurre en algunas faltas al momento de salir a navegar.