En septiembre de 2021, impulsado por el ascenso meteórico que venía experimentando en su carrera como boxeador, Ariel Camargo y su padre, Marcelo, dejaron su casa de Las Heras y su día a día mendocino para mudarse a España. Primero llegaron a las islas Canarias, donde se instalaron con perspectivas de crecimiento y de éxito, motorizados por una propuesta que no llegó a concretarse en el lugar. Y luego se mudaron hasta Alicante, ya en la parte continental de España, donde Ariel entrenaba mañana y tarde para seguir forjando su camino como lo que era: una joven promesa del boxeo que comenzaba a convertirse en realidad.
El 25 de enero de este año, cerca de las 7:55 de una mañana fría y lluviosa en pleno invierno español, Ariel fue atropellado mientras iba en su bicicleta para entrenarse en el gimnasio. Una mujer lo arrolló en un episodio que dejó más dudas que certezas, el joven de 21 años falleció en el acto a raíz del golpe que se dio en la cabeza al caer y –extrañamente- el caso se cerró en tiempo récord. La carrera, el futuro promisorio y la vida de Ariel quedaron truncas, mientras que el caso quedó impune y jamás se condenó a nadie.
“Hacía mucho frío y llovía. Mi hijo iba al entrenamiento como cada mañana, pero una mujer que no frenó lo atropelló. Mi hijo murió en el acto, de un golpe en la cabeza. Pero nunca supimos bien qué pasó y el caso quedó en nada, fue hasta llamativo que su teléfono estaba destrozado como si le hubiera caído una piedra encima. Y nosotros solo sabemos que el caso quedó cerrado, que el abogado que nos acompaña –ya es el segundo- quiso ir a ver el expediente hace unos días y le dijeron que no podía verlo porque estaba cerrado. El lunes 25 de julio se cumplen 6 meses del accidente y de la muerte de mi hijo y todavía no sabemos qué pasó”, resume la mamá de Ariel, Paola Torres, desde Alicante.
El próximo viernes, 29 de julio, amigos y familiares de Ariel Camargo que están en Mendoza se movilizarán al consulado español en la provincia exigiendo que se haga justicia por la muerte del joven deportista, que el caso no quede impune y para que se le dé visibilidad a la tristeza que atraviesa la familia ante tanta incertidumbre.
Una joven promesa que ya era realidad
“Ariel era un excelente boxeador, pero –principalmente- una excelente persona. Cualquiera que lo haya conocido te lo puede asegurar. Y estaba muy entusiasmado con la posibilidad de hacer carrera en España”, repasa, con dolor, Paola la manera de ser que tenía su hijo. En Mendoza ya había dado muestras sobradas del futuro que le deparaba en el ring y había integrado hasta combinados nacionales con los mejores boxeadores del país. Pero distintas circunstancias lo llevaron a buscar su horizonte en España. “Se dio cuenta de que era muy ‘sálvese quien pueda’ y no le gustó eso, por eso se fue con su papá a España”, repasa su mamá.
Marcelo Camargo, su padre y gran mentor, es entrenador y trabajaba en la Municipalidad de Las Heras. Pero en septiembre del año pasado encontraron una inmejorable oportunidad para la que tendrían que viajar a Canarias. No lo pensaron dos veces y dejaron Mendoza con dirección a las islas españolas ubicadas en el Atlántico. El detalle es que, cuando llegaron, las cosas no eran como se las habían comentado y el primer proyecto en el lugar quedó en nada.
Pero Ariel Camargo no tardó en encontrar otra oportunidad. “Lo de Canarias fue como un engaño, pero de inmediato le salió una nueva posibilidad en Alicante. Le hicieron una propuesta por 3 años para que Ariel entrenara en un gimnasio y un equipo del lugar”, reconstruye su madre. Inicialmente, la idea era que Ariel y su padre se instalaran en el lugar y, ya con el panorama más claro, Paola viajara para quedarse con ellos ya en febrero. Pero el panorama nunca se aclaró y, muy por el contrario, se tornó más oscuro y gris que nunca.
“El 25 de enero de este año, por la mañana, una mujer lo atropelló cuando iba a entrenar en bicicleta. Ariel estaba cruzando la calle, la señora no frenó y se lo llevó por delante. Estaba lloviendo esa mañana y hay un montón de cosas que nunca nos cerraron. Por ejemplo, a mi esposo recién le avisan del accidente a las 13:30 (también hora de España) y le dicen que mi hijo estaba muerto. Pero no lo dejaron ver el cuerpo ni se lo entregaron. Yo le había escrito a Ariel un mensaje, como lo hacía cada mañana, y le figuraba con los dos tildes de recibido, pero sin leer. Cuando nos entregaron el celular, ni siquiera se podía prender y estaba aplastado como si le hubieran tirado algo encima. Es raro, porque el impacto había sido solo en la cabeza”, rememora con angustia e impotencia Paola Torres, mamá de Ariel. “Además nos dijeron que el móvil vibraba todo el tiempo, que lo siguió llamando mucha gente y también le llegaban mensajes hasta las 10 u 11; es decir, hasta dos o tres horas después del accidente”, acota.
La mujer adelantó su viaje previsto para el 13 de febrero y viajó a España el día siguiente del trágico accidente en que falleció su hijo. Llegó el 26 de enero por la noche y recién el 27, cuando fue el velatorio, les entregaron el cuerpo sin vida de su hijo.
“Ese mismo día empezaron las cosas extrañas. Cuando el primer abogado que tuvimos fue a buscar el informe que la Guardia Civil había hecho del accidente, volvió diciéndonos que no podía hacer nada. Él le dijo a mi esposo que la mujer que atropelló a Ariel tenía gafas y que en la licencia decía que tenía restricciones para manejar en ciertos horarios. ¡Y a esa hora estaba oscuro y llovía!”, rememora Paola, con impotencia. “Luego buscamos otro abogado y él nos confirmó que la mujer tenía prohibido manejar en esos horarios. Después desde la Guardia Civil quisieron convencernos de que toda la culpa había sido de Ariel, cuando -por lo que sabemos- un coche le frenó y lo alumbró cuando iba pasando, mientras la mujer del otro lado fue quien lo atropelló”, explica la mamá de la joven víctima.
Incluso, el informe de los efectivos que intervinieron en el lugar deja constancia de que no había marcas de frenadas en la calzada, mientras que los padres del boxeador insisten en que varios amigos de Ariel Camargo fueron hasta el lugar y se observaban las marcas.
“Como todos sabemos, los casos donde hay una muerte -y en especial de esta manera- tardan años en resolverse. Pero acá todavía no pasaron ni 6 meses y ya archivaron todo. El segundo abogado que pusimos quiso ir a ver el expediente del caso y le dijeron que estaba cerrado y no podía ni consultar el expediente. La jueza le pidió a nuestro abogado que no siga el caso, las cosas son demasiado raras y no hay nadie detenido. La muerte de mi hijo está impune”, resume Paola.
Reclamo de justicia, desde Mendoza y hasta España
El lunes 25 de julio se cumplen 6 meses de la trágica muerte del boxeador mendocino Ariel Camargo (21), quien fue atropellado en Alicante (España). El caso ya fue cerrado, para las autoridades del país europeo la responsabilidad fue del propio joven y no hubo condenados por el episodio; ni siquiera la mujer que –según resalta su familia- manejaba el auto que lo atropelló y que tenía restricciones en su licencia de conducir.
Por esto mismo es que, mientras sus padres continúan en España intentando que se reabra la causa, el próximo viernes (29 de julio) los amigos y familiares de Ariel Camargo marcharán en Mendoza y se manifestarán en la puerta del Consulado de España en la provincia.
“Nadie se hizo cargo de nada, ni el seguro de Ariel, ni el seguro del coche de la mujer. El consulado argentino de Barcelona se comunicó con nosotros durante los primeros días posteriores al accidente, pero siempre nos dijeron lo mismo: que no podían hacer nada. Vamos a seguir en España hasta que sepamos qué se puede hacer y después veremos. Necesitamos que se haga justicia primero”, destaca Paola Torres, mamá del boxeador que murió atropellado a principios de año.
La movilización del viernes 29 de julio comenzará a las 11 en la Plaza Independencia y desde allí marcharán hasta el consulado español. “Queremos que se reabra el caso, que se sepa realmente qué pasó. Aquí no se ha hecho cargo nadie de nada”, concluye la mujer.