Una periodista mendocina fue víctima de un sutil y sigiloso robo perpetrado por un joven que, con todo un ardid tejido en una entretenida noche en un bar de la Alameda y con mucho respeto y caballerosidad, entró en confianza con la víctima, se puso en rol de seductor y le robó la billetera cuando ella lo llevaba a su casa. La joven víctima, Ana Paula Negri (30) describió toda la situación en un hilo de la red social Twitter, publicación que no tardó en viralizarse y en hacer acordar a otros casos como los que expone el documental estrenado recientemente en Netflix, “El estafador de Tinder” o el mediático caso del “gigoló” en Buenos Aires.
“Se portó como un caballero en todo momento. Primero, él se acercó tímidamente, como que le costaba encarar. Pero, muy respetuosamente, empezó a hablar y a entrar en confianza. Estuvimos bailando un rato largo, riéndonos y hasta me preguntó si me podía dar un beso. ¡Parecía que los dos volvíamos a tener 15 años!”, rememoró la víctima, recordando la situación con una combinación de resignación y humor, a Los Andes.
El joven, identificado como Facundo (él mismo le mostró su documento a la periodista y ella encontró al “seductor” en tres perfiles de Facebook diferentes) le robó la cartera con dinero, documentos y tarjetas a Ana cuando, ya durante la mañana del sábado (el encuentro comenzó el viernes por la noche) la mujer lo llevaba a su casa tras una entretenida noche en un bar de la Ciudad de Mendoza.
“Como tomamos confianza, me ofrecí a llevarlo a su casa antes de volver yo a la mía, porque él estaba a pie. Cuando íbamos en el auto, en un momento él sacó su documento y me mostró la foto para que yo viese que antes tenía rulos. Yo iba manejando, y la vi y nos reímos. En ese momento, ‘se le cayó’ el documento y se dio vuelta para buscarlo en la parte de atrás del auto. Estoy seguro de que fue en ese momento en que me robó la billetera, porque yo salí del bar con todas mis cosas y cuando él se bajó, me faltaba la billetera con plata y los documentos”, relató Negri.
Según ella misma relató en Twitter, en la billetera que le robó el ladrón tenía 1.500 pesos, 100 dólares, DNI, licencia de conducir, carnet de la obra social, tarjetas de débito y crédito. “Todo el sábado lo estuve llamando por teléfono y le escribí al WhatsApp diciéndole que sabía que él me había robado, pero nunca me atendió y me bloqueó. Hice la denuncia y, como sigue sin aparecer, decidí hacer público todo lo que me ha pasado”, contó la joven.
De hecho, en el transcurso de la mañana de este lunes, Negri recibió el mensaje de otra mujer vía Facebook donde le contaba que el mismo joven le había robado distintas pertenencias tejiendo otra de sus estrategias. “Me contó que Facundo se hizo amigo de su novio y, de repente, le empezaron a faltar cosas de la casa”, resumió Ana, quien aclaró que esta segunda víctima la contactó por esa red social a raíz de la viralización del posteo en Facebook donde Negri relató el engaño y robo que sufrió.
“Hola Paula, acabo de ver tu publicación de Facundo. Este chabón también me robó, en otras circunstancias. Está fumado hace años y el supuesto sobrino es su hijo más chico. Me solidarizo con vos”, le contó la mujer que le escribió durante la mañana del lunes.
La otra cara del ladrón
En la transición entre la noche del viernes 11 y la madrugada del sábado 12 de febrero, Ana Paula Negri llegó a uno de los bares ubicados en la Alameda. Fue en algún momento de esa noche / madrugada cuando Facundo y Ana hicieron el primer contacto visual, que luego continuó con el tímido (al menos en apariencia) acercamiento del joven hacia la periodista. “Lo conocí en el lugar a él, jamás lo había visto antes. Y la verdad es que me pareció muy lindo y educado. Estuvimos bailando y riendo toda la noche”, rememoró Ana. E hizo hincapié hasta en la forma en que le “pidió permiso” para darle un primer beso.
Una vez afuera del bar, ambos se sentaron en la zona de la Alameda, donde continuaron con la charla, las risas y sintiendo que congeniaban cada vez más. Él estaba a pie, mientras que ella había llegado al lugar en auto, por lo que –con total confianza- se ofreció a llevarlo a su casa. “Pasamos por el Parque Central a conversar otro rato, y de ahí lo llevé adonde supuestamente vivía alrededor de las 7:30 de la mañana”, contó Ana en el hilo de Twitter.
En diálogo con Los Andes, Negri destacó que en ese primer y único encuentro Facundo le contó muchas cosas de su vida, como que era profesor de Educación Física, que tenía una hija y un sobrino, entre otros datos. “Me engañó en cosas tan básicas, como diciéndome que era hincha de un equipo y después descubrí que era hincha de otro. También me enteré después de que, además de la hija de 12 años, tiene 2 hijos más a los que no va a ver hace muchísimo tiempo. La hermana de la madre de esos dos hijos (es decir, la tía de ellos) me contó por Facebook justamente que es un padre ausente, que es un desastre y tiene malas juntas”, se sinceró Ana Paula.
Incluso, un amigo de Ana que conoce al estafador porque es amigo del hermano de Facundo le dijo a la periodista que, lejos del personaje que él le “vendió” en ese primer (y único) encuentro, es un “raterito y que tiene una mala vida”.
De regreso a lo ocurrido aquella ficticia mañana romántica, la joven dejó a Facundo en la esquina de su casa (o de la que él había dicho que era su casa) y éste, antes de bajarse, le pidió el número de teléfono y un último beso. “En ningún momento me amenazó ni me violentó. Circulé dos cuadras y me paré en el semáforo, me di vuelta y pude notar que mi cartera estaba abierta en el asiento trasero y me faltaba la billetera. Me bajé del auto y empecé a buscarla por todos lados, pero no la encontré así que me volví al lugar, toqué timbre en la casa donde me indicó que vivía pero me dijeron que no vivía ahí así que llamé a la policía”, relató la víctima en sus redes sociales.
Incluso, con ayuda de una amiga, consiguieron el número de teléfono del engañador y llamaron una y mil veces, pero nunca atendió. Tampoco contestó los mensajes de WhatsApp antes de bloquear a Ana en esa aplicación para dejar de recibir sus mensajes. “Lo más importante es que él abusó de mi confianza, de mi buena onda, me robó en mi propio auto cuando yo intentaba hacerle el favor de acercarlo a su casa”, lamentó la joven comunicadora.
Las similitudes con “El estafador de Tinder”
Hace unos días, en la plataforma de streaming Netflix fue estrenado el documental “El estafador de Tinder”. La trama, basada en hechos reales, está centrada en tres casos distintos en que un hombre (siempre el mismo) engañó a tres mujeres distintas: las sedujo por esta app virtual de citas, entabló una relación duradera y seria con ellas y las fue atrapando en una red de mentiras hasta que las víctimas le entregaron sus ahorros a un caballero ideal que, de un día para el otro, se borró de sus vidas.
Aún con sus bemoles, la historia de Ana con el supuesto profesor de Educación Física remite a estos casos (que trascienden a los expuestos en el documental de Netflix y son cada vez más comunes). “Justamente vimos el documental ‘El estafador de Tinder’ con unas amigas hace unos días, antes de que yo sea víctima del engaño, y ahora me gastan con el tema. Lo cierto es que una cree que nunca le va a pasar, sobre todo porque ves que son redes que se tejen en relaciones de noviazgo, de meses y duraderas. Pero pasa”, reflexionó Ana Negri.
De hecho, luego de ser víctima de sus mentiras y caer en su red, Ana Negri comenzó a averiguar sobre Facundo. Y así fue que descubrió que no hay registros de que sea profesor de Educación Física de la escuela donde dijo que trabajaba, sumado a los tres perfiles de Facebook que encontró (no está en Instagram).