El drama de quedar desempleado a los 50: prejuicio de “desactualizados” y pocas oportunidades

Pasar a integrar el listado de desempleados es una situación por demás angustiante y tormentosa para cualquier persona. Pero quienes ya superan los 50 años deben lidiar, además, con los prejuicios de que están desactualizados y están grandes. Las realidades de estas personas y la verdad sobre estos mitos.

El drama de quedar desempleado a los 50: prejuicio de “desactualizados” y pocas oportunidades
“En qué lindo momento del país, y a mi edad, me quedé sin laburo. No hay nada", el testimonio de un mendocino.

Quedarse sin trabajo trae consigo un escenario para nada alentador, independientemente de la edad, el género, la situación particular y el lugar de residencia. No obstante, y en un contexto delicado a nivel económico y social, hay grupos que suelen tener menos capacidad de acción y reacción que otros ante este panorama adverso. Y no precisamente por una condición particular o exclusiva de estas personas, sino por lo que tiene que ver con el contexto, los prejuicios y las subjetividades.

“En qué lindo momento del país, y a mi edad, me quedé sin laburo. No hay nada, y lo casi nada que ofrecen, con 50 años sos viejo y sobre calificado”, escribió hace unos días, en la red social X, un mendocino que perdió su principal fuente de ingreso económico. Desde entonces, también en la misma red social, comenzó a compartir sus datos personales y a resumir su experiencia laboral en una seguidilla de tuits (o ex tuits, ya que la red social no se llama más Twitter).

Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Imagen ilustrativa
Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Imagen ilustrativa

El caso de este hombre, quien prefirió no ser identificado en esta nota, no es un caso aislado. Porque en Mendoza y en Argentina, si ya quedarse sin trabajo es una situación indeseable y angustiante, quedar desempleado con 50 años (o más) se convierte en un verdadero drama.

“Desde diciembre estoy buscando trabajo. Y en todos los puestos donde me presento, me dicen que con mi currículum no me pueden dar trabajo. Para algunos ya soy grande, y te lo dicen abiertamente. ‘Estás en una edad en que tu motivación es jubilarte, ‘no vas a tener la camiseta puesta, ‘es probable que te enfermes y ‘sos población de riesgo si vuelve a haber una pandemia’ son algunas de las cosas que me han dicho”, cuenta este mendocino de 54 años, quien es técnico universitario en Recursos Humanos.

“No puedo salir del círculo en que estoy porque, para los trabajos que encuentro, estoy muy desactualizado o descalificado, según me dicen. Yo estoy buscando laburo de lo que sea. Pero me dicen que estoy sobre calificado, y me dicen –además- que en un supermercado, por ejemplo, tendría que ser cajero, pero también repositor y hacer trabajo de carga y descarga. Y me dicen que estoy grande para eso”, agrega, con desazón.

“Yo me siento productivo, no me quiero descapitalizar y quiero seguir activo, tener plata como para poder llegar a fin de mes y, si puedo, irme de vacaciones a fin de año”, agrega.

La idea de que después de los 50 años una persona –en calidad de potencial empleado- queda desactualizada para ciertas funciones está instalada, y de manera constante y casi fija, como si se tratara de una verdad irrefutable. No obstante, en muchos casos se trata de un prejuicio, de un falso paradigma que quedó.

Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto; Archivo
Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto; Archivo

“Me ha pasado de trabajar con muchas empresas o clientes que buscan gente y, cuando les hablás de mayores de 50, directamente tiran abajo la opción. Hay un paradigma de que el mayor de 50 es malo para la computación y con eso les frenan un montón de procesos. Pero, en la práctica, no hay un motivo contundente. Hay clientes que aclaran que buscan empleados o empleadas de entre 30 y 50 años. Y cuando se les pregunta el por qué, comienzan a titubear y simplemente aclaran que no los prefieren”, resume el profesional en Recursos Humanos y consultor para Manpower, Pablo Van Den Bosch a Los Andes.

“El paradigma de que los mayores de 50 no se llevan bien con la tecnología resulta ser muchas veces erróneo. Otro comentario muy común es que no quieren una persona que esté cerca de jubilarse. Pero, con 50 años, quedan todavía 10 o 15 años aún, ¡y es un montón! Porque, además, las personas mayores muestran más fidelidad con las empresas y probablemente se queden esos 10 años que les queden en la empresa. Mientras que personas de entre 30 años, probablemente dentro de tres o cuatro años van a estar buscando otro trabajo”, agrega el especialista.

EN EL LIMBO LABORAL

El caso del mendocino que contó su situación en X no es el único y ni siquiera se trata de un episodio aislado o atípico. Al mismo tiempo, no es un tema del que prefieran o elijan hablar. Y, quienes lo hacen –quizás por miedo, por angustia o por bronca- prefieren no hacerlo con nombre y apellido. Pero se animan a compartir sus experiencias.

Martín (nombre ficticio) tiene 53 años y, hasta hace unos años, trabajaba en una importante empresa mendocina. Sin embargo, la empresa fue comprada y fusionada con otra de afuera, por lo que el mendocino llegó a un arreglo de desvinculación.

Desde entonces, se encuentra buscando un trabajo en lo suyo y, al menos por el momento, se reúsa a ampliar el horizonte a un rubro que no sea su especialidad. Y, claro está, tampoco la tiene fácil.

Licenciado en Recursos Humanos, su especialidad es la administración y proyección justamente del personal. Y donde mejor se mueve es en el perfeccionamiento de herramientas relacionadas al personal. Pero, según lamenta, últimamente los jefes de personal de la mayoría de las empresas o bien son contadores o licenciados en Administración. Así se “ahorran” hacer las liquidaciones de sueldos, ya que –por lo general- lo hace un estudio contable.

Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Archivo
Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Archivo

“Cuando he postulado para trabajos, me preguntan si manejo el lenguaje de programación de computadora. Y me reconocen que, muchas veces, para hacer ahorro de personal, la parte de analista y de data enter se hace todo junto, para eliminar puestos”, reconoce el primero de los mendocinos consultado por Los Andes, aquel que daba clases en una escuela secundaria y fue desvinculado a fines del año pasado.

Tras haber dado clases 20 años en una escuela, y luego de denunciar acoso laboral, este hombre de 54 años fue desvinculado a fines de 2023. Desde entonces, está en la búsqueda de trabajo, aunque sin resultados.

“Tenía ataques de pánico y depresión. Ya estoy buscando trabajo de lo que sea, de guardia de seguridad, de cajero de supermercado, de repositor. Pero donde he averiguado, me dicen que no me pueden dar porque necesitan una persona que cumpla muchas funciones, me dicen que con 54 años no podría y que si me contratan, se comerían un problema”, sentencia.

DAR TRABAJO A MAYORES DE 50: ENTRE EL PREJUICIO Y EL SESGO

Pablo Van Den Bosch es licenciado en Recursos Humanos y consultor. Trabaja con distintas empresas que recurren a él en búsqueda de perfiles concretos de trabajadores. Y, con total sinceridad, reconoce que la búsqueda laboral para mayores de 50 es por demás complicada.

En ese sentido, aclara que el paradigma de la desactualización tecnológica está instalado entre los empleadores, ya que se asocia a ese rango etario con un grupo que reniega de las herramientas tecnológicas. Pero que suele ser parte de un prejuicio.

Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Archivo
Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Archivo

“Existe otro tipo de motivación en los mayores de 50 años. Los millennials y centennials no suelen valorar mucho el trabajo. Mejor dicho, valoran más el balance de su vida, su experiencia y viajar, por ejemplo. Pero el empleado mayor de 50 valora trabajo, busca estabilidad y la motivación de cumplir y quedarse. No suelen tener problemas con los horarios”, explica Van Den Bosch.

Hace unos años tomó un marcado protagonismo una corriente que llamaba a empleadores y empleados a sumarse a los “currículums ciegos”. Eran documentos de aspirantes a conseguir un puesto laboral donde no se incluía ni el nombre, ni la edad, ni la nacionalidad del potencial empleado. Incluso, tampoco se agregaba el mail.

“La idea era –o es, ya que sigue vigente- que los reclutadores o empresas no tengan ningún dato que sirva y permita la identificación. Se busca que el CV incluya la experiencia y los estudios y formación, mientras que sean las empresas quienes elijan en base a eso, sin subjetividades ni discriminación. En muchos lugares tuvo impacto. Pero en Argentina no pegó mucho”, resume el consultor.

Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Archivo
Desempleados a los 50: desde el prejuicio de estar “desactualizados” a ser “demasiado viejos”. Foto: Archivo

Además, en base a su experiencia, explica que los puestos para los que son más demandados estas personas (principalmente mayores de 40) es para cargos jerárquicos, con experiencia fehaciente en puestos de liderazgo.

“La reinvención es clave. Antes, el currículum era muy chato, quizás una hoja blanca y en Word. Pero hoy ya vienen en formatos distintos, con colores, se especifican los hobbies y hasta incluyen actividades y preferencias con emojis. Esto es algo que se ve en todos, no solo en los de más de 50. Pero las personas mayores también están aggiornando sus CV con esos recursos. El aggiornamiento va por el lado de los cursos en informática y este estilo para los CV”; concluye.

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