El Sameauta: un mirador huarpe de arena en el paisaje agreste de Lavalle

Es un médano de más de 20 metros de altura en Gustavo André. Cuenta la leyenda que lleva el nombre de un cacique que ordenaba vigilar la zona.

El Sameauta: un mirador huarpe de arena en el paisaje agreste de Lavalle
El Sameauta es uno de los tres puestos de vigilancia que utilizaban los antiguos pobladores lavallinos. / Foto: Gentileza.

“Desde acá, cuando el cielo está despejado, se puede ver la llama del ‘fosforito’ de la destilería de Luján o los aviones que despegan y aterrizan en el aeropuerto. Es un lugar estratégico, siempre lo fue”, asegura Freddy Jofré, vecino de San Pedro, en el distrito de Gustavó André al norte de Lavalle. A casi 80 kilómetros de la ciudad capital, este puestero dedicado a la producción caprina dispone de un mirador natural en pleno secano lavallino: el Sameauta.

Se trata de un gran médano, un alto -como se lo conoce en la zona- de más de 20 metros de altura, que permite una amplia observación. “Llevo más de 20 años aquí, junto al médano, pero mis viejos y mis abuelos siempre tuvieron el puesto aquí, en el Sameauta, que es el nombre de esta montaña de arena”, cuenta orgulloso Jofré.

El campo agreste del Norte, la zona cultivada hacia el Este, las luces de la villa de Lavalle al Sur y las montañas de la precordillera al Oeste componen el vasto paisaje que ofrece “el alto”. “Desde la base hasta la cumbre tenés 132 metros, con una pendiente bastante importante pero que cualquier persona puede subir; no tiene mayores dificultades, salvo la caminata entre la arena”, explica Freddy y cuenta que seguramente el tiempo, el viento y los grandes movimientos de agua edificaron este sitio que sirvió de mirador natural a los antiguos pobladores de estas tierras: los huarpes.

Un mirador huarpe de arena en el paisaje agreste de Lavalle
Un mirador huarpe de arena en el paisaje agreste de Lavalle

“Por lo que nos contaron nuestros abuelos, el Sameauta era el jefe del grupo, el cacique, que ordenaba vigilar desde este lugar. Era un puesto de observación que podía anticipar la llegada de invasores, visitantes o anticiparse a los fenómenos naturales, como las crecidas de agua”, relata.

El puestero, que elabora queso de cabra para comercializar, una actividad que lleva tres generaciones, destaca que el pasado de humedales en la zona ha dejado marcas en el suelo. “Tenemos lagunas naturales y ramblones (hechas por los pobladores) que se llenan de agua cuando llueve, como ha sucedido en estos días. Siempre hay represas naturales y nosotros, como los antiguos, tratamos de cuidar el agua: hacemos cierres con cercos y ramas para mantenerla”.

El cauce del río Mendoza se encuentra a unos 2 kilómetros del médano, que está al límite con la localidad de Asunción. “En esta zona hay dos puntos más de vigilancia: el Alto de Canente, que está a unos 5 kilómetros, y el Moyano, a unos 12 kilómetros” describe Freddy. Cabe señalar que en Lavalle el médano más conocido es Altos Limpios, ubicado en la reserva natural de los Bosques Telteca, sobre la ruta 142 (Altas Cumbres).

Freddy comenta que, según la tradición oral, el Sameauta tenía una tapera, un refugio cerca del mirador, y que aún se puede observar parte de ella.

Fabián Jofré es hermano de Freddy y es guía de turismo. Señala que les gustaría potenciar esta zona que tiene mucho por ofrecer. “Hay muchas historias y leyendas de tradición oral. Se puede disfrutar de los paisajes naturales y conocer las costumbres de los antiguos pobladores. Si bien los huarpes eran pacíficos, siempre mantenían vigiladas las zonas que habitaban”, reseña Fabián. Y señala que al sitio se accede por la ruta 34 de Lavalle, para continuar hasta Costa de Araujo, con dirección a Gustavo André. “Por calle Moyano hay que dirigirse hacia el Este, hasta el final de la calle San Pedro, serán unos 2 kilómetros aproximadamente y a la izquierda del camino está la última casa, que tiene un molino de viento, ahí está el puesto Rosales, donde está mi hermano. Y desde allí, a unos 700 metros está el alto”, nos guía.

Desde el municipio de Lavalle, la titular de Turismo Ana Castillo informa que el Sameauta, hasta hace un tiempo, era un sitio prácticamente desconocido pero que tiene un gran potencial en el marco de la promoción de turismo rural. “Concretamente, en diciembre iniciamos la actividad en el lugar, con visitas guiadas en noches de luna llena, con previo recorrido y reconocimiento de la flora y fauna del lugar. La visita culmina con una degustación de queso de cabra artesanal del productor de la zona y vino casero, que es el otro producto que quiere potenciar Lavalle”, invita la funcionaria. Finalmente destaca que para el otoño se tiene previsto continuar con estas visitas guiadas, previa reserva.

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