El sangrado de encías al cepillarse los dientes suele ser una situación común. Sin embargo, las preocupaciones aparecen cuando esto es persistente. Y allí surge la pregunta: ¿puede ser síntoma de algo más? ¿Hay riesgo en los dientes o también en otros órganos? ¿Es producto de un cepillado brusco? ¿Debo cambiar el cepillo o la pasta dentífrica?
En principio, la situación de encías que sangran constantemente pueden ser síntoma de enfermedades más graves. En 2021, el Departamento de Peridoncia de la Universidad de Londres publicó las conclusiones de un estudio donde se estimaba que “los participantes con periodontitis tenían un 60% de riesgo mayor de padecer hipertensión que aquellos que tenían las encías sanas”. Esa misma investigación, apuntaba que tales “asociaciones fueron independientes de la edad, el sexo, el nivel de tabaquismo y el consumo de alcohol, entre otras variables”.
En la misma línea apareció un estudio español, el de la Sociedad Española de Peridoncia y Osteointegración (SEPA), que determinó que hay “una estrecha relación entre la eficiencia muscular y la capacidad cardiorrespiratoria y la inflamación sistémica que suele acompañar a las enfermedades de las encías”.
Así que es cierto que, si bien en ocasiones el hecho de que sangre una encía puede ser simplemente producto de un cepillado fuerte, que hasta puede irritarse con la pasta de dientes, también puede darse por otras cuestiones.
La causa más común detrás del sangrado de las encías es la acumulación de placa bacteriana en los dientes. Al no limpiarse debidamente, esa placa se endurece y se convierte en sarro, y este queda atrapado en la base del diente, provocando que las encías se inflamen, se irriten y que sangren durante el cepillado. El nombre médico de esta dolencia es gingivitis.
Si una persona padece de gingivitis y no se trata, esto puede degenerar en peridontitis, esto es, que la infección se extienda desde las encías hasta los ligamentos y los huesos. A la larga, eso termina produciendo la caída de las piezas dentales.
Otros motivos, no menos importantes, podrían ser la existencia de algún tipo de infección detrás de la inflamación y el sangrado; una deficiencia de vitamina K o de vitamina C (escorbuto); algún trastorno hemorrágico; y en el peor de los casos, leucemia.
Si tenemos en cuenta todas estas particularidades, resulta evidente que no debemos dejarnos estar si vemos que el sangrado de encías suele manifestarse frecuentemente. Y consultar de inmediato con nuestro odontólogo.