El misterio es algo atractivo y excitante. Lo que no se ve, lo sugerido, el roce, un perfume, un susurro pueden despertar los sentidos más allá de lo esperado. El Tantra, entre muchas manifestaciones, tiene al sexo como una de las más importantes o, al menos, más difundidas en Occidente.
Sin embargo, todo lo que llega desde el lejano Oriente termina, en cierto sentido, fragmentado o disociado de su esencia, envasado para una cultura como la nuestra que aún sigue sin entender que la materia es energía y que el cuerpo, la mente y el espíritu conforman una unidad sincrónica e indivisible. Somos lo que comemos, lo que pensamos y lo que sentimos.
Tal vez por este motivo, nos cuesta tanto separar al sexo de la genitalidad y concebimos al orgasmo como una respuesta espasmódica a un estímulo mecánico por la fuerza de fricción entre dos superficies de contacto.
Por eso mismo tenemos mucho que aprender de las culturas milenarias.
Una diferenciación importante a remarcar es que no se trata de Kamasutra, que son posturas sexuales para que la mujer sienta mayor placer
No son pocos los que afirman que el sexo tántrico es una experiencia inigualable porque, entre muchos beneficios, ayuda a encontrar una mayor conexión con la pareja. Expertos en sexo y relaciones como Pepper Schwartz, socióloga y sexóloga experta en Filosofía de la Universidad de Washington en Seattle, explican que “no estamos construidos para tener orgasmos solo con la penetración” y realmente hay muchas maneras, más efectivas, de lograrlo.
Hay un álbum llamado “Binaural Beats Ultra” (se puede encontrar en Youtube) que dice que su música ayuda a las parejas a llegar al orgasmo sin tocarse, simplemente escuchando las canciones con audífonos y poniendo atención en la pareja, su respiración, sus sensaciones y el ritmo de la música.
De este modo supuestamente se puede llegar a orgasmos más intensos, a través de la respiración y la concentración.
Muchos estudios (porque en Occidente necesitamos que la ciencia lo confirme) demuestran que se puede tener un orgasmo sin necesidad de tener un contacto físico, y mucho menos, estimulación de las zonas erógenas.
Varios tratados aconsejan al menos siete puntos para lograrlo.
Cambiar el concepto de orgasmo
Para empezar, el sexo no tiene que tener como único objetivo lograr un orgasmo. Pero lograr una explosión orgásmica en la pareja sí se puede lograr con el sexo tántrico mediante la experiencia de un orgasmo energético. Es una experiencia de cuerpo completo que no solo se trata de placer sexual, sino que también proporciona una sensación de liberación física y emocional a través de meditación y movimientos suaves que generen sensaciones diferentes en tu pareja.
Un orgasmo energético se puede experimentar solo o en pareja a través del sexo tántrico y te permite llegar al clímax sin siquiera acercarte a las zonas erógenas físicas. -no solo a través de la estimulación de los genitales-. Algunas personas lo describen como una sensación de puro éxtasis, mientras que otras afirman que les ayudó a superar un trauma sexual pasado, ya sea una disfunción eréctil o una incapacidad para alcanzar el orgasmo “normal”.
Abrir la mente
Para iniciarte en el sexo tántrico y llegar a un orgasmo energético hay que liberar la mente y dejar que la sensación orgásmica pueda fluir en todo el cuerpo. La mayoría de las personas solo se permiten experimentar estas sensaciones durante la estimulación genital, pero una vez que se dan cuenta de la posibilidad de conectarse con esta energía sin contacto físico directo, la oportunidad de hacerlo se vuelve mucho más alcanzable.
Crear la atmósfera ideal
Si bien lo esencial es abrir la mente para iniciar el proceso, también hay cosas que se pueden hacer para crear la atmósfera adecuada. Por ejemplo, velas, incienso y música meditativa pueden promover la relajación inicial.
Prepararse internamente
Comenzar haciendo respiraciones profundas imaginando luces tenues y delicadas que se mueven a través del cuerpo con cada inspiración y exhalación, para sentir energía moviéndose desde la pelvis hacia la cabeza.
Amor propio
Pensar en uno mismo con amor, en lugares y paisajes hermosos donde quisiera estar hasta lograr pensamientos amorosos, para luego pasar a pensamientos sensuales, mediante una una transición suave. Paulatinamente se pueden ir incorporando pensamiento de cosas que resulten excitantes, compenetrándose con la música.
Preparar el cuerpo
Lo normal es llegar al orgasmo acostado, sin embargo, para tener un orgasmo energético, algunas personas se dan cuenta de que la posición de loto -es decir, sentarse con las piernas cruzadas- les funciona mejor y les permite que la energía se mueva por el cuerpo. Seguir el ritmo de la respiración y dejar que la columna se mueva en un movimiento de balanceo, permitiendo que el placer y la energía se extiendan desde los genitales hacia arriba por todo el cuerpo. Girar las manos para que las palmas miren hacia el techo y extenderlas hacia afuera para activar y sentir la energía. Con las yemas de los dedos, intentar difundir esta energía a lo largo del cuerpo, moviendo las manos en espiral desde la cabeza hacia los genitales.
Darse espacio para sentir
A medida que se prepara mentalmente para llegar al orgasmo, se pueden experimentar algunas de las sensaciones físicas que sentiría durante un orgasmo estándar. Es posible retorcerse o hacer sonidos durante este proceso, por lo que debe asegurarse de estar en un lugar cómodo para que esto suceda. Lo importante es no frustrarse si no se llega al orgasmo energético a la primera, ya que requiere práctica y tiempo. Tómarse el tiempo para jugar con las posiciones y movimientos y permitirse liberar la mente. Ejercitarse a diario también ayuda a lograr la experiencia.