Uno de los adolescentes que iba en el automóvil junto a Lucas González, el futbolista asesinado de un balazo en la cabeza por policías de la Ciudad que los interceptaron y les dispararon en el barrio porteño de Barracas, aseguró que los efectivos se bajaron del vehículo sin identificación, vestidos de “civil” y que parecían “chorros”.
Niven Huanca, que viajaba en la Volkswagen Surán cuando fueron interceptados por un grupo de policías de la Ciudad, aseguró que pensaron que iban a robarles, ya que les apuntaron “con arma” y nunca se identificaron como policías.
“Fuimos a probarnos a Barracas Central, que es al lado de una villa”, explicó el adolescente y agregó que él se subió al auto junto a Lucas y otros dos jóvenes porque se ofrecieron a llevarlo. “Nos subimos al auto y compramos dos jugos en el quiosco, estábamos normal”, dijo.
Y agregó: “Cuando llegamos a una esquina, el semáforo se puso en rojo y un auto nos cruzó. Y bajaron chorros, así con armas en la mano, apuntando como para robarnos. Lucas tenia la ventana abierta. Nunca se presentaron como policías. Salieron directamente como para robar”,
“Mi amigo (el conductor) intentó escaparse para la izquierda. Yo me agaché y ahí nomás escuché cinco disparos. Yo no levanté la cabeza hasta que el auto paró. Cuando me levanté vi a Lucas con un tiro en la cabeza y Joaquín: ‘gritaba lo mataron, está muerto’”, detalló.
Por último, estimó que solo pasaron “cinco minutos” desde que salieron del club, subieron al auto y compraron el jugo hasta que fueron interceptados y baleados.
Lucas González tenía 17 años y soñaba con llegar a primera
Lucas González tenía 17 años que fue baleado en la cabeza en un presunto caso de “gatillo fácil” cometido por policías de la Ciudad que lo interceptaron cuando se trasladaba con tres amigos en un auto por el barrio porteño de Barracas, murió esta tarde tras agonizar en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela, y los familiares denunciaron que los efectivos “tiraron a matarlo” y que le “plantaron” un arma de fuego para simular un enfrentamiento.
Por otra parte, tres efectivos de la Policía de la Ciudad que participaron del hecho en el que fue baleado el adolescente, un futbolista de las inferiores del club Barracas Central, fueron apartados de las tareas operativas en la fuerza y se les inició un sumario administrativo , informó el propio ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro.
Los policías fueron identificados como el inspector Gabriel Isassi, el oficial alcalde Fabián López y el oficial José Nievas, quienes formaron parte de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría Vecinal 4D y actuaron con ropas de civil y en un auto sin identificación.Para los investigadores judiciales y policiales, ya quedó totalmente descartada la primera versión que aportaron los efectivos involucrados acerca de que se había tratado de una persecución y tiroteo, ya que fue confirmado que los adolescentes no tenían armas.
El fallecimiento del adolescente se produjo cerca de las 17.45 de esta tarde y provocó escenas de profundo dolor entre los familiares, amigos y conocidos que en ese momento se concentraban frente al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, para exigir Justicia por el hecho. Emanuel, un tío del futbolista, pidió “justicia” por el crimen de su sobrino y que todos los policías involucrados “vayan presos”.
Según la policía, en el auto de los chicos fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero la mamá del adolescente herido dijo que nunca pudo haber sido vista por los agentes porque la hallaron en el baúl. ”La encontraron recién a la noche, una réplica y en el baúl”, dijo Cintia, al considerar que el arma fue “plantada”.
Al igual que Cintia, los demás familiares de los chicos detenidos rechazaron la versión policial y aseguraron que no cometido ningún delito y que acaban de salir de un entrenamiento, ya que sí ido a probar a las divisiones inferiores de Barracas Central.
Ante esta situación, el Juzgado de Menores 4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueron realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos.