Si algo se puede destacar como positivo de los prejuicios –cualquiera sea- es la facilidad con que pueden ser derribados. Incluso, el propio contraste con la realidad no solamente los deja en evidencia, sino que también marca la fecha de caducidad de aquellas afirmaciones e ideas basadas en el desconocimiento y en ideas a las que se arribó sin demasiado sustento.
Y esto es lo que ha ocurrido con el golf en los últimos 10 años (por lo menos) tanto en Argentina como en Mendoza. Porque este deporte, que durante décadas fue sinónimo de lujo, exclusividad, elite y hasta de imponer una barrera simbólica divisoria de clases sociales, cada vez suma más adeptos. Y encontró en la pandemia de Covid-19 un impensado aliado, que ayudó a que se potencie aún más.
“Es como si todo quedase afuera cuando entro al campo y empiezo a jugar. Y durante un par de horas, me abstraigo de todo”, se sinceró Jorge (50), quien descubrió el golf hace unos pocos meses y, desde entonces, hasta lo usa como una terapia.
En total, en el Gran Mendoza, hay 4 campos de golf. A ellos se suman 2 más en San Rafael y uno más en Tupungato, por lo que en total son 7 los espacios activos para practicar este deporte. Se trata de una cifra por demás importante si se tiene en cuenta que hace menos de 20 años solamente se contabilizaban 3.
“Desde hace mucho tiempo el golf dejó de ser un deporte de elite. Pero, en los últimos años, la pandemia ayudó a que se extendiera aún más. Porque se recomendaron deportes al aire libre y que no fuesen de contacto, y el golf tiene todo eso”, resumió Rosario Dalera (29), quien juega en el Club de Campo y comenzó a jugar a los 10 años, incentivada por su padre.
“La mirada del golf ha cambiado y hay toda una idea de convertirlo en una actividad mucho más participativa y atrayente, y que no quede solamente como algo elitista”, resumió el presidente del Golf Club Andino, Fabián Díaz, quien tiene más de 30 años de experiencia en este deporte. Y destacó que en los últimos años se ha visto un incremento en la inscripción de socios en los clubes.
En el golf no existen campos abiertos al público en general (como ocurre, por ejemplo, con el pádel o el fútbol, donde se pueden alquilar las canchas). Esto significa que, salvo lugares muy puntuales, hay que ser socio de alguno de los clubes para poder practicarlo.
Sin embargo, hay dos espacios puntuales en los que se brinda la posibilidad de tener un primer acercamiento al deporte. En el Golf Club Andino se brinda la posibilidad de tomar clases sin la necesidad (al menos al comienzo) de ser socio.
Lo mismo ocurre en el Club del Campo. “El golf, hoy en día, es más cercano a cualquier otro deporte. No creo que sea elitista, ya que puede ir cualquiera a jugarlo y probar. En el Club de Campo existe la zona del Driving Range, que es un lugar abierto donde se puede inscribir la gente para practicarlo sin ser socio. Allí hay profesores y se alquilan los palos y las pelotas”, destacó el profesor y golfista Carlos “Charly” Agüero.
POR QUÉ CADA VEZ MÁS GENTE JUEGA AL GOLF
Los 4 campos de golf activos en el Gran Mendoza son Club de Campo (único con 18 hoyos en Mendoza), Golf Club Andino, La Vacherie y Mendoza Norte (todos de 9 hoyos).
A ellos se suman otros dos en San Rafael –El Nevado y Algodón-, aunque este último es un espacio más destinado al turismo y no suelen organizarse torneos en este predio. Lo mismo ocurre con el campo de Par 3 que se encuentra en Atamisque (Tupungato), que también es de uso más recreativo y turístico.
También en Tupungato existía hasta hace algunos años un octavo campo de golf –que iba a ir acompañado de un emprendimiento inmobiliario a futuro-, aunque finalmente el proyecto integral no prosperó, por lo que el campo en sí tampoco se encuentra activo por el momento.
“Es increíble como explotó el golf durante y post pandemia, fue algo tremendo la cantidad de gente que empezó a jugar al golf. Fue justo cuando comenzaron a habilitar deportes al aire libre”, resumió a su turno Andrés “Andy” Benenati, uno de los jugadores más destacados en el circuito local.
“Lo que tiene el golf y engancha a todo el mundo es el programa en sí. Imaginate la posibilidad de jugarlo con amigos, completar 9 hoyos son dos horitas caminando, de desenchufe. Además, otro atractivo es que no hay dos canchas en el mundo iguales, por lo que en cada una en que jugués va a ser siempre distinto”, agregó
¡PREJUICIOS, FUERA!
Según repasó el gerente del Golf Club Andino, Lucas Melián, la idea del golf como algo selecto y de elite se instaló con el paso del tiempo. Si bien sus orígenes, como muchos otros deportes, se remontan a la llegada de los ingleses que vinieron a trabajar a Argentina con el ferrocarril, con el tiempo se fue convirtiendo en una actividad cada vez más segmentada.
Además del empuje y vidriera que tuvo el golf durante y después del momento más crítico de la pandemia, el profesor y golfista Carlos Agüero indicó que otra ventaja que resaltan quienes han encontrado en este deporte su cable a tierra tiene que ver con que no hay una edad para jugar al golf. De hecho, Agüero tiene alumnos de 5 años en una especie de “jardín” en el Club del Campo. Y también hay jugadores de más de 85 años.
La figura de Tiger Woods, uno de los golfistas más famoso de la historia, contemporáneo, y quien trascendió en su fama al mundillo del golf o la difusión de partidos, torneos y hasta la existencia de un canal exclusivo (Golf Channel) también han aportado su cuota de masificación.
“No creo que el golf sea un deporte caro. Para el golf hay que pagar una cuota social, como en cualquier club, y el juego de palos también es una inversión que te acompaña toda la vida.”, siguió Agüero.
CUÁNTO SALE JUGAR AL GOLF EN MENDOZA
Melián, gerente del Golf Club Andino, se refirió a algunos valores tentativos y estimados para poder iniciarse en el cautivante mundo del golf. En ese sentido, destacó que las inscripciones a los clubes rondan entre los 300.000 y los 400.000 pesos (por única vez).
A la inscripción se suma, además la cuota social (alrededor de 30.000 pesos mensuales).
En cuanto al equipamiento, lo fundamental son los palos. En el golf es muy frecuente el “mercado del usado”, ya que los golfistas más experimentados van renovando su equipo y ponen a la venta aquel que va quedando en desuso (en ello, sumado a que se trata de material importado, es donde radica el éxito de lo usado).
Una bolsa usada, con 14 palos, puede costar entre 100.000 y 400.000 pesos, en la manera en que se vaya actualizando y agrandando (los nuevos se consiguen a partir de un millón de pesos). En caso de que se quiera sumar, además, el carro para trasladarlo hay que pensar en unos 50.000 pesos más.
Los costos de indumentaria son por demás relativos. “Una bermuda se puede comprar en cualquier lado, hay precios de todo tipo. Lo mismo con la remera. La única ‘etiqueta’ del golf es que sea una remera con cuello, pero eso se puede conseguir hasta en el supermercado si uno quiere”, siguió Melián.
Las pelotitas, en tanto, también significan una inversión. Y, mientras menos experimentado sea el jugador, mayor monto deberá destinarse. “Lamentablemente el cuidado de la pelota la va a dar la experiencia. Cuando uno arranca, se van a caer la laguna o van a salir del perímetro del club, y en esos casos la perdés. En la medida en que vas ganando experiencia, van durando más las pelotas”, resumió el gerente del Andino. Y aclaró que cada pelotita de golf cuesta entre 200 y 400 pesos.
Para quienes quieren comenzar, también están las clases. En el Golf Club Andino hay escuela para mayores y para menores. En el caso de los mayores de 15 años, la lección cuesta 15.000 pesos e incluye 6 clases (un nivel). Mientras que para los menores de 15 años, la lección tiene un valor de 6.000 pesos.
