En una mañana de sol y con pronóstico de viento Zonda en el centro del Gran Mendoza, miles de peatones van y vienen por las veredas, calles y plazas mientras a varios metros bajo tierra, un grupo de técnicos de EDEMSA trabaja bajo tierra. Se abocaron al mantenimiento de la cámara subterránea de la Subestación Estación Transformadora M006, sobre la vereda de Arístides Villanueva y Granaderos, que alimenta del servicio eléctrico a toda la zona comercial y residencial de la zona.
Así es el mundo subterráneo de Mendoza
Diario Los Andes logró ingresar a la oscura cámara a través de una angosta escalera marinera, hasta llegar a la sala principal del gran transformador seco que reduce la alta tensión (13.200 volts) a valores aptos para la distribución comercial y de viviendas, que es de 220 volts.
Sólo adentro, a tantos metros de profundidad, se puede magnificar este trabajo en equipo. Cada uno de los que intervienen el este proceso de mantenimiento tiene su tarea asignada. La humedad ambiente y la alta temperatura se hace notar con el transcurrir del tiempo, por lo que lo que ese trabajo se caracteriza por ser realizado rápidamente y con precisión.
Instantes previos al descenso, se arma una gran estructura reticular que hará de soporte y guía. Después se introduce este medidor de oxígeno y detector de gases, porque hay casos que abajo se junta gases productos de escapes y por el encierro mismo. Recién allí es que estamos listos para ingresar.
“Siempre se trabaja con equipos especiales de operación y de seguridad. En el interior se diferencian los comandos de mando, de regulación, los de corte general y parciales, también se destaca el comando de protección y de medida”, dice Marcos Muñoz, mientras le pide a Martín Ivars y a Nicolás Suárez que le den soga para ascender.
“Mi padre trabajó en esta misma empresa, hasta que se jubiló”, añade.
“Acá se forma una verdadera familia”, dice Martín, mientras su compañero Nicolás manipula un comando de ventilación circular en la cámara. Inmediatamente nos confiesa que estudió y se perfeccionó para ingresar a esta empresa desde muy chico.
“Este trabajo está al servicio de la comunidad las 24 horas también todos los días del año, y eso es una de las satisfacciones que me queda cuando regreso a casa”, regala como frase final.
Unos instantes después comienza el lento ascenso, que implica una estrategia de ir subiendo uno a uno los equipos de soporte y herramientas y al final los trabajadores, ante el asombro de los peatones que están caminando en la superficie.
Después partimos a la Subestación Estación Transformadora M11059, que está ubicada sobre la vereda de Pedro Molina y Perú. Allí y bajo cinco metros de profundidad se encuentra una de las maquinarias más nuevas de la provincia. De medidas inferiores a la anterior, y con la misma capacidad de transformación.
Este equipo alimenta a los alrededores del Parque Cívico y escuelas de la zona. Su sistema de ventilación es circular y su operatividad es más simple.
Después de media hora de acompañar al equipo de trabajo, vamos ascendiendo lentamente por la escalera marinera, y el sol nos sorprende radiante a esta hora de la mañana. Son trabajadores que arriesgan a diario su vida en esta Mendoza subterránea.