Hoy jueves 27 de abril, a partir de las 10 tuvo lugar un nuevo encuentro de Pilares. Este fue un evento en vivo enfocado en tres ejes: Gobierno digital, ciberseguridad e inteligencia artificial. Dada la trascendencia y vanguardia de los temas, Los Andes convocó a disertantes nacionales e internacionales que se dieron cita en el Hotel Cóndor de Los Andes (Guaymallén), con público presente y otro que siguió la transmisión a través de las distintas plataformas de este medio.
El evento, conducido por los periodistas Cecilia Ranua y por Pablo Philippens, contó con palabras de bienvenida de Alejandra Vargas, quien habló de la apuesta de Los Andes por tratar estos temas de actualidad y ponerlos en discusión a través de esta clase de encuentros.
Los participantes
Los anteriores programas fueron sobre Calidad Institucional, Salud Digital e Infraestructura. En todos ellos se buscó tener una pluralidad de visiones y este evento no será la excepción.
En el primer bloque se dio una entrevista mano a mano entre Raúl Pedone, editor general de Los Andes, con Dalmiro Garay, presidente de la Suprema Corte de Mendoza.
El periodista le consultó acerca de cuál era en concreto el cambio hacia la digitalización en la Justicia mendocina y si iba más allá de la “papelización”. “Hubo un paradigma nuevo, el de la oralidad, poniendo al ciudadano en situaciones de mucha inmediatez. Y luego, con la pandemia como ‘anabólico importante’, comenzamos con un proceso más rápido en la Justicia y empezamos a digitalizar muchos procesos. El primer problema es que esos procesos intentaban copiar lo que hacíamos en papel, pero esto nos impone nuevas formas de trabajo. Desde 2021, todos los expedientes que se tramitan en todos los fueros son digitales. El 32% ya son nativos digitales, casi 400.000 expedientes”, aseguró Dalmiro Garay.
Luego, Garay analizó el modo en que van midiendo el impacto de este cambio. “Uno de los temas que estamos revisando en esto es la cuestión de los tiempos, que han bajado mucho. En el foro civil en promedio de cuatro años se ha bajado a un año la demora. Acá hay un desafío importante que excede al Poder Judicial: empezar a ver cómo el Estado, que tiene mucha información, empiece a colaborar. Tiene que ayudar en la cogobernanza, con sistemas interoperables para que el ciudadano tenga mejores servicios”.
“¿Si yo soy actor de un juicio podré ir con mi abogado a ver cómo va mi juicio”, consultó Pedone. “Totalmente, y sin necesidad de un abogado si se trata de un juicio abierto”, confirmó Garay. “Salvo en familia, salvo que haya embargos o procesos reservados, está todo visible, y eso nos parece central porque nos da transparencia”, aseguró.
En cuanto a novedades, habló de un portal nuevo pensado en el ciudadano común “para empezar a publicar lo que hacen jueces y empleados. Es central que se entre y se vea cuántos juicios se han hecho, cuánto se demora una causa. Eso, a la larga, va a ser un beneficio para el Poder Judicial”.
Consultado por Pedone acerca de cómo tomaron los jueces estos cambios, Garay aseguró que ha sido bien tomado, aunque ha exigido novedades técnicas, entre ellas la incoporaciones de monitores a las computadoras, para “mejorar el sistema a partir del usuario”.
“Tuvimos un problema en los procesos de Familia, porque parecía que era un problema técnico, y era un problema de gestión. Como este sistema es privado, no podíamos poner ni la carátula. Generamos la autovinculación a responsabilidad del profesional, y eso hace que el sistema funcione”, comentó el presidente de la Suprema Corte.
Con respecto a la incorporación de Inteligencia Artificial, a consulta de Pedone, Garay dijo que no se imagina un fallo hecho por un robot, pero sí en algunas otras cuestiones de trámites y procesos automatizados.
En cuanto a la herencia de la pandemia en cuanto a virtualidad, Garay explicó que la Justicia volvió a la presencialidad, pero tomó las “buenas prácticas” de la virtualidad, para casos en los que se puede utilizar. Dio, incluso, el caso de un camionero que declaró mientras viajaba a través del teléfono. “Antes, esa audiencia se hubiera caído”, comentó. “Hay muchas herramientas de la pandemia que han quedado, otras que no. La mesa de entrada digital que hicimos en pandemia fue la base al portal de acceso posterior”, aseguró.
Un video de intermedio, presentado por Cecilia Ranua, mostró cómo la digitalización ha beneficiado a usuarios de Osep y de Edemsa. Sobre la obra social, habló en el video Carlos Funes, su titular, y comentó los beneficios: “Se han elaborado 500.000 recetas digitales”, comentó a modo de ejemplo, contando cómo el socio solicita por WhatsApp algunas recetas. Javier Domínguez, de Relaciones Institucionales de la empresa de energía, ejemplificó cómo la pandemia llevó a la digitalización que quedó en muchos trámites, “desde reclamos a cambios de titularidad, que se hace a través de la oficina virtual de Edemsa”.
Burocracia y participación ciudadana
El segundo bloque fue “De la burocracia estatal a la participación ciudadana”, del que participaron Juan Gowland, experto en Gobierno Digital y director de la diplomatura de gobierno 4.0 de la Universidad Austral de Buenos Aires (vía online); Marisa Repetto, abogada y licenciada en Ciencia Política y Administración Pública y El segundo bloque se tituló “De la burocracia estatal a la participación ciudadana”, del que participaron Juan Gowland, experto en Gobierno Digital y director de la diplomatura de gobierno 4.0 de la Universidad Austral de Buenos Aires (vía online); Marisa Repetto, abogada y licenciada en Ciencia Política y Administración Pública y Francisco Bravo, ingeniero electricista, especialista en gestión y vinculación tecnológica y ex Presidente del Polo Tic Mendoza. El panel fue moderado por la periodista Carina Bruzzone. Francisco Bravo, ingeniero electricista, especialista en gestión y vinculación tecnológica y ex Presidente del Polo Tic Mendoza. El panel fue moderado por la periodista Carina Bruzzone.
Repetto hizo hincapié en la definición de “gobierno digital”: “Es crear valor público, y esto es generar servicios, oportunidades, multiplicarlas en pos de una mejora en la calidad y en la eficiencia del servicio ciudadano”. Por esto estimó que el aliado en crear el valor público es la innovación. “Siempre tomo a un referente a Mario Adaro, quien dice que esto es afrontar el proceso desde diferentes puntos de vista, y aplicar la creatividad a lo práctico. Se ha pasado de una administración de imprenta a la burocracia inteligente”.
Luego hizo un repaso histórico sobre los procesos en la época imprenta y las innovaciones digitales.
Francisco Bravo, citando a los griegos antiguos para poner el foco en la responsabilidad estatal de los cambios digitales en pos de los bienes públicos, dijo que para ser globales debe darse el papel que necesita a Naciones Unidas, el único “estado” (sic) que puede organizar esto a nivel global.
Gowland, en tanto, habló acerca de algo central: “el para qué hablar de gobierno digital”. “Hoy estamos en una crisis de confianza con los gobiernos y la pregunta es si la tecnología puede ayudar a recuperar la confianza. Pareciera que sí, mientras la manera sea legítima y eficaz, pero también segura”.
“¿Puede el ciudadano ser partícipe de las decisiones públicas? El mundo parece ir a eso. Hoy la tecnología nos permite acercar la voz del ciudadano a las decisiones públicas, para facilitar la vía a los funcionarios para eso”, analizó.
Repetto luego habló de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), que es una serie de objetivos mundiales que van rumbo a eliminar la pobreza, promover el cuidado del medio ambiente y lograr la paz mundial. “La tecnología puede ayudar a esto, al dar datos de calidad, ofrecer servicios adaptados para mejorar estándares, las mediaciones de conflictos... Los responsables de los ODS no sólo son de cumplimiento para todos los líderes mundiales, sino que también es responsabilidad de las autoridades públicas y del ciudadano común”, explicó.
En cuanto a su medición, explicó que hay informes que todos los países deben completar: “A Naciones Unidas le llamó la atención que 30 países no lo hicieron. Argentina sí lo hizo. Nuestro país avanzó en el tema de género y el empleo decente. También habló de la pesca ilegal”.
Bravo hizo luego una exposición sobre los softwares como bienes públicos digitales y distinguió los públicos de los abiertos. “Un bien público digital es el programa que usó Estonia para convertirse en el país más digital del mundo, pero se necesita la participación de técnicos en la materia, pero el acceso es gratuito”.
Para cerrar el panel, Gowland habló de lo que le falta a Argentina para incrementar su digitalización. “Estamos 39 sobre 152, no es que estemos mal, pero el desafío es la interoperabilidad con varias jurisdicciones. Argentina es un país federal y estamos muy atrasados en la conectividad, para que ‘nuestros sistemas hablen’: cómo hacer para conectar el sistema de salud y el educativo, por ejemplo. Se han dado pasos importantes, va por un sendero correcto, pero hoy el desafío es tener una gobernanza más clara y sostenida en el tiempo. Por eso los pilares serán la conectividad, marcos regulatorios adecuados para favorecer la innovación, políticas de talento digital y decisión política”, aseguró.
Inteligencia artificial
La tercera parte se denominó “Inteligencia artificial y ciberseguridad”. De este bloque participaron Bárbara Peñaloza (abogada, Master en Abogacía Digital y Nuevas Tecnologías); a Gustavo Giorgetti, (CEO de ThinkNet S.A. y profesor de la Maestría “Transformación Digital- Estonian System”, de la Universidad de San Andrés) y a Claudio Feijoo, (Catedrático Jean Monnet en la Universidad Politécnica de Madrid y Líder del proyecto AI for Public Services de la Comisión Europea).
El panel fue moderado por el periodista Fernando Russo. Feijóo, quien participó de manera online, puso el énfasis en que “cuando el sector público debe decidir si usar o no inteligencia artificial debe ponerse en claro su objetiva. ¿Es ser más eficiente, viendo métricas, o es algo diferente, como ofrecer mejores servicios? Yo creo que la lectura es ser lo segundo. Que la tecnología sea una parte del estar al servicio de la sociedad. Eficiencia no siempre es estar al servicio. Por ejemplo, nosotros podemos tener algoritmos con datos, pero seguimos necesitando personas que los analicen para ver si esto está sirviendo para ser útiles para el ciudadano”.
Giorgetti volvió a hablar sobre el significado de la transformación digital. “La innovación es aprovechar un contexto nuevo. Cuando no existía lo digital, teníamos que buscar otras soluciones, como el papel. La interoperabilidad la hacíamos nosotros. Hoy estamos en otro contexto, y la nueva herramienta es digital. Debemos cambiar el significado de las cosas para ser útiles”.
Peñaloza entró de lleno a hablar de la seguridad y de cómo se usa la inteligencia artificial en el delito. “Los delincuentes a veces van un paso por delante y están buscando sacarle provecho al ChatGPT para atacar. Antes, a los ciudadanos los confundían con mails, y ahora con la inteligencia artificial están buscando mejorar esos mails para confundir mejor. También están probando clonar la voz. Así que la inteligencia artificial tiene que servirnos a nosotros para combatir el cibercrimen”.
“¿Cómo puede hacer el Estado para evitar el ciberdelito?’”, le preguntó Russo a Giorgetti. “El problema es la interoperabilidad. Estonia no es el país más adelantado del planeta, sino el más interoperable. En ciberseguridad nos engañan permanentemente, ahora querrán hacernos creer que nos están pidiendo un rescate con la voz clonada de un hijo”, dijo. “Lo que hizo Estonia es lo que tenemos que descubrir, si no se interopera, no se aprovechan las herramientas”, recalcó, poniendo una vez más el énfasis en que “dialoguen” mediante la tecnología todos los estamentos del Estado.
Feijóo quiso poner también el énfasis en la ética. “La inteligencia artificial (IA) debe estar centrada en las personas. Vamos a un modelo en el que el sector privado maneja la IA y hay que trabajar con ellos. Otro modelo es el de China, donde todo lo maneja el Estado. Pero hay un tercer modelo, que es el hispano. Una inteligencia artificial centrada en las personas no sería la tercera vía: sería la única vía”, reflexionó.
En cuanto al marco regulatorio sobre la ciberseguridad, Peñaloza destacó que “nuestro Código Civil pone el foco en la persona humana. Tenemos marcos regulatorios, como la Ley de datos personales, que da protección de la información al ciudadano. También tenemos otras normas, como las relativas a la defensa del consumidor. Esta interacción digital entre el proveedor y el usuario se traslada al entorno digital. Después de la pandemia este traslado fue abrupto. Un caso fue el de los bancos: antes había que ir en persona, hoy está casi obligado a hacerlo digitalmente. El marco regulatorio lo protege al consumidor también en eso. Por eso los proveedores han intentado que sea amena esa interacción. Pero no siempre la amenidad va de la mano de la seguridad. Las fallas de la seguridad por eso se han detectado”.
Para Peñaloza, “el factor humano debe ser siempre central. En el crisol de ciberestafas que se van robusteciendo, el factor humano es una falla en la seguridad, que las entidades no están tomando en consideración, y trasladan esas fallas. El usuario se puede equivocar o ser engañado, y trasladan entonces la seguridad al usuario. En realidad, nosotros tenemos que dejar de poner el peso en el usuario, ya que el proveedor debe proporcionar la seguridad. Las entidades deben prever que el usuario, al no estar familiarizado, puede abrir la puerta al delincuente”.
El caso de Estonia
El último bloque estuvo dedicado íntegramente al caso de Estonia. Este país de Europa del Norte es el referente número uno a nivel mundial en lo que respecta a Gobierno Digital. Los ciudadanos estonios pueden entrar a las redes sociales o hacer las compras semanales cuando tienen un tiempo libre. Pero además de esto, en cuestión de minutos, pueden renovar su pasaporte, crear una empresa o firmar un documento sin la necesidad de hacer eternas filas en edificios estatales.
Semejante hito, que pareciera tan lejano, fue explicado al detalle por Andres Rundu, embajador de Estonia ante España y Andorra. El funcionario habló en exclusiva con este medio y cerró el evento.
Desde Madrid, Rundu trazó una historia de la digitalización de Estonia. “Tuvimos que empezar de 0, porque tras nuestra independencia establecimos nuevos sistemas de gobernanza, de seguridad, de infraestructura. Pero tuvimos la suerte de que nuestra sociedad estaba entusiasmada al salir de un régimen y tomamos como decisión no copiar los modelos nórdicos. Ellos donaron los ordenadores, pero nuestros técnicos pensaron en tener un análisis propio y hacer algo único”, recordó.
El funcionario luego explicó que “por ley se estableció que todos los ciudadanos debían tener un DNI, y este se relacionaba con un código personal único. Se podía cambiar nombre y apellido, pero el código se mantenía siempre”.
Luego explicó que dieron “el salto de tigre”, incorporando ordenadores e internet en todos los colegios. “Empezamos la enseñanza del uso de todo eso. A veces nos preguntan cómo aprendieron tan rápido, y lo hicieron. Para ellos fue rápido, para el resto de los ciudadanos se establecieron cursos en diversos lugares. Mi madre, de más de 70 años, aprendió a manejar internet”, contó.
Rundu contó que hoy en día las declaraciones juradas, las consultas de sueldos, los sistemas de control escolar y la salud, están digitalizadas. “Se pueden ver las notas de mis hijos y hablar con los profesores, o ver las tareas de los hijos, con plataformas digitales. En la salud, todos los datos de mi salud están en una base de datos y yo mismo puedo activar la posibilidad de que cualquier médico pueda verlo. Eso sirve incluso en otros países: mi esposa tuvo que hacer una consulta en España y pudo proporcionar los datos a los médicos que la vieron”, detalló.
“Somos el primer país con una Embajada digital. Tenemos un tratado con Luxemburgo, y nuestros datos están, en ese país, duplicados. Si pasa algo con nuestro sistema, podemos acudir a ello, porque sigue funcionando”, comentó también Rundu para hablar de la ciberseguridad a nivel estatal.
También comentó que desde 2014, Estonia cuenta con un sistema de “e-residentes”, “un sistema de identificación de extranjeros, que pueden crear empresas en el país. Ucrania, Finlandia, España, Alemania y países de otros 170 países participan de este sistema”, contó, para cerrar su participación.
Nuevos ciclos
Tras el cierre, Ranua y Philippens adelantaron que, a partir de mayo, comenzará un nuevo ciclo de los encuentros de Pilares, con nuevas temáticas.
Gracias a un video de cierre, los asistentes pudieron repasar las temáticas de los encuentros anteriores.
ACOMPAÑANTES
Cabe destacar que este encuentro de Pilares ha contado con el apoyo de Telecom Argentina, Lorenzo Automotores, las municipalidades de Ciudad de Mendoza y Godoy Cruz.
Además, acompañan la Asociación de Ejecutivos de Mendoza (AEM), Osep, Fundación ProMendoza, Punto a Punto, Radio Mitre Mendoza y UNCuyo.