La demanda de internaciones en pediatría se incrementa durante la temporada fría. Es en estas situaciones, así como en aquellas en que se presenta una sobredemanda aguda ante, por ejemplo, algún brote, que el sistema de salud de Mendoza raya en el límite de su capacidad de camas. Esta situación, sumada a una crisis de disponibilidad de profesionales, genera una tensión en los efectores y es lo que se ha visto las últimas semanas o meses ante el aumento inusitado de bronquiolitis además de la circulación de patologías respiratorias.
La atención hay que brindarla, por lo que el escenario los empuja a generar estrategias de adaptación. Es que crear nuevas camas de internación es un desafío enorme, por las necesidades y recursos que implica, lo que lleva a muchos a asegurar que las que hay disponibles, son insuficientes. Sin embargo, otros, consideran que dado que la demanda fluctúa y los recursos que insumen, con lo que hay y ciertas maniobras, se puede dar respuesta.
La insuficiente cantidad de unidades de internación se expresa particularmente en el hospital Humberto Notti, donde la cantidad de camas no se ha incrementado desde hace 32 años. No es un tema menor: es el nosocomio de referencia, el de mayor complejidad en la región y el que aporta -por lejos- la mayor cantidad de unidades. Además, recibe una alta demanda que siempre se incrementa. Hay que agregar que pese a que existe un descenso en la tasa de natalidad los últimos años, lo cierto es que en 30 años la población claramente ha aumentado.
Así, las unidades con las que cuenta son las mismas desde que se inauguró, el 4 de agosto de 1991: 256 más 17 de UTI (unidades de terapia intensiva), según informó el Ministerio de Salud. Esto implica que aporta 88% de las plazas de internación pediátrica en el Gran Mendoza en el sector público y 58% de toda Mendoza. Es en el Gran Mendoza, donde se concentra la mayor parte de la atención por la densidad poblacional.
Según los registros del Ministerio de Salud las camas del Notti son 273: 256 en sala común y 17 de UTI (aunque desde el hospital informaron 265). Hay que agregar que las unidades en otros ámbitos son pocas aunque cumplen un rol fundamental para gestionar la demanda ya que, cuando se complica, suelen trabajar en conjunto a través de derivaciones.
En el Gran Mendoza hay internación en el hospital Español (privado) que tiene 23 camas comunes y 6 de UTI, que van aumentando en caso de máxima ocupación pediátrica tomando camas de otros servicios. Son las mismas desde hace 10 años.
También aportan algunas el hospital Paroissien de Maipú que tiene 18 plazas: 12 camas y 6 cunas, y el Carrillo de Las Heras, que tiene 18 y aunque no es un hospital pediátrico funciona como soporte ante la necesidad. Algunas más suman el sanatorio Fleming, de la obra social Osep, que tiene 6 y pocas más la Clínica Santa María.
Dificultades
La posibilidad de sumar camas es compleja ya que afronta diversos obstáculos.
Lo cierto es que la atención en pediatría viene resentida en la provincia asociada a diversas circunstancias, si en un tiempo hubo problemas con los anestesistas, luego pasó a profundizarse con un serio problema de disponibilidad de médicos pediatras. Es que por un lado, los profesionales deciden trabajar menos (y dedicarse a otras actividades o consultorios privados) o irse a otros destinos como San Luis, Chile u otros países ante el escaso salario que perciben en Mendoza y la sobredemanda que deben afrontar. A esto se suma que quienes se están formando como médicos eligen cada vez menos esta especialidad. De hecho, se abren cargos y no se cubren y lo mismo sucede con las residencias.
Justamente este es uno de los factores que funciona como dificultad al momento de pensar en sumar camas: es que para tener una plaza hay que tener quien la atienda y es justamente lo que escasea. A esto hay que agregar el reducido número de terapistas que deben asumir la responsabilidad en caso de crear UTI.
Por otra parte, otro de los elementos limitantes es la cuestión edilicia ya que en general, los hospitales más importantes están al máximo. El Notti aguarda por un proyecto de ampliación desde hace años y algo similar ha tenido entre manos el Español sin lograr concretarlo.
Queda sumar una pata sustancial: lo económico. No sólo requeriría invertir en infraestructura sino que una cama implica un alto costo en recursos, no solo en el aspecto salarial sino además, en insumos.
¿Alcanzan o no?
Desde adentro del Notti, consideran que la cantidad de unidades es insuficiente pero también se reconocen las dificultades que implica crear más. “No es suficiente la cantidad de camas que hay, sería bueno tener más”, afirmó el director, Jorge Pérez. Lo mismo opinó una médica que trabaja en la parte de internación. En particular si se tiene en cuenta un aumento de la demanda: “Cada día viene más gente por la situación económica, incluso con prepagas, la gente tiene que pagar el coseguro y prefiere venir acá”, señaló. A esto hay que sumar que con cobertura o no, la gente prefiere ir allí, saben que tendrán respuestas seguras: es que el efector brinda un servicio integral, con especialidades que no hay o cuesta conseguir en el sistema y con posibilidades de responder ante situaciones complejas. Por ello, pese a haber sido creado como un hospital de alta complejidad, para ser soporte del antiguo Emilio Civit, hoy recibe incluso situaciones que podrían ser resueltas en atención primaria.
Por el contrario, desde el Hospital Español creen que las que hay son suficientes, teniendo en cuenta que es de un alto costo tener una cama y que si bien hay épocas en que están al límite hay otras en que alcanzan e implicaría sostenerlas todo el año, señalan allí.
Pérez destacó que el Notti es uno de los más nuevos de la red de salud y podía dar buena respuesta a las necesidades para las que fue pensado, como traumatología o cirugía cardiovascular. “Pero los últimos años, y más en época invernal, aumenta la consulta por enfermedades respiratorias y hay unos meses en que la ocupación del hospital está entre 95 y 100%”, afirmó.
En el Notti se apela a la misma estrategia que señalaron otros efectores como el Español: la plasticidad de la estructura, y así se toman camas de otros servicios. Por eso, Pérez dijo que todos los años la dotación de camas en UTI puede pasar a 22 de máxima.
Cabe señalar que desde hace años hay un proyecto para ampliar el hospital, conocido como master plan. De hecho, durante la dirección del doctor Raul Rufeil se adquirió un terreno lindero pero no se ha podido avanzar.
“Implicaría aumentar las camas de UTI, cirugía cardiovascular y neonatología, y esta ampliación permitirá liberar camas para atención común”, consideró.
Pablo Matile, de la Dirección de Hospitales del gobierno, señaló que en 10 años, la provincia ha sumado 100 camas.
El total en el Gran Mendoza en el sistema público es de 309, 273 del Notti y 36 del resto. El Paroissien (Maipú) tiene 18 plazas: 12 camas y 6 cunas y el Carrillo (Las Heras), 18.
Fuera del gran Mendoza suman 159. El Perrupato (San Martín) tiene 30, el Saporiti (Rivadavia) 28 plazas en total, 18 camas y 10 cunas y el hospital Illia (La Paz) tiene 3.
Además, el Schestakow (San Rafael) tiene 56, el Scaravelli (Tunuyán), 20, el hospital Las Heras (Tupungato) cuenta con 4 y el Enfermeros Argentinos (General Alvear) tiene 23.
“Esas son camas formales de la provincia, las cuales pueden estirarse en algunos casos hasta un 60 %; por ejemplo el Carrillo de 18 camas, hoy tiene 30 usando las de otros servicios no utilizadas”, apuntó el funcionario.
Estrategias y desafíos
Ante situaciones de ocupación máxima, los hospitales generan diversas estrategias para garantizar respuesta. Salen en auxilio otros efectores de la red, además de ocupar camas de otros servicios como se mencionó.
Otra de las alternativas es postergar cirugías que pueden esperar para dar prioridad a la urgencia que pueden implicar patologías respiratorias.
En el hospital Español apelan a la posibilidad de usar camas de servicios que pueden estar en temporada de menor ocupación cuando aumenta la atención pediátrica.
Además, “cuando hay una epidemia o un brote el sistema se satura y hay que articular un plan que sea desde la casa del paciente hasta la cama, sistemas de triage (atención de pacientes según la gravedad en los distintos servicios)”, apuntó su director, Walter Vazquez. “Cuando hay un brote o una epidemia no hay casi sistemas que soporten el aumento brusco de demanda”, subrayó.
“Estamos pensando más que en aumentar la cantidad de camas en mejorar aún más la gestión de camas”, mencionó.
Reconoció que ha habido momentos del día en que no ha habido camas, “por eso entre el triage, la refuncionalización y la articulación con el Estado hemos podido responder”, explicó. Luego agregó: “No nos consta que hayan quedado niños sin atención”.
“Creemos que la cantidad de camas nos ha permitido dar respuesta, no hace falta crear más camas”, confirmó Veronica Guidet, jefa del departamento de pediatría del Español.
“El Notti da 15 mil altas al año las que soporta con 260 camas, el giro cama es uno de los más altos del país y se hace con fuerte renovación de camas”, detalló una médica del hospital. Dijo que con los años desapareció internación intermedia, que se crean camas de UTI en plazas que no son visibles todo el tiempo pero a las que se han agregado monitores para el seguimiento. Además, que por estas circunstancias muchas veces no se puede mantener la distancia entre las camas o se ingresan en neonatología, donde hay recién nacidos, bebés de hasta 3 o 4 meses.