Tras el dato alentador que el agujero en la capa de ozono venía reduciéndose en los últimos años, esa racha parece haberse cortado y el hoyo en la atmósfera podría ser el más grande desde 2015. En medio de los efectos del cambio climático y el calentamiento global, el fenómeno se posó sobre Argentina, específicamente sobre la provincia de Tierra del Fuego entre el jueves 21 y el viernes 22, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Cabe destacar que, como cada año, el agujero de ozono se forma entre agosto y diciembre, lo que lleva a una mayor penetración de rayos UV, que tienen varios efectos nocivos para la salud. Debido a las políticas ambientales aplicadas en el Protocolo de Montreal de 1987, en los años recientes se ha observado una menor severidad en las reducciones de ozono.
Por ejemplo, en 2019, el agujero midió aproximadamente 6,3 millones de kilómetros cuadrados, su menor extensión desde que se lo midió por primera vez en 1982. Sin embargo, pese a esta tendencia, el agujero de 2023 podría ser el más grande en ocho años, llegando a medir más de 16 millones de kilómetros cuadrados en agosto, según información del programa Copérnico de la Unión Europea.
De esta manera, la disminución del ozono, que es influenciada por una diversidad de elementos químicos y ambientales, ha sido más rápida que en años pasados. Acorde a los registros, no se ha registrado una extensión de este tipo desde el año 2015.
LAS POSIBLES CAUSAS
Es difícil determinar una causa específica para su aumento, debido a que la disminución del ozono está afectada por una gran variedad de factores. Aun así, algunos expertos han sugerido que la erupción del volcán submarino Hunga Tonga en enero de 2022 podría proveer una explicación.
Dicho evento resultó en la expulsión de millones de toneladas de vapor de agua en la atmósfera que llegaron a la estratósfera antártica a finales del año pasado. Este cambio pudo haber contribuido a la rápida disminución de ozono que se observó en agosto.
Como era de esperarse, otra explicación posible está relacionada a los efectos del cambio climático. Debido a que el agujero de ozono está afectado por condiciones meteorológicas, incluso pequeños cambios en la temperatura pueden influir notoriamente en su formación.
De este modo, según información del Departamento de Ambiente del Reino Unido, el calentamiento global causa bajas temperaturas en la estratósfera, lo que desencadena en menores niveles de ozono, especialmente en zonas polares.