El fuerte contraste entre el Cerro de la Gloria y sus alrededores sorprende a visitantes y a los propios mendocinos. Es que el cerro parece un trasplante de otro sitio más húmedo, frente al resto del paisaje pedemontano, menos verde, típico de una zona semidesértica. Hasta los primeros años del siglo XX, el cerro del Pilar era similar a los otros cercanos. Es el más alto entre las cerrilladas próximas a la Capital, a casi 5 kilómetros de Garibaldi y San Martín.
La forestación del cerro, con especies exóticas, coníferas y eucaliptos, fue posible gracias a una importante vertiente pedemontana que, a través de una cañería, recorre casi una decena de kilómetros desde el Oeste hasta el cerro y, gracias a la pronunciada pendiente, el líquido llega hasta los sectores más altos.
Esta vertiente de agua se encuentra en el Puesto Lima, a unos 2 kilómetros al Oeste de la Colonia Papagayos. El sitio es conocido por senderistas y otros deportistas que desarrollan sus actividades allí. Para el público en general es un lugar poco conocido, pero tuvo gran importancia en el desarrollo de una nueva flora en el cerro y que posibilitó la instalación de jardín zoológico, hoy convertido en Ecoparque.
Son varias las vertientes que generan pequeños oasis en el piedemonte. Las más importantes son las de El Challao, que sirvieron para abastecer de agua a la ciudad colonial o vieja ciudad (área fundacional) por medio de un ingenioso acueducto que recorría 12 kilómetros desde la zona más alta hasta la plaza Pedro del Castillo. Vale recordar que todavía se pueden observar vestigios de aquella construcción, entre ellas, parte de los arcos que sostenían el acueducto. Esto se encuentra muy cerca de la antigua villa Marista.
También se observan partes de lo que fue un acueducto en la zona de la Cieneguita, en el oeste de Godoy Cruz, junto a la cuenca del río seco Maure (sistema pluvioaluvional).
Pero las cañerías que todavía están en actividad son las del Puesto Lima, que abastecen al Cerro de la Gloria y sectores aledaños. Del acueducto más antiguo se observan una estructura aérea al Oeste del ex autódromo General San Martín (un ícono del abandono en toda esta zona debido a que se convirtió en un lugar inseguro). Hace unos años reacondicionaron las cañerías, que van bajo tierra y ahora el agua se acumula en una cisterna para regar sectores parquizados.
Pero la parte más importante está en el Puesto Lima, donde está la vertiente. Donde el agua brota se observan verdes pasturas y berro. El sitio es celosamente cuidado desde hace muchos años por la familia Celedón, pero es propiedad de la provincia, luego de que la familia Girotti donara este inmueble en 2003.
Es un mini oasis en el medio de los cerros y, según estudios arqueológicos ya fueron visitados hace unos 3000 años por cazadores recolectores. Realizado por los investigadores Chiavazza, Frías, Puebla y Acosta, el trabajo se localiza en el Puesto Lima y en la Quebrada de Papagayos, con el objetivo de analizar la tecnología lítica y proponer hipótesis sobre los modos de organización tecnológica de tales asentamientos.