La serie de Netflix “Bebé Reno” narra la historia del acoso que sufre un joven por parte de una mujer psicópata que persigue sistemáticamente, tanto en el mundo real como en el virtual, y termina por cercarlo y cortar sus vínculos con su entorno. Se trata de Donny Dunn (el personaje que es interpretado por Richard Gadd, creador de la serie y víctima de un acoso real), un comediante escocés que es perseguido de forma abrumadora por Martha Scott (Jessica Gunning).
Martha se enamora y se obsesiona con Donny: le manda 41.071 correos electrónicos, 350 horas de mensajes de voz, 744 tweets, 46 mensajes, 106 páginas de cartas y crea cuatro perfiles falsos de Facebook. Sin embargo, existe un caso similar o peor y emblemático en Argentina. Se trata de la historia Ramiro Simón, un hombre de 44 años que nació en Villa Ortuzar, ciudad de Buenos Aires, y padeció por años un proceso de degradación como ser humano gracias a una psicópata.
Cuál es el caso argentino similar a “Bebé reno”
Ramiro Simón es director, guionista, escritor y padre de una nena. En una entrevista a Luzu contó el drama que atravesó cuando conoció a una mujer con quien estableció una relación sentimental y que lo manipuló hasta reducirlo a una condición paupeérrima. “Estaba separado hace nueve meses de la madre de mi hija. Tenía 33 años. Trabajaba en el Congreso de la Nación con Pino Solanas: filmaba y editaba muchas películas de él. Una noche salí a un boliche con un amigo, que me presentó a una chica que él tampoco conocía. ‘Esta es Noel’, me dijo”.
“Cuando creés que vos estás conociendo al amor de tu vida, en verdad están preparando lo que te van a hacer a futuro. Hacen algo que se llama almagemelización: copian todos tus gustos para que sientas empatía”, detalló Ramiro al contar que en ese boliche él le dijo a ella que escribía guiones y Noel le respondió que componía canciones para Diego Torres. También le compartió que él es creyente, por lo que la chica respondió que había trabajado con la madre Teresa de Calcuta. Rezaba a cada rato. Lo llevó a conocer a una persona en una villa de emergencia a la que le había pagado la cañería de su casa. “Era como estar con un ángel”, agregó, pero eran todas mentiras.
Las etapas del engaño para doblegar a una persona
Ramiro aseguró que los psicópatas “son un camaleón, van tomando la forma que necesitan”, quienes para doblegar emocionalmente a sus presas hacen un minucioso trabajo de investigación y estudio.
La primera etapa es la del enamoramiento: “Te escuchan, te traen regalos, son súper atentos. Quieren saber qué es lo que te pasa, qué es lo que sentís, cuáles son tus miedos, cuáles son tus sueños”, detalló y agregó que “arman como una red de historias simultáneas. Son como máquinas militares: están todo el tiempo planeando lo que van a hacer”.
Él quedó atrapado en esa trampa. El sexo es un recurso de captura y manipulación. Noel tenía un plan para absorberlo: “Me dice ‘alguien importante de la televisión quiere volver con una serie nueva, nos gustaría que fueses vos el que escriba el guión’’. Tenía solo un mes y medio para hacerlo, por lo que le dije ‘no hay manera, es muy poco tiempo, te voy a hacer quedar mal’. Y me dice ‘no, ¡tenés que ser vos!’”.
Lo convenció y luego de trabajar en el Congreso, iba a su casa todos los días a escribir el guión de una serie inventada. “Me empezó a drogar, pero de eso me di cuenta después. No me podía levantar de la cama, veía todas las cosas en cámara lenta. Me sentía raro. Como me había hecho vegetariano hace poco, ella me decía que era por eso”, detalló. Y la mujer era el nexo con los supuestos productores del nuevo lanzamiento televisivo: lo mantenía entusiasmado, le nombraba gente que él conocía. Le recreaba un marco de idoneidad, de legitimidad, de normalidad. “Tienen una manera de mentir que no podés imaginarte porque no tenés una mente tan perversa. Es como Los Simuladores”, sumó.
La segunda etapa del engaño incluye la coacción: “Me dice que el ex marido de ella, un militar de carrera, la estaba acosando y la quería matar. Hasta salió en los medios, en televisión, y convenció a un juez que le dio un botón antipánico. Me empieza a enloquecer a mí y me dice que nos quería matar a todos, a mí y a mi hija”. Además, a su hija ya no la podía ver porque Noel la maltrataba a sus espaldas. A los dos meses y medio de relación, ella ya disponía del manejo de sus redes sociales y de su teléfono celular: ya lo había aislado de su entorno.
Debido a la supuesta amenaza de ex que era militar “Todos los fines de semana íbamos a un hotel distinto a escondernos. Ahí es donde me empezó a vaciar: yo tenía una productora chiquita y tuve que vender cámaras, luces, micrófonos, hasta mi auto. Y todo para huir de un supuesto militar que quería matarme. Mi familia me hacía comida y me la traían a casa. Yo ya no tenía más contacto con nadie. Me fue limpiando de a poco. Y le creía todo”, detalló.
“Te genera una adicción más potente que la cocaína. Es algo químico. El psicópata, como te mantiene en un estrés constante, te hace segregar mucho cortisol que te va deteriorando el cerebro: empezás a perder la memoria a corto plazo, a perderte y eso ayuda a que el otro te domine. Por ejemplo: dejás la llave del auto, ella te la agarra y la esconde. Van manipulando la realidad para que sientas que te estás volviendo loco. Primero te lleva allá arriba con el enamoramiento, después te lleva allá abajo quitándote todo lo que tenés. Al final, un día te trata bien, al otro día te trata mal. Te desquicia”, resaltó.
Según el relato del hombre, ella le dijo que una abogada le recomendó que se fueran a vivir lejos para que nos los mataran. Ramiro se rapó la cabeza, se compró anteojos, cambió su fisonomía y alteró su identidad para escapar de algo que suponía real y terminaron en la casa de un familiar de ella en Chilecito, La Rioja. Allí inventó dos nuevos engaños: se tiraba al piso, actuaba convulsiones, le decía que estaba enferma de cáncer y que era, indirectamente, su culpa porque la enfermedad se activó luego de que su ex marido la persiguiera al enterarse de que estaba saliendo con él. La segunda mentira fue hacerle creer que tenía que hacerse un examen de ADN ya que su hija, en realidad, no sería de él.
“Ella me pegaba, me hacía de todo, una vez me clavó un cuchillo. Después se tiraba a convulsionar y decía ‘cómo vas a dejar a una mujer con cáncer’”, recordó. De Chilecito se trasladaron a la capital de Córdoba: “Empecé a limpiar autos y a comer de la basura. Todo lo que conseguía se lo daba a ella. Terminé hecho pelota, se me veían las costillas, era piel y huesos”, contó.
“Se aburrió. Por eso, generalmente los psicópatas integrados tienen varias víctimas. Cuando no le serví más, cuando vio que ya no me podía sacar más nada, me dijo que me volviera a Buenos Aires”, aseguró. Ramiro regresó a su casa y su familia “No podía creer en el estado en el que estaba”.
“Empecé a investigar, a juntar pruebas, charlas por Whatsapp con mis amigos. Hablé con el militar que me quería matar. El psicópata no había sido él, sino ella. Le había hecho lo mismo que a mí. Casi pierde el trabajo y tampoco pudo volver a ver a su hijo”, aclaró. Todo el proceso duró cinco años y la denuncia penal contra Noel radica en los tribunales de la justicia. Él sabe que ella tiene cinco víctimas más y que subsiste por sus estafas. Desconoce si sigue viviendo en Córdoba o si se mudó a Miami.