Un temporal de nieve y viento que se presentó este fin de semana obligó a que el Paso Internacional a Chile se cerrara y unos 1.500 autos chilenos quedaron de este lado de la cordillera. Hace instantes, autoridades de la coordinación de fronteras de ambos países resolvieron que el camino seguirá cerrado hasta nuevo aviso.
La situación implicó que la escapada a Mendoza o el tour de compras que se iba a extender por dos días se alargara y muchos chilenos salieron a buscar alojamiento. Aquellos que vinieron en transporte público aguardaban en la Terminal de Ómnibus de Guaymallén las novedades de las empresas de colectivo que los trajeron y chequeaban continuamente el pronóstico del tiempo, resignados a quedarse por lo menos hasta el jueves.
En diálogo con Los Andes, el coordinador del Paso Cristo Redentor, Daniel Galdeano aseguró que en la reunión entre autoridades de Gendarmería y Vialidad y las autoridades chilenas se determinó que no se habilitará el transito para todo tipo de vehículos hasta nuevo aviso.
Las malas condiciones podrían extenderse hasta el jueves y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió un alerta amarilla por vientos con ráfagas que pueden superar los 100 kilómetros por hora para las zonas cordilleranas de La Rioja, San Juan y Mendoza, y por nevadas persistentes para localidades del oeste de Mendoza.
El organismo nacional lanzó una alerta amarilla por vientos para la cordillera de General Lamadrid y de Vinchina, en La Rioja; la cordillera de Calingasta y de Iglesia, en San Juan; y las zonas cordilleranas de Las Heras, Luján de Cuyo y Tupungato, en Mendoza.
La región será afectada por vientos del sector oeste con velocidades entre 50 y 70 kilómetros por hora y ráfagas que pueden superar los 100 kilómetros por hora, por lo que el SMN recomendó evitar actividades al aire libre y asegurar los elementos que puedan volarse.
También esta mañana regía otra alerta amarilla por nevadas persistentes y algunas localmente fuertes en las cordilleras de San Carlos, Tunuyán, Malargüe y San Rafael, en Mendoza.
Chilenos deambulando por la Terminal
Este lunes, desde temprano los chilenos que llegaron a la provincia en transporte público y no pudieron volverse, trataban de obtener alguna noticia respecto del retorno a su país.
“Estamos chequeando permanentemente el pronóstico del tiempo y las redes sociales para ver cuando nos volvemos a casa. Esto no estaba previsto y así no nos convienen las compras porque tenemos que quedarnos más días”, aseguró Rossana, quien vino desde Santiago con su esposo y la suegra.
“Habrá que armarse de paciencia y ya hablamos con una hostería para quedarnos. Si por nuestra seguridad lo tenemos que hacer, lo haremos, pero nos tomó por sorpresa”, agregó en contacto con este medio.
Por otro lado, María Jesús que llegó desde Viña del Mar aseguró que llegó a Mendoza a comprar remedios y agradeció la hospitalidad de los mendocinos para poder manejarse en la Ciudad, frente a estos días en los que tendrán que permanecer en Argentina.
En ninguno de los casos consultados, los viajeros no tenían recursos para continuar en Mendoza. En su mayoría o ya habían alquilado una casa o estaban en un hotel.
Con el aluvión chileno y el furor por las compras en los mayoristas de Mendoza, Uspallata se convirtió en un centro neurálgico en donde los trasandinos descansan al llegar a la provincia o luego de pasear por los mayoristas mendocinos, en donde vienen a buscar alimentos de primera necesidad.
Tal como lo contó Los Andes la semana pasada, en la ciudad de Alta Montaña aprovechan la pausa para descansar, cargar y llenar el tanque de nafta, que también los beneficia por el cambio y hacen compras en los minimarkets, incluso en los supermercados que hay en el lugar.
Los encargados de las gasolineras se están habituando a las largas colas que se producen en diferentes momentos del día, por la llegada de chilenos que se apresuran a llenar las reservas. La gente del lugar afirma que el pueblo cambió y para bien, ya que gracias al interés chileno pueden trabajar en plena temporada baja.
Atraídos por la gastronomía y las carnes de Argentina, se llenan las parrilladas en Uspallata, mientras que no es atractivo la compra de indumentaria. En lugar de eso, prefieren abastecerse de los medicamentos de venta libre.
También se ven tentados por los accesorios, lentes de sol, marcos para lentes recetados y perfumes, como tratamientos de belleza que suelen adquirirse en el tour de compra por los mayoristas o en las farmacias.
“Se llevan chocolates, etiquetas de cigarrillos y comida. También lo compran acá en Uspallata. A nosotros nos beneficia el cambio chileno, por eso aceptamos esa moneda”, dijo Gastón Villemea, dueño del minimarket Max Pocho.
La noche en Uspallata, ya sea en un hotel o en un departamento ronda entre los 18.000 y los 20.000 pesos argentinos.