Revisando antiguas crónicas, los actuales vecinos de Dorrego se imaginan cómo era el lugar hace más de 200 años. “Tengo entendido que desde la antigua ciudad (Área Fundacional) se observaba un reflejo rojo sobre el cielo, por eso le llamaban El Infiernillo”, comenta Gloria García de Alonso, vecina, ex docente y ex presidente de la biblioteca popular Daniel Talquenca.
Resulta difícil pensar aquella época y cómo se ha transformado toda esta zona, que en la actualidad es un sitio de alto valor inmobiliario, con una ubicación privilegiada dentro del área metropolitana. Es que desde la fundación de Mendoza en los terrenos del actual distrito de Dorrego se asentaron los principales hornos de ladrillos, tejas y utensilios para abastecer a la ciudad de aquellos años.
Luego, en el período post colonial, la producción agrícola ganó espacio en el lugar hasta mediados del siglo XX. A partir de allí se inició una explosión inmobiliaria que se mantiene hasta la actualidad.
Carlos Frías, coordinador de Cultura de la Casa Molina Pico de Guaymallén, señala que Dorrego es uno de los espacios más antiguos del departamento. Junto a San José y Pedro Molina, acompañan la fundación de Mendoza. Agrega que estos espacios fueron ocupados dentro de los repartos de tierra desde la fundación.
“Para empezar a contar la historia, que tiene múltiples formas para narrar y contar, nosotros hacemos hincapié en los procesos. Y cuando se funda la ciudad, también se trazan sus límites y ejido, que son las áreas circundantes. Estaban el ejido Este y Sureste, que correspondía a San José, Pedro Molina y Dorrego. El valle de Huentata (Gran Mendoza) estaba problado por huarpes y la actual Dorrego era parte de las tierras del cacique Goazap y Esteve. Con la llegada de Pedro del Castillo estas tierras le fueron otorgadas al capitán Don Alonso de Carvajal y Campofrío. A él le otorgaron las tierras por méritos y premios como acompañantes de estas conquistas”, relata el funcionario.
Y continúa: “Durante los siglos XVII y XVIII se fueron construyendo hornos para ladrillos, que creaban un microclima por tanto calor y por la humareda y la carbonilla. De allí viene el mote de Infiernillo”.
Frías explica que no hay un ubicación exacta de dónde estaban los hornos, “pero si tenemos la descripción por crónicas de la época”.
“El paisaje se va a ir transformando. En el siglo XIX, en un plano de 1846, el lugar es denominado como El Infiernillo todavía pero ya era un lugar de muchas fincas, de viñedos”, describe el titular de Cultura departamental. Y resalta que durante la gestión del intendente Emilio Moyano Aguirre y bajo la presidencia del Concejo de Justo López de Gomara, por una ordenanza de septiembre 1897, El Infiernillo pasó a ser un distrito de Guaymallén.
De viñedos a residencias
En 1903 figura como Dorrego hasta 1957, cuando la Revolución Libertadora dividió a Dorrego en tres distritos: Avenida (Costanera, Av. Acceso Este hasta Adolfo Calle); Coronel Dorrego (de Adolfo Calle hasta Tucumán) y Francisco Narciso Laprida (de Tucumán al límite con Godoy Cruz). Frías informa que durante la intendencia de Leopoldo Orquín, por ordenanza 1985/85, se unificó nuevamente con el nombre de Dorrego a esta parte de Guaymallén.
Luego de la etapa de los hornos, El Infiernillo se transformó en un lugar dedicado a la producción vitivinícola. Actualmente se observa el característico viñedo en medio de los barrios y frente al supermercado Walmart. Más al Sur de ese viñedo se encontraban los terrenos, viñedos y bodega de Juan Francisco Cobo, al fondo de la calle que hoy lleva su nombre, explica Frías.
Posteriormente, ya a mediados del siglo XX se construyó uno de los primeros barrios del plan social: el Ejército de Los Andes, luego el Bancario de Dorrego (al límite con Godoy Cruz) y el Policial.
Con los años, “la zona va a ir cambiando su perfil, más urbano y comercial con grandes centros de compra y hoy es una de las zonas residenciales más buscadas porque tiene una posición geográfica priviliegida, es un nodo, junto a los accesos Este (ruta 7) y Sur (ruta 40)”, como detalla el funcionario guaymallino.
Fabiana Barros, quien vivió desde que nació en el barrio Policial y ahora vive unas cuadras más al Sur pero siempre en Dorrego, señala que esta zona siempre fue conocida como El Infiernillo. Sin embargo, en los últimos años se denomina así a las zonas donde hay inseguridad o los sectores más viejos del distrito.
Desde hace 50 años, Gloria García de Alonso vive en el barrio Bancario 6 de Noviembre y cuenta orgullosa que en 2011 lograron abrir la biblioteca popular Daniel Talquenca y, entre los objetivos que se propusieron, figura la recopilación de información de este lugar. “Nos planteamos hacer un aporte importante de información de nuestra zona para que quienes viven aquí sepan los orígenes”, resalta.
Gloria explica que, junto a estudiantes de la UNCuyo, iniciaron un trabajo de recopilación de datos sobre El Infiernillo y la historia de Dorrego y para ello recurrieron al Archivo Histórico, al municipio de Guaymallén y de la Ciudad de Mendoza. La vecina comenta que “en la Biblioteca Nacional de Chile aparece por primera vez el nombre de Infiernillo para denominar esta zona”. “También estamos entrevistando a los vecinos más antiguos para que nos cuenten historias del lugar pero por el momento el trabajo que comenzamos en 2019 ha quedado detenido por la pandemia. Esperamos que pronto podamos volver a continuar con nuestra tarea”, concluye.