Que todos puedan acceder. Es un gran lema como leitmotiv para generar acciones en una sociedad en la que persisten las brechas pero también hay buenas voluntades. Y en ese plano, el Museo de Ciencias Naturales Cornelio Moyano busca abrir cada vez más sus puertas para posicionarse como el primer museo accesible de Mendoza. Por su temática, que genera interés general y resulta muy atractiva; por su historia, que lo vuelve un espacio invaluable, así como por emblemático edificio en el que se encuentra ubicado, podría decirse es uno de los museos más cercanos y conocidos para los mendocinos. A su valiosa exhibición, ahora suma un plus: propone visitas accesibles, actividades que contemplan la diversidad y ofrecen diferentes formas de percibir y apropiarse de las cosas para ofrecer un espacio abierto y amigable para personas con distintas condiciones y discapacidad.
El director del museo, Guillermo Campos, explicó que reciben la visita de unas 120.000 personas por año, de las cuales 25.000 son chicos de escuelas. Pero hay sectores que accedían menos y por eso buscan que asistan centros de día e instituciones para personas con discapacidad. “Se supone que un museo no es un ámbito que está preparado para que personas con cualquier tipo de discapacidad puedan acceder, entonces yo quise romper con eso y empezamos a hacer estos proyectos”, contó Campos.
Programa accesible en el museo Moyano
El programa se llama “Hay espacio para todos” y está destinado a personas con discapacidades cognitivas, visuales, auditivas y motrices. Incluso han fijado un día especial, exclusivo para estos grupos, que los miércoles pueden disfrutar del espacio sin que haya asistencia de otro público y en un entorno más cuidado.
El museo se ha fijado como objetivo ser una institución innovadora e inclusiva en la generación y en la extensión de información científica accesible, investigando, interpretando y difundiendo las ciencias naturales y antropológicas con énfasis en el acervo patrimonial y regional. Esto enmarcado en los nuevos paradigmas en la concepción de los museos, que apuntan a recordar que son instituciones públicas que deben ser accesibles e inclusivas, que fomentan y respetan la diversidad cultural y la sustentabilidad ambiental.
Los programas implican la intervención directa sobre las formas de transmisión comunicacional del museo con el objetivo de informar con perspectiva de derechos de las personas con discapacidad, promoviendo su participación en la vida cultural del patrimonio. Esto entendiendo que la inclusión es una respuesta colectiva cultural y social por eso se suman al reto de ser parte de una sociedad que garantice los derechos de las personas con diferentes capacidades.
No se trata solo de ofrecer contenidos adaptados sino que, además, en el plano edilicio cuentan con recursos que no todos tienen: rampas de acceso y ascensor.
“Son proyectos macro que derivaron en todo esto, asesorados por el dispositivo Enlaces del hospital Carlos Pereyra, estamos trabajando muy bien con ellos, con la Dirección de Discapacidad de la provincia y Discapacidad de la Ciudad”, señaló Campos quien dijo que se ha hecho con los recursos que tienen disponibles y según las posibilidades. También colabora con ellos el centro de formación Clisa, que es una ONG.
“Siento que ya está cubierto el tema de chicos, de escuelas, ahora vamos a enfocarnos en las personas que no vinieron nunca y triplicamos la cantidad de aquellas con discapacidad que vienen; los centros de día están agradecidísimos porque tenemos resuelto el tema de las personas con problemas de movilidad, justamente son dos pisos, tienen que tener ascensor y hay, mientras que en los otros museos no hay, en general ni siquiera hay rampa de acceso y eso permite que las personas con problemas de movilidad lo puedan recorrer tranquilamente”, detalló.
“A personas con problemas cognitivos podemos reforzarles a través del Tocar para Aprender”, la propuesta que busca comunicar la ciencia de forma inclusiva por medio de los sentidos, especialmente el táctil.
Contó que hace poco hubo una propuesta de arquitectura: “Era la arquitectura a través del tiempo y estaba relacionado con las construcciones en el parque, entonces había sonidos de aves que reconocían sonidos del parque y olores, estaban todas las cuestiones sensoriales abiertas, eso es lo que tienen que encaminar los museos”, opinó. Dio como ejemplo que también dieron talleres de cerámica para personas ciegas.
Cómo se adapta el museo Moyano
La estrategia ha requerido generar réplicas para que haya cosas que se puedan ver y tocar. En definitiva, es la oportunidad de percibir y vivenciar el museo con otros sentidos distintos de la vista, que suele priorizarse.
Cuando un expositor ofrece una charla abierta a la comunidad, le piden que también haga una propuesta para enmarcarla en el programa. Lo que hacen cuando hace falta mediar la información y contar con intérpretes, es enviar previamente los contenidos al establecimiento o instituto para que los docentes o acompañantes ya la tengan vista y sean ellos los que hagan de guías en el recorrido por el museo.
“El tocar para aprender es básicamente todo lo opuesto al museo, que en el museo no se toca, para eso hay réplicas de todo, lo que se puede tocar, entonces se puede romper, no pasa nada”, comentó. Es que lo que está expuesto es casi todo original y está en vitrinas.
Las réplicas están hechas con plásticos especiales que se pueden tirar en el piso y no se rompen, “justamente para que puedan tocar y si se cae se vuelve a hacer”, subrayó Campos. Se hacen con moldes de yeso y resina.
El Tocar para Aprender se organiza cada vez que viene un establecimiento educativo de personas con discapacidad, específicamente para ellos, en el marco de la visita formal al museo.
Las actividades
En abril el museo Moyano cumplió 113 años de existencia. Tiene una colección de más de 150.000 piezas y aborda 11 áreas de las ciencias de la naturaleza y de la humanidad.
Está emplazado en el antiguo edificio Playas Serranas, en el parque General San Martín, que fue obra de los arquitectos Manuel y Arturo Civit en 1936.
Entre los proyectos con los que cuentan se incluyen:
Tocar para Aprender: a través de réplicas de fósiles, rocas, minerales, elementos de zoología y otros, la persona puede manipular los objetos para reconocer características texturas, formas y tamaños.
Biblioteca accesible: el museo se encuentra embarcado en la digitalización de su biblioteca y en ese marco interactúa con centros de día que atienden a personas con distintas discapacidades así como centros educativos para que tengan acceso al material de lectura y audiolibros con lenguaje inclusivo y accesible.
Replicado de piezas de alfarería arqueológica: busca transmitir la historia de los pueblos originarios de la zona con la realización de talleres de cerámica arqueológica a través de experiencias sensoriales directas, en particular de personas con discapacidad visual y cognitiva.
El MuMo y el día accesible: es un día especialmente dedicado a recibir a personas con distintas discapacidades y brindarles una experiencia inclusiva.
El saber da lugar a…: se ofrece información por medio de guías , audio-guías y actividades didácticas de distintas temáticas referidas a la inclusión, cuidado del medio ambiente y difusión del patrimonio para poder realizar un recorrido adecuado a las características y necesidades de quienes lo requieran.