Montañista récord: subió 76 veces el Aconcagua y fue el primero en conquistar un “8mil” en el Himalaya

Miguel “Lito” Sánchez tiene 67 años y todavía se mantiene en actividad, buscando todos los días una montaña nueva por explorar. Es quien más veces hizo cumbre en el Aconcagua y, además, en 1990 fue el primer argentino en hacer cumbre en un “ochomil” del Himalaya.

Montañista récord: subió 76 veces el Aconcagua y fue el primero en conquistar un “8mil” en el Himalaya
El hombre récord de la montaña: subió 76 veces el Aconcagua y fue el primero en conquistar un “ocho mil” en el Himalaya. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

“Sé que no me va a alcanzar la vida ni los años que me quedan para ir a todas las montañas que quiero. Pero eso no quita quesiempre esté buscando montañas nuevas o poco conocidas para visitar, ¡aún hoy!”, reflexiona, en voz alta, y con una mezcla donde se filtran dejos de nostalgia y esa sed de querer ir siempre por más.

“Voy a seguir subiendo montañas mientras la salud y la motivación me acompañen. ¡Y espero que queden muchos años de ello! Cuando alguna de las dos desaparezca, ya veré que hago”, cierra.

Miguel "Lito" Sánchez en la cima de Dhaulagiri en 1990. El montañista mendocino fue el primer argentino en subir a una montaña de más de 8.000 metros. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
Miguel "Lito" Sánchez en la cima de Dhaulagiri en 1990. El montañista mendocino fue el primer argentino en subir a una montaña de más de 8.000 metros. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Quien habla, desde la voz de la experiencia, es el querido y experimentado montañista y guía Miguel “Lito” Sánchez. Con 67 años -y más de 40 de ellos en la montaña-, Lito -como ya ha quedado en la historia- tiene más de 1.000 cumbres. Y sigue activo. De hecho, el fin de semana pasado regresó al cerro Ponderado (en Cacheuta) donde a fines de los 70 hizo su primera cumbre, algo que marcó un antes y un después en su vida. O, mejor dicho, que marcó su vida.

“Ya debo haber ido como 20 veces al Ponderado. Tengo la costumbre de que cada vez que vuelvo de una montaña. anoto en una libreta para registro personal cuál subí y con quiénes fui. Por año intento hacer entre 35 y 45 cerros, y cada año que pasa trato de ascender más que el anterior”, cuenta Lito.

Miguel “Lito” Sánchez ostenta varios récords y marcas en su haber. Por empezar, contabiliza 76 cumbres en el Aconcagua y es el montañista que más veces llegó a la cima.

“Es una cuestión lógica, ya que soy quien más años tiene en la actividad. Cada verano iba entre 2 o 4 veces, ya como guía, con algunos visitantes”, cuenta con humildad.

Cima del Aconcagua. Miguel "Lito" Sanchez, montañista mendocino que fue el primer argentino en subir a una montaña de más de 8.000 metros, el Dhaulagiri en Nepal. Foto: Gentileza
Cima del Aconcagua. Miguel "Lito" Sanchez, montañista mendocino que fue el primer argentino en subir a una montaña de más de 8.000 metros, el Dhaulagiri en Nepal. Foto: Gentileza

Pero, además, se convirtió el primer argentino en lograr un “ochomil” en el Himalaya (NdA: ese nombre reciben los picos de más de 8.000 msnm) en 1990, más precisamente en el Dhaulagiri. Y también fue el primer latinoamericano en llegar a la cumbre de otro “ochomil” en invierno. En este caso, fue el Cho Oyu, ubicado en el límite entre Tíbet y Nepal.

Ambas experiencias en Nepal, así como también sus 76 cumbres en el Aconcagua y los registros de sus ascensos en el monte Elbrús (Rusia), en Pakistán, en África, en Europa y en Sudamérica son parte del libro que “Lito” presentará en septiembre en Mendoza. “Dhaulagiri, primer ochomil argentino” es el nombre de la obra.

“A esta altura de mi vida quiero dejar un legado de cómo fue aquella expedición al Dhaulagiri. El deseo y las ganas de ir a la montaña me han permitido viajar a distintas partes del mundo, no solo por placer y para conocer y disfrutar, sino también para vincularme desde el trabajo”, resume Sánchez en diálogo con Los Andes.

Miguel "Lito" Sanchez, en la Cima del Cho Oyu, en Invierno. 1993. Atrás se ven el Everest y el Lhotse. Fue el primer latinoamericano en conquistar un "ocho mil" en invierno. Foto: Gentileza
Miguel "Lito" Sanchez, en la Cima del Cho Oyu, en Invierno. 1993. Atrás se ven el Everest y el Lhotse. Fue el primer latinoamericano en conquistar un "ocho mil" en invierno. Foto: Gentileza

Y, por supuesto, no quedan afuera de la charla las comparaciones con “la montaña de antes” y “la montaña de ahora”. De hecho, para el libro que ya tiene editado y publicado, “Lito” Sánchez digitalizó decenas de fotos reveladas y hasta diapositivas.

“Voy poco al Aconcagua, por dos razones. Primero, y principal, por mi edad. Y es que es un cerro muy exigente, y mis energías ya no son las mismas. Pero, además, ya no es lo que era antes. Hay mucho confort en el Aconcagua hoy, porque los visitantes lo demandan. Ya no vienen montañistas, sino que vienen turistas con dinero y que solo quiere ‘coleccionar cumbres’”, piensa en voz alta.

EL PRIMER ARGENTINO EN “HACER UN OCHOMIL”

En octubre 1990, Miguel Sánchez marcó uno de los récords más importantes de su vida. Tanto que es el que dio origen a su más reciente libro, que publicó y presentará próximamente en Mendoza.

Y es que, acompañado por otros cuatro expedicionarios -todos españoles y amigos suyos-, “Lito” Sánchez se convirtió en el primer argentino en hacer cumbre en uno de los 14 ochomil de la cordillera del Himalaya. Fue en el Dhaulagiri, el séptimo pico más alto de la cadena montañosa.

“Hasta ese momento solo cuatro expedicionarios de Argentina habían ido y ninguno había podido hacer cumbre. Las expediciones en aquella época eran muy distintas a lo que son ahora, fuimos en una época más salvaje y silvestre, sin sherpas, sin oxígeno y con un grupo muy pequeño, trabajando en equipo. Hoy es deplorable ver las colas que se hacen esperando hacer cumbre en el Everest”, destaca.

El hombre récord de la montaña: subió 76 veces el Aconcagua y fue el primero en conquistar un “ocho mil” en el Himalaya. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
El hombre récord de la montaña: subió 76 veces el Aconcagua y fue el primero en conquistar un “ocho mil” en el Himalaya. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Para lograr recaudar el dinero suficiente para esta expedición, en 1989 -y en un contexto hiperinflacionario en Argentina-, Sánchez se fue a trabajar a Canadá. Siempre vinculado a la montaña, así logró reunir los fondos para viajar al Himalaya.

En total, la expedición que le permitió tocar el cielo con sus manos en el Dhaulagiri incluyó 11 días completos caminando hacia la base y a través de los valles y conectando de manera especial con las maravillas que se topó en esas culturas, sin carreteras ni luces, muy primitivas.

“Caminábamos 6 horas por día por los valles, y eso te permite adaptarte al medio. En Nepal está muy arraigado el hinduismo y el budismo, por lo que es impactante cómo se respira la espiritualidad, conectada con lo cultural y la naturaleza”, rememora el andinista y guía de montaña mendocino.

Una vez en la base, fue un mes más de trabajo para hacer la apertura de los sectores, siempre coordinando el trabajo en equipo.

“De los 5 que participamos, solo 2 pudimos hacer cumbre en el Dhaulagiri. Y es que en los días previos hubo mucho viento y nevadas, y así se dieron las circunstancias”, rememora.

Miguel "Lito" Sáncez en la cumbre del Condoriri. Bolivia. Foto: Gentileza
Miguel "Lito" Sáncez en la cumbre del Condoriri. Bolivia. Foto: Gentileza

La primera experiencia en Nepal para Sánchez había llegado dos años antes, en 1988, cuando hizo el intento en el Annapurna -otro de los ochomil del Himalaya-, aunque no llegaron a la cumbre. Sin embargo, la experiencia fue positiva y enriquecedora, ya que no solo pasaron los 7.000 msnm, sino -además- tuvo ese primer contacto con la cordillera de Nepal.

EL PRIMER LATINOAMERICANO EN HACER CUMBRE EN UN OCHOMIL EN INVIERNO

Tres años después de la hazaña en el Dhaulagiri, en 1993, “Lito” Sánchez logró concretar otra meta que se había fijado: hacer cumbre en otro de los cerros de más de 8.000 msnm, pero en invierno. Esta vez fue en el Cho Oyu, situado en el límite entre Nepal y Tíbet.

“No es usual, ya que generalmente las expediciones se hacen en otoño o primavera. Y cuando fuimos en invierno, sabíamos que el riesgo era mayor porque estábamos solo nosotros y nadie más. Pero, al mismo tiempo, el esplendor y el paisaje que se disfruta es distinto”, acota Sánchez.

La cumbre en el Cho Oyu lo convirtió una vez más en un hombre récord, ya que fue el primer latinoamericano en conseguir la cumbre en un ochomil en invierno. De hecho, Sánchez tiene en mente reeditar un libro que alguna vez publicó -aunque con pocos ejemplares- de aquella aventura en las alturas y en el crudo invierno.

Miguel "Lito" Sanchez, nn la Pared Sur del Aconcagua, en 1986. Foto: Gentileza
Miguel "Lito" Sanchez, nn la Pared Sur del Aconcagua, en 1986. Foto: Gentileza

EL HOMBRE CON MÁS CUMBRES EN EL ACONCAGUA

Las 76 cumbres en el Aconcagua le suman el tercer récord -ya mencionado- a Sánchez, ya que es el montañista con más ascensos al Coloso de América. También, en 1986 y acompañado por otros expedicionarios, fue uno de los primeros mendocinos en hacer cumbre en el Aconcagua accediendo por la Pared Sur. Y ha cumplido este objetivo por 5 de las distintas rutas.

“En la década del 90 empecé a trabajar en el Aconcagua, por lo que son numerosos los ascensos que hicimos. No siempre se hace cumbre, pero es clave porque te ayuda a adaptarte a la naturaleza”, describe “Lito”.

En ese sentido, Sánchez -quien trabajó más de 20 años como guía en la Escuela de Guías de Alta Montaña de Mendoza- destaca la importancia de que, siendo el pico más alto de América, el Aconcagua esté en Mendoza.

Cima del Elbruz en Invierno. Rusia. Año 2000. Miguel "Lito" Sánchez, montañista mendocino que fue el primer argentino en subir a una montaña de más de 8.000 metros, el Dhaulagiri en Nepal. Foto: Gentileza
Cima del Elbruz en Invierno. Rusia. Año 2000. Miguel "Lito" Sánchez, montañista mendocino que fue el primer argentino en subir a una montaña de más de 8.000 metros, el Dhaulagiri en Nepal. Foto: Gentileza

“Es muy influyente para el turismo y un privilegio para los mendocinos. Porque, además, el Aconcagua es parte del circuito de 7 Summit y que incluye las siete cumbres más altas de cada continente”, prosigue el andinista mendocino.

En la década del 70 y 80, Sánchez incursionó y completó cursos de escalada en roca y en hielo, para ir sumando a su experiencia. Y ello le permitió, según sus palabras, ir evolucionando como montañista y apuntar cada vez más alto.

Así fue como, luego de aquella primera cumbre en el Ponderado (Cacheuta, a 5 horas del Puente Colgante y hacia el Norte), pasó de la precordillera a la montaña y la Alta Montaña de Mendoza, para luego seguir rumbo hacia el exterior, todo como parte de un aprendizaje gradual. Esa decisión de no quemar etapas y de ir paso a paso también fue clave para que, a lo largo de sus más de 40 años de montañismo, Raúl “Lito” Sánchez nunca haya experimentado síntomas adversos a la altura.

Mendoza es una gran escuela para los guías. Y eso tiene que ver con el privilegio de vivir en una ciudad que está al pie de la montaña, y que en su cordillera tiene miles de cerros, glaciares y distintos desafíos. El Aconcagua es durísimo, y sirve para proyectarnos a otras montañas”, enumera.

“Mucha gente pregunta si los 7.000 msnm del Aconcagua son comparables con los 8.000 de alguno de los picos del Himalaya. Y yo diría que la sensación es similar, porque la aclimatación es clave”, concluye.

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