Dos de cada diez estudiantes matriculados en escuelas primarias que están dictando clases presenciales en la Argentina no asisten a las aulas por motivos diversos como pertenecer a grupos de riesgo ante el Covid-19 o por decisión de la familia por el temor al contagio de la enfermedad que azota al mundo desde hace un año y medio.
Esto se desprende de información oficial del ministerio de Educación de la Nación, relevada a través del programa “Cuidar Escuelas”. Se realizó un estudio sobre el 50% de las 30.000 escuelas que hay en el país. Entre abril, mayo y junio, el promedio de asistencia a las aulas de escuelas con clases presenciales no ha superado el 81% de la matrícula primaria.
Los casos de aislamiento
Otro registro oficial elaborado a través de la misma plataforma indica que desde que comenzó el año lectivo 2021 hasta el 23 de junio hubo 209.854 casos sospechosos de Covid-19, de los que se confirmaron 116.062 como “positivos”. De ellos, 65.438 fueron estudiantes y 50.624 fueron docentes y no docentes.
El 23% de los casos sospechosos totales había asistido a las escuelas 48 horas antes de haber presentado los síntomas compatibles con la enfermedad o que se confirmara el cuadro. Y los protocolos indican que en esos casos corresponde activar el aislamiento de los grupos que se consideren contacto estrecho.
“Si se proyecta ese dato al conjunto del sistema educativo, tendríamos que entre mediados de marzo y finales de junio en 100.000 ocasiones en el sistema educativo argentino se ha activado un protocolo de aislamiento”, señaló a este medio Gabriela Diker, secretaria de Evaluación Educativa.
Esto significa –agregó la funcionaria- que aún en condiciones de sostenimiento de la actividad presencial, mientras permanezca esta situación sanitaria de pandemia, sigue habiendo un funcionamiento relativamente intermitente.
Una dura realidad
La pandemia de Covid-19 no solo ha traído consigo el riesgo de enfermar, sino que también ha profundizado las desigualdades existentes entre los 10 millones de alumnos del sistema educativo primario y secundario en un país en el que el 57,7% de los chicos de hasta 14 años está en la pobreza y el 15,7% sufre hambre.
Datos relevados por el ministerio de Educación, algunos muy preliminares todavía, exponen una radiografía compleja. Cuando estos se cruzan con las variables sanitarias y epidemiológicas, se configura un escenario aún más difícil.
La última Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica había mostrado que 1 millón de alumnos (el 10% del total) había tenido baja o nula vinculación con la escuela en 2020. El 60% de secundaria y el 40% de primaria.
Datos oficiales preliminares indican que, de los 600.000 chicos de secundaria, unos 360.000 ya participaron de actividades de revinculación en el verano. “Eso permite tener buenas expectativas sobre los resultados afianzados desde que comenzó el ciclo lectivo”, dijo Diker.
“Sobre la estimación que habíamos producido, una primera constatación indica que, dada la tradición universalista de la primaria argentina, una vez recuperada la actividad presencial, los chicos regresan a las escuelas”, agregó Diker.
En ese sentido, indicó que el problema se concentraría en el 60% de los chicos que habían perdido vinculación con la secundaria. Y afirmó que el dato oficial actualizado se va a poder precisar cuándo se complete la nominalización de este universo en las próximas semanas. Por el momento, sólo dos tercios de las jurisdicciones del país ya han cargado información en la base nominal que se está construyendo.
Una radiografía de la situación 2021-2022
La funcionaria habló en el marco del lanzamiento del nuevo Plan Nacional de Evaluación Educativa, con el que el Estado intentará responder tres principales interrogantes: Qué se pudo enseñar y aprender en el contexto de la pandemia; cuáles fueron los cambios introducidos en la organización y funcionamiento escolar tras las alteraciones de las coordenadas tradicionales; y de qué manera se han visto afectadas las trayectorias escolares de los estudiantes.
El gobierno nacional y las provincias quieren llegar a conclusiones más detalladas respecto de cómo ha impactado la pandemia en el país. Por eso, además de las Pruebas Aprender que harán en escuelas primarias en 2021 y en secundarias en 2022, también se hará una encuesta a equipos docentes sobre condiciones y prácticas de enseñanza ciclo lectivo actual. Participarán 11.133 docentes de 2.782 escuelas, que serán las mismas que se relevaron en la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica (ENPCP) en 2020. Los resultados se conocerán en noviembre.
Mientras tanto, se avanzará con una Investigación Federal Educativa 2021 para poder ver cómo está la organización y funcionamiento del sistema escolar. Se realizarán estudios jurisdiccionales a lo largo del segundo semestre y los resultados se conocerán en marzo de 2022.
El contexto de pandemia
De cara a lo que serán las Pruebas Aprender de diciembre, en las que se apuntará a relevar el conocimiento alcanzado en Lengua y Matemática por 770 mil alumnos de la escuela primaria, el sistema educativo tendrá un doble desafío, dado que además de la presencialidad parcial que hay al menos por ahora, ya en 2016, 2017 y 2018 nunca se pudo superar una participación de respuestas mayor del 78,7% de los alumnos que formaban parte del muestreo.
Actualmente, la presencialidad viene incrementándose, pero está la situación está aún muy lejos de parecerse a la “normalidad” conocida antes del Covid-19. Un estudio realizado sobre los 30.000 establecimientos educativos que hay en el país indica que, en la semana del 26 al 28 de mayo, el 89% de las escuelas no tenía presencialidad. Ese indicador pasó al 70% en la semana del 7 al 11 de junio y continuó mejorando hasta alcanzar el 25% entre el 22 y 25 de junio. En las próximas horas el Gobierno nacional revelará los datos de los últimos tres días de junio y los primeros dos de julio.