Si todo sucede como está planeado, en poco más de un año el centenario hospital Lencinas tendrá un pabellón totalmente nuevo y una guardia a estrenar. Allí esperan ofrecer una atención ampliada y más moderna, con nueva tecnología, como así también en sus consultorios externos. De acuerdo a los cálculos, la capacidad de respuesta en la cantidad de turnos atendidos podrá ser 40% superior a la actual.
La intención es modernizar parte de la estructura del edificio ubicado en Godoy Cruz, reordenar, eficientizar y embellecer el entorno natural que tienen sus exteriores con su tan característica arboleda.
El proceso ya está en marcha: se está trabajando en la parte externa, sacando árboles añejos para plantar nuevos y alisando el terreno. Es que el plan incluye la construcción de tres playas de estacionamiento, que permitirán ordenar el tránsito vehicular y peatonal, que contará con senderos.
Además, ayer fue publicada en el Boletín Oficial la adjudicación de la obra. Esta fue para la empresa OHA Construcciones S.R.L. por un valor total de $1.487.000.000. En tanto, la suma total contemplada para estas obras por el Gobierno provincial es de $2.249.657.260.
Según establece la publicación, esto se destinará a la ampliación, refuncionalización de laboratorio, consultorios externos, guardia y espacios exteriores.
De acuerdo a lo prometido por el Ejecutivo provincial, la gestión apunta a invertir en infraestructura del sistema sanitario. En septiembre el Gobierno abrió el llamado a licitación para la construcción de un micro-hospital en Palmira y en el hospital Notti también se han realizado obras.
Cabe recordar que en la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial de este año, el gobernador Rodolfo Suárez anunció que para 2023 se han proyectado obras por más de $2.740 millones para ampliar el sistema de salud de Mendoza. Esto apunta a sumar 12.137 metros cuadrados nuevos de infraestructura.
Una mejor atención
“Esta ampliación se había pedido en el marco del centenario del hospital, que se cumplió en junio de este año”, refirió el doctor Marcelo Barcenilla, director del efector público, tradicionalmente conocido por ser referente en atención de enfermedades infecto-contagiosas.
“Pedí una nueva construcción, que incluye servicio de farmacia, de anatomía patológica, de aranceles, de estadísticas y de consultorios externos. Eso implica que se tire un pabellón y se construya uno nuevo, no será un pabellón como se conocía sino todo nuevo, moderno”, detalló.
La intención es sumar nueva aparatología con mejor tecnología, espacios distribuidos de manera más actual y una forma de trabajo también aggiornada por lo que, para comprender de qué se trata, Barcenilla expresó que será un estilo similar al de la guardia del hospital Central inaugurada en 2019.
El director aclaró que no será un nuevo pabellón sino que hay que entenderlo mejor como dos nuevas estructuras. La nueva guardia tendrá shock room, sistema de triaje para atención de los pacientes según su gravedad y varios box para preinternación.
Actualmente la guardia general atiende un promedio de 80 consultas diarias a lo largo del año pero con variaciones estacionales, ya que puede llegar a 120 en épocas de mayor demanda.
En tanto, los consultorios externos que hoy son 14 pasarán a ser 18, a los que se suman algunos que se atienden directamente en la zona del hospital donde está el servicio.
Tendrá entradas separadas para el vacunatorio, otra para enfermería y otra para consultorios externos, lo que esperan que permita una gestión más ordenada. Así las cosas, apuntan a ampliar la capacidad operativa en 40%, la calidad de atención y las prestaciones, subrayó Barcenilla.
La edificación donde actualmente funciona la guardia será dispuesta para oficinas.
Entre tanto, habrá que transitar el proceso de la obra sin afectar la atención, para lo cual se dispondrá de dos módulos: uno es el que ya se usó para la atención de Covid-19 y están a la espera de que llegue otro.
Si bien los planes indican que la obra demorará un año, se estima que puede extenderse hasta un año y medio.
Centenario
El nosocomio se construyó en la zona de Villa Hipódromo, en Godoy Cruz, en 1922. La intención era que estuviese alejado de la Capital ya que por aquel entonces Mendoza era azotada por la tuberculosis. Pero se trataba de un problema más amplio: hacia fines del siglo XIX y principios del XX, a nivel internacional, las enfermedades infectocontagiosas se convirtieron en un problema social.
Esto generó políticas de creación de este tipo de establecimientos con esa determinada especialización en su atención. El objetivo era aislar a los pacientes y así evitar mayor propagación de los contagios. Luego comenzó a atender otras especialidades y es lo que se aprecia hoy, cuando buscará fortalecer la atención general.
Está enclavado en un predio de once hectáreas arboladas que originalmente formaban parte del parque General San Martín. Se construyeron inicialmente cuatro pabellones de internación y un espacio para cirugía.