Mendoza tuvo su primer concurso de asado a la estaca, en un festival que reunió a 70 competidores de todo el país y por el que pasaron más de 1.500 personas. Organizado por Sabores del Este y la Municipalidad de Junín, el predio recreativo Dueño del Sol, de dicho departamento, aprovechó la tarde espléndida de este sábado para albergar un encuentro que tuvo mucho asado, camaradería y disfrute.
Hasta el día puso lo suyo para que no faltara nada y el ambiente fue de alegría de principio a fin. El primer concurso de asado a la estaca que se desarrolló en la provincia superó las expectativas de todos en cantidad de público, competidores y organización, por lo que no hubo lugar para otra cosa que no fuera el disfrutar y compartir.
Además del evento central hubo stands de artesanos, carros con otras alternativas de comida, puestos de venta de cerveza artesanal y otras ofertas, e incluso shows musicales.
Mientras de fondo sonaban zambas y chacareras para acompañar el aroma a la carne cocinándose en las estacas, Carlos Fernández se apartó cinco minutos de la mesa para contar a Los Andes su experiencia, para la que viajó desde Tupungato junto a su compadre Amadeo. “La sensación más linda es que no conocíamos a nadie y parecíamos todos amigos. El ambiente que hay es de amistad y de compartir, fue muy lindo e interesante”, señaló.
La misma primera impresión tuvo Matías Nordenstrom, a quien sus amigos anotaron sin avisarle “por ser el asador de la familia, del grupo de amigos, del equipo de fútbol”, por lo que viajó desde Neuquén a participar. “Fue gracias a la vaquita que hicieron mis conocidos para poder pagar el viaje y la estadía”, aclaró. “Ya compartir y cruzarnos con los pedazos de asadores que hay acá ya nos llena, ya nos vamos ganadores y felices”, agregó el neuquino. Su compañero de equipo y vecino, Roberto, destacó: “Nos encontramos con una provincia hermosa y la gente se ha portado muy bien con nosotros”.
Ese semblante de estar disfrutando se notaba a lo largo de la profunda pasarela que conformaban los puestos de cada equipo, con sus estacas y cruces clavadas en la arena de competición a cada costado, dejando un espacio entre medio para el desfile del público curioso y los jurados de campo. Cada tanto se escuchaban aplausos y ovaciones, símbolo de que alguien había puesto su costillar sobre la mesa y afilado el cuchillo para mostrar el manjar.
Tampoco faltaron los fiambres y las empanadas para convidar a quienes se acercaban a mirar, y una enorme variedad de vinos y bodegas para acompañar el sabor de la carne.
Detrás de cada equipo había mesas grandes en donde se ubicaban familiares o conocidos que se acercaban a “hacer el aguante”, incluso a no dejar que los competidores pasaran sed. En uno de esos lugares agregaba leña Beatriz Leal, de Maipú, con su cruz puesta a unos perfectos 70 grados del suelo. “Me he sentido muy observada. Cuando pasan dicen: ‘Mirá, ahí hay una mujer’”, reveló una de las pocas asadoras participando del concurso.
“Aparte de mi único hijo, saqué de situación de calle a 11 chicos más, que son mis otros hijos de la vida. Entonces tenía que cocinar para todos, y así aprendí a hacer comidas en cantidad, por amor”, contó sobre cómo llegó a competir allí. Sobre la experiencia, expresó: “Es maravillosa, con gente muy sencilla y linda. Vienen con mucha expectativa, pero con el espíritu de compartir”.
Hubo compadres, amigos y hasta un joven juninense de 19 años haciendo equipo con su suegro, como el caso de Damián Lucero. En nombre de carnicerías o hasta clubes, como lo hicieron Matías Ruiz y Matías Brito representando a La Guarida del Atlético Club San Martín. De Neuquén, Salta, Buenos Aires, Córdoba y hasta Brasil, del primer concurso de asado a la estaca en Mendoza participó gente de todos lados. “Incluso estuvimos en contacto con el embajador de Estados Unidos, que lo está viendo por transmisión”, reveló uno de los jurados a un competidor.
“Lo importante de este gran evento es que se está tratando de revalorizar la gastronomía, la cultura y la identidad de origen de la provincia”, manifestó al respecto Fernando González, uno de los seis prestigiosos jueces de la competencia. Otro de ellos llegó desde Villa La Angostura y fue Martín Páez, quien dijo que “es para destacar la gran convocatoria, realmente inesperada para mí, así que estoy feliz”.
Entre todas las experiencias, historias y particularidades, el evento se extendió desde las 8 de la mañana a las 22 de la noche, horario en el que recién se conocieron los ganadores. Más allá de los resultados, la conclusión de la gran mayoría fue la del neuquino Matías Nordenstrom: “Capaz que no somos campeones, pero lo importante es que ya conocimos nueva gente y nos llevamos alegría. Y con eso somos felices. Con esto arrancamos, acá o en otro lado vamos a seguir participando”.