A pesar de la llegada de la segunda ola de casos de coronavirus a Mendoza, locales y turistas parecieron no temer el contagio y salieron a disfrutar de la montaña en el que puede ser el último fin de semana largo antes de que rijan nuevas restricciones.
Miles de visitantes llegaron desde el jueves a Potrerillos, dispuestos a descansar y aprovechar el buen tiempo. Sin embargo, muchos también subieron a pasar el día, motivados por la falta de dinero o por no haber conseguido lugares para alquilar.
Gastón Groselli (30) trabaja en un restobar de Las Carditas y, además, le administra una casa a su tía. “La alquilaron del jueves al domingo. Tuvimos muchísimos pedidos pero debimos rebotar a muchos por la cantidad de personas que eran o porque ya estaba ocupada”, señaló.
Asimismo, el joven reconoció que muchos amigos tienen cabañas en alquiler por la zona y, según le comentaron, “tienen todo lleno”. No obstante, a partir de su trabajo, aseguró: “También vemos gente que ha venido sólo por el día”.
Ayer el Ministerio de Turismo y Cultura informó que se vivió un fin de semana extra largo con una ocupación que alcanzó el 90%. Además destacaron el interés que despertó el festival Música Clásica por los Caminos del Vino por el que varios turistas se volcaron a la provincia.
Si bien muchos consultados aseguraron que el movimiento de este fin de semana largo fue similar al de otros previos, en general coincidieron en que la ocupación de cabañas y casas de alquiler fue particularmente alta.
“Está todo lleno; nosotros venimos siempre porque tenemos casa, pero ahora vemos gente en todos lados”, precisó Ángeles Manguche (37), quien llegó el jueves junto a su familia con la idea de quedarse hasta el domingo.
En una recorrida por la zona, Los Andes pudo observar que prácticamente todas las casas estaban ocupadas, con pocas excepciones.
En consecuencia, los bares, casas de té y cervecerías de la zona recibieron a quienes optaron por salir a tomar o comer algo en la montaña.
Alejandra, Celia, María y Adriana, un grupo de amigas que estaban alojadas junto a sus parejas en una cabaña de El Salto, comentaron que prefirieron “salir a tomar la media tarde mientras ellos se quedaron viendo fútbol”.
Por su parte, Facundo Quiroga (37) alquiló una casa en la misma localidad. “Hace un mes la reservamos por el finde largo. Llegamos el viernes y somos dos familias”, compartió, mientras salían con los niños a dar una caminata al atardecer, rodeados de árboles con colores otoñales, antes de que bajara más la temperatura.
Turismo por el día
Así como muchos pudieron pasar todo el fin de semana, otros llegaron en alguna de las jornadas a disfrutar el día. Tal fue el caso de Mónica Dalcol (50), que siempre contrata alojamiento en un complejo de cabañas pasando Potrerillos, pero que en esta oportunidad se quedó con las ganas porque no había lugar.
“Nos vinimos igual a almorzar para aprovechar Semana Santa”, indicó, al tiempo que caminaba por las callecitas del lugar, acompañada de sus hijos y la mascota de la familia que olía el pasto y las hojas secas.
Un poco más abajo, Claudia Baltolina (52) llegó desde Rivadavia junto a su marido. Sentados en reposeras, tomaron unos mates a la orilla del río Blanco. “Vinimos en la tarde a dar una vuelta, para descomprimir”, compartió. “Vimos mucha gente en Cacheuta y en el dique. Acá está más tranquilo”, agregó la mujer.
Si bien el sector donde se encontraban no era tan concurrido, en algunos tramos del río, los autos estaban “pegados” uno del otro y grandes grupos de personas compartían la tarde.
A unos 300 metros del matrimonio rivadaviense, Carolina Guzmán (43) se preparaba para disfrutar del segundo asado de la jornada con su marido e hijos. “Llegamos como a la una y vimos mucha gente en la ruta. Vinimos a pasar el día pero nunca pensamos si van a poner o no restricciones después”, se sinceró.
Visitas de otras provincias
En Cacheuta la demanda también fue importante, traccionada principalmente por las termas.
Allí unos 17 colectivos estaban ubicados el sábado en la playa de estacionamiento, a los que se sumó una gran cantidad de autos particulares.
En esta zona hubo preventores de Luján de Cuyo controlando que los autos no quedaran estacionados sobre la ruta o en sectores no autorizados.
Además de mendocinos que llegaron desde distintos puntos de la provincia, arribaron a esa pintoresca localidad visitantes de otros puntos del país, como Córdoba, Chubut, Buenos Aires y San Luis.
A lo largo de la ruta 82 y en los distintos caminos de Potrerillos, vendedores ambulantes, artesanos y diferentes puestos de comida aprovecharon la concurrencia para ofrecer sus productos.
