Para que construyamos una Mendoza más prospera desde el deporte, primero que todo tenemos que empezar desde las escuelas donde se empieza a el deporte y acompañado desde las instituciones deportivas (clubes, municipios, instituciones barriales, uniones vecinales, etc.).
Todos estos entes son los que motivan a que los niños/as les guste el deporte y otras miembros importante son los profesores y monitores, que tienen que transmitir con pasión y energía el gusto por la práctica deportiva que genera valores, responsabilidad, compromiso, empatía y esfuerzo, entre otros.
Otro entes importante, y diría que fundamental, es la familia, que acompaña y motiva a los niños para la práctica deportiva. Sin ellos nada se podría hacer ya que son los que los llevan, traen y acompañan adonde sea para que el niño pertenezca a un grupo de personas en pos de un objetivo común. Y no digo que solo sea ganar, sino que formen parte de un grupo que se comprometa para lograr algo. Eso tienen que entender los papás: los hijos deben cultiva r la cultura del esfuerzo a través del deporte, logrando cosas por sus propios méritos y no a través de otros.
El voleibol es un deporte que se practica desde los 4 años hasta los 80 años, con el newcom que es un deporte que hoy en día está creciendo a pasos agigantados y permite a los adultos mayores compartir con sus pares y disfrutar de la tercera edad a pleno.
El gobierno de Mendoza, y de los municipios, colaboran mucho en el crecimiento del deporte y en la inclusión de niños, adolescentes y adultos en la práctica deportiva para mejorar su salud mental y física.
La organización de eventos deportivos de orden nacional o internacional ayuda, pero yo creo que sería mejor utilizar ese dinero en la organización de campus deportivos, donde profesionales capacitados de cada deporte ofrezcan charlas a niños y entrenadores y así acrecentar el nivel del deporte en la provincia.
Otro tema más que preocupante, y acá intervenimos los padres, es el uso del chupete electrónico (celular). Se ha convertido en una forma de que nuestros hijos no estén aburridos y nos simplifican las cosas cuando le damos el terrible aparato. Deberíamos condicionar el uso del celular, ya que perdemos horas de sueño, perdemos poder cultivar nuestra imaginación para generar nuestros propios juegos y corremos el riesgo de caer en múltiples flagelos que nos azotan (apuestas, problemas sexuales, etc.).
Por eso, la práctica del deporte nos permite relacionarnos, cultivar valores, responsabilidad, compromiso, orden, respeto por el otro y esfuerzo. Todo eso, hoy en día, se lo facilitamos a nuestros hijos.