El desafío de elegir una carrera: entre la necesidad de autoconocimiento y conectar con el deseo

La elección y la decisión puede implicar un gran desafío y acarrear estrés, ansiedad y frustración. Cuándo empezar a definir el perfil de quien quiere formarse, el rol de la familia y qué tener en cuenta.

El desafío de elegir una carrera: entre la necesidad de autoconocimiento y conectar con el deseo
Expo Educativa 2023 en Mendoza realizada a mediados de junio.

Elegir una carrera universitaria puede transformarse para muchos en un verdadero desafío. Aunque no todos quienes deciden continuar sus estudios superiores están recién saliendo de la adolescencia, lo cierto es que una buena proporción sí. El asunto para muchos puede volverse complicado, generar estrés, ansiedad y frustración, que incluso a veces también se traslada a las familias. A veces hay demasiadas cosas que atraviesan la elección, quizás una oferta académica que no termina de convencerlos o a veces directamente, los chicos no tienen idea de hacia dónde les gustaría orientar su formación y su futuro laboral. Si estás buscando carrera, esta nota es para vos. Si tu hija o hijo están en eso, también es para vos.

La información adecuada, el autoconocimiento en cuanto a habilidades, gustos y deseos y tomarse el tiempo necesario para la decisión, son las claves para superar la instancia con mayor éxito. Así lo destacó la psicopedagoga Mónica Vicchi, especialista en orientación vocacional y quien se dedica al tema desde hace 30 años.

“Que no se apuren, que tengan paciencia y que es un proceso”, es lo primero que anticipa para los ansiosos o desesperados.

“Para poder elegir tenemos que saber algunas cosas de nosotros mismos. Yo siempre pongo un ejemplo que cuando vos te vas de viaje no comprás cualquier lugar, buscas un lugar que te guste a vos, si te gusta el mar, si te gusta la montaña, según lo que te guste vas a ver de ese viaje qué elegir ¿Qué pasa con la elección vocacional? A veces empezamos a mirar afuera, que oferta educativa hay y nos queda esta información nuestra, quiénes somos, qué me gusta, qué habilidades tengo, qué intereses tengo. Y esto que parece tan natural y tan lógico, no lo tienen tanto los chicos a los 16 o 17 años, cuando tienen que elegir la carrera”, explicó.

Es entonces que pasa esto de que “cuesta”, señaló, porque no se tiene esa información.

Las experiencias y el tiempo

Uno de los aspectos que sobresale es el tiempo: tomar tiempo para conocer, para charlar con quienes trabajan en algo que interesa, tiempo para la introspección, de hacer procesos, de diálogo en familia, de proyectarse.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

“Esto en realidad es un proceso de conocimiento- afirmó- algo que no empieza en 4º año ni en 3°, es un proceso quizás de muchos años antes y no debería empezar en esa época, debería ser una forma de crianza, una forma de educación desde la escuela donde los niños y las niñas puedan conectarse con esto, con sus habilidades, con sus gustos, con sus intereses. Y esto no siempre pasa por ahí. La educación se limita a lo curricular, que es lo lógico, pero falta esta parte y a veces las familias no tienen mucho en cuenta el proveer de experiencias, diferentes experiencias para que los chicos vayan conociéndose, vayan viendo qué les gusta, qué no les gusta”.

“Tienen que saber qué quieren, qué van a hacer el resto de sus vidas, porque también está este mandato de que sea para toda la vida. Lo cual por suerte va cambiando”, resaltó.

Algo que falta es la conexión con el deseo. “No se conectan los chicos con el deseo. Se han acostumbrado a conectarse con lo que deben hacer, con lo que hay que cumplir, y de repente vos sí les decís bueno, elegí lo que te gusta, lo que te haga feliz. No saben, no lo saben”, remarcó.

De todo esto deviene que otro pilar es el autoconocimiento. Conocer qué cosas se disfrutan, en que me siento cómodo, pueden ser algunas de las preguntas a formular para ir definiendo un perfil. Es que elegir una carrera no es solo decidir “de qué vamos a trabajar”, es aquello en lo que se va a poner la energía, en lo que nos vamos a desarrollar y es en ese punto que si se va a hablar de adultos felices hay que pensar en que esto tiene que estar impulsado por el deseo y ¿por qué no? por la pasión.

Y esto, no es algo que pueda lograrse fácilmente en un año o dos, mucho menos si se espera a julio para empezar a analizar qué se va elegir.

Es un proceso que, según la experta, es bueno que empiece incluso desde la infancia. “Sería genial que lo empiecen en la primaria, a veces uno los va viendo, el tema es que no les devolvemos lo que vemos”, apuntó en referencia a hacerle notar que cosas hace bien o cuáles disfruta. Por otra parte, subrayó que hay que considerar que se trata de procesos individuales y cada uno tiene sus tiempos, que hay que respetar y no dejarse llevar.

“El mejor recurso es el autoconocimiento, tener la posibilidad de saber cosas de mí, porque cuando yo ya sé qué, qué me gusta, qué habilidades tengo, qué me interesa de la realidad tengo yo digo el 50% de la información de la elección vocacional”, destacó la profesional. Luego agregó sobre el resto: “El otro 50 es ir a informarse, movilizarse, buscar información en las universidades, en los institutos, en los oficios, preguntar a los profesionales. Esto no es algo que viene y que me lo tienen que dar tipo colegio, acá hay un proceso donde el joven se tiene que movilizar, entonces yo diría que la sugerencia es que atraviesen este proceso con calma lo más posible, no caer en la ansiedad que paralice”, aconsejó.

Porque aclaró que la elección es un proceso y la decisión es otro. “Porque es difícil, implica tomar algo y dejar otra cosa (...) Y esto es un duelo, es decir, esto no por ahora y esto sí”, resaltó.

Vicchi subrayó que elegir lleva su tiempo, su conflicto, su proceso de confusión, de ansiedad y que los padres tienen que tratar de entender este proceso, en vez de sentir que los vuelven locos por marchas y contramarchas que son normales.

Estrategias para decidir

Un recorrido positivo es que hagan una búsqueda de ellos mismos y empiecen a pensar en qué experiencias les gustaron desde pequeños, qué situaciones los hacían felices antes o ahora y dónde es que ellos perdieron la noción del tiempo, propuso Vicchi. “Cuando vos perdés la noción del tiempo en algo es porque te encanta, es porque estás con una pasión que te pone piel de gallina. Bueno, eso es lo que hay que descubrir, qué te gusta, que te moviliza”, recomendó.

“Saber para qué cosas vos tenés más facilidad, qué cosas haces mejor, que no siempre está acompañado por el gusto. Hay chicos que por ahí tienen, por ejemplo, mucha facilidad para las matemáticas. He conocido varios, pero no quieren elegir nada que tenga que ver con matemáticas, porque sí, me sale fácil, pero no es que yo me veo trabajando toda la vida con números”, comentó luego.

Además, agregó que es un proceso que la familia y allegados tienen que acompañar y que no esté atravesado por presiones como que hay que inscribirse porque cierra el pre o las expectativas puestas sobre ellos.

Facultad de Ciencias políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo. | Foto:José Gutiérrez / Los Andes
Facultad de Ciencias políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo. | Foto:José Gutiérrez / Los Andes

Yo digo paremos la pelota, dejémoslos que reflexionen, que piensen, que sientan -aconsejó- Hay chicos a los que les lleva medio año y hay chicos a los que les lleva más tiempo y hay que permitirles ese tiempo”.

Quizás ese periodo puede transformarse en capital, también puede ser una instancia de maduración que lleve a mejores decisiones.

En cuanto a la valoración que se hace de la formación explicó: “Hoy los trayectos no se evalúan porque hiciste una carrera de seis o cinco años en el mundo laboral, se evalúan sobre todo las habilidades blandas, que son habilidades socioemocionales, la capacidad de trabajar en equipo, la capacidad de tener empatía, de tener entrenamiento, resolución de problemas”.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que la carrera, es una base y luego cada uno va formando su propio perfil a partir de lo que vaya sumando. “Eso lo trabajamos muchísimo con los chicos, de que no es porque es médico, tiene que trabajar sí o sí en un hospital o en un consultorio. O sea, hay hoy en día varias cosas que se pueden hacer desde cualquier carrera y eso también va rotando y uno va descubriendo, va eligiendo a lo largo de la vida también dónde estar”.

Respecto de las preferencias de los jóvenes actuales, muchos se vuelcan a que tenga una salida laboral bastante rápida.

“Permitamos que jueguen y que digan me veo como médico, mañana me veo como abogado, pasado me veo como técnico en enfermería, esta es la edad para permitirse eso ¿si no cuando?”, preguntó.

En cuanto a las dificultades para decidir consideró que también depende mucho del dispar acceso a información y experiencias. Otro aspecto que incide son las concepciones de las familias en cuanto a aquello que ponen en valor, como qué es lo más reconocido, o lo que creen que puede dar mejor pasar económico, por ejemplo.

Pero es en este sentido que también se requiere de una apertura mental por parte de los padres para acompañar y aceptar las nuevas perspectivas que tienen los jóvenes, con diferentes criterios sobre su trayectoria de vida y de los tiempos.

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