El femicidio de Florencia Romano (14), la joven oriunda de Guaymallén, estremece a la provincia y al país. Sin embargo, quizás se hubiese evitado si la Policía hubiese respondido la llamada de advertencia que llegó dos minutos antes de que el celular de la chica se apagara a las 19 del sábado. Es que un vecino de los imputados, del pasaje Berra, en Gutiérrez, escuchó pedidos de auxilio y al suponer que se trataba de un caso de violencia de género y llamó al 911.
Sin embargo la comunicación se cortó, la operaria desestimó el llamado, no informó sobre él y no se movilizaron efectivos para ver de qué se trataba. La mujer fue suspendida y el cuerpo de Florencia, hallado en una acequia cinco días después.
“No se entiende por qué ella corta la llamada por iniciativa propia y no tiene una actitud responsable sobre la veracidad de lo que se está denunciando”, afirmó a Los Andes el Jefe de la Policía de Mendoza, Roberto Munives.
Pero no es la primera vez que sucede y que la inacción policial se cobra vidas. La actuación de la Policía de Mendoza ya estuvo en la mira tras la falta de reacción ante reiterados llamados de alerta previos a la tragedia de la ruta 7, en febrero de 2014.
Aquel 7 de febrero, el brasileño Genesio Mariano conducía un camión en estado de ebriedad, terminó impactando con un colectivo y ocasionando 18 muertes.
Sin embargo, como la muerte de Florencia, quizás se hubiese evitado si la Policía hubiese actuado ante las alertas. En aquella ocasión, el 911 había recibido llamadas desde tres horas antes del incidente en las que se advertía sobre un camión circulando a alta velocidad, en zig zag y que incluso colisionó con otros vehículos. Pero no se actuó.
El conductor de la empresa Mercobus falleció en el acto y los exámenes toxicológicos permitieron saber que tenía una “intoxicación alcohólica grave”: registró 2,32 gramos de alcohol por litro de sangre (casi 5 veces más de lo permitido a un conductor particular).
No puede desestimarse una llamada al 911
“Desde la Policía se tiene que entender que el 911 debe dar respuesta a todas las llamadas de emergencia porque precisamente es un servicio de emergencia”, subrayó Munives.
“En este caso la llamada tenía características fidedignas o inequívocas de ser una llamada cierta y por decisión propia de la efectivo policial la desestima y corta, no ingresa al sistema de despacho y queda solo en ella”, explicó.
Pasar a despacho implica que cuando se recibe la llamada en la sala de telefonía el receptor de la llamada pasa en forma digital un informe escrito a la sala de radio que lo transmite y genera el desplazamiento de los móviles. “Nunca lo hizo y la única manera de corroborar que una llamada es falsa es el desplazamiento, que el personal acuda”, resaltó.
Por otra parte dijo que durante los 16 primeros días de diciembre el 911 recibió 77 mil llamadas de las cuales unas 30 mil son insultos, chistes o llamadas falsas.
Pero remarcó que no puede desestimarse una llamada falsa, siempre se debe acudir para corroborar porque es la única manera de hacerlo.
Dijo que en el caso del incidente de la ruta 7 sí había pasado a despacho, y hubo varias personas involucradas, varios llamados y una cadena de malas actuaciones que terminó en causa penal. Señaló que desestimar la llamada fue responsabilidad de quien atendió.