El flamante ministro de Salud de Chile, Enrique Paris, descartó el posible traslado de pacientes trasandinos infectados con coronavirus a la Argentina y dejó categóricamente un tuit en el que se daba por hecho un acuerdo en ese sentido.
“Quiero desmentir un tuit de traslados de pacientes a Argentina. Eso no es exacto”, declaró el funcionario quien además señaló que mantiene un diálogo fluido con su par argentino Ginés González García: “Hablé con Ginés, ministro de Salud de Argentina, y acordamos iniciar un grupo de trabajo conjunto vía Zoom, para colaborar mutuamente, y sumaremos a Prosur - organismo de integración regional- a este diálogo, que va a permitir en estas circunstancia de pandemia poder unirnos, colaborar y trabajar en conjunto para ayudar a nuestros pacientes”.
Paris reconoció la difícil situación que vive el país vecino tras el creciente avance de la pandemia: “Estamos en una situación difícil'‘, admitió. Aunque logró ampliar la infraestructura hospitalaria, Mañalich dejó el puesto en medio de críticas porque sus cuarentenas móviles no surtieron efecto y por la cambiante metodología para contabilizar los muertos por COVID-19, que sobrepasan los 3.800.
Chile tiene más de 225.000 casos con un promedio de 5.000 nuevos contagios cada día, de los cuales un 15% necesitará ser hospitalizado y 5% requerirá un ventilador mecánico en momentos en que los hospitales y clínicas privadas tienen sus unidades de atención crítica con una ocupación del 96%.
París anticipó que Santiago y las localidades que rodean la capital, donde se concentra el 80% de los infectados, usarán la información telefónica, sin transgredir la privacidad de las personas, para que se queden en sus casas, porque se necesita disminuirla a un 50% e idealmente a un 60%.
Explicó que se usará a las empresas de telefonía, como hizo Corea del Sur, para que “nos ayuden a controlar la movilidad mediante el testeo o el seguimiento de los teléfonos celulares”. No obstante el gobierno triplicó el número de camas críticas y cuadriplicó los ventiladores mecánicos en los hospitales y clínicas privadas desde la llegada del virus en marzo, pero el sector privado advirtió esta semana que ya no tiene capacidad humana ni espacio para seguir ampliándose.