Efecto pandemia: en Mendoza cerraron casi 850 empresas

Un informe de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo revela que, hasta setiembre de 2020, se perdieron 23 mil empleos. Construcción, industria manufacturera, turismo y transporte, los más afectados.

Efecto pandemia: en Mendoza cerraron casi 850 empresas
Pérdida de empleos en la construcción.

La cantidad de empresas registradas en Mendoza bajó de 21.661 en setiembre de 2019 a 20.814 en el mismo mes de 2020, lo que implica que, al cerrar el tercer trimestre del año, ya se habían perdido 847 unidades productivas, en un año marcado por la pandemia del coronavirus y los efectos económicos de las medidas de aislamiento y distanciamiento social.

Asimismo, mientras que para setiembre de 2019 se registraron en la provincia 414.325 trabajadores cubiertos por el sistema de riesgos del trabajo, un año después el número disminuyó a 390.777, unos 23 mil trabajadores menos. Los datos se desprenden del último informe publicado por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) que muestra cuántas compañías hay en cada provincia y cuántos trabajadores tienen cobertura de ART.

En detalle

El estudio de la SRT muestra que la cantidad de unidades productivas -empresas u organizaciones del sector privado o público- presentó un retroceso de 3,91% entre el tercer trimestre de 2019 y el mismo periodo del 2020. En la misma línea, los empleados en estas organizaciones cayeron 5,68%. Esto implica un mayor porcentaje de empleos perdidos que de cierre de empresas, que puede explicarse en parte por las bajas de trabajadores temporarios.

El informe muestra que, si bien todos los rubros muestran números negativos (con excepción de salud y servicios humanos, con un incremento de 4%), la agricultura y los servicios de alojamiento y comida registran caídas que superan 13%; la construcción cayó 28,14%; y los servicios inmobiliarios, lideran la lista con una merma de 37% en cantidad de trabajadores registrados.

Si se toman en cuentan sólo los rubros en los que hay más de 10 mil trabajadores registrados en la SRT, los peores resultados entre enero y setiembre de 2020, la construcción encabeza la lista con 5.158 trabajadores menos (-28,14%); seguida por la agricultura con 3.801 menos; servicios de alojamiento y comida con una caída de 1.561 trabajadores; servicio de transporte y almacenamiento cayeron 1.084 trabajadores y comercio y reparación de vehículos con 2.223 empleados menos. Con menos porcentaje de caída, pero también mucha incidencia, la industria manufacturera, responsable de 39.404 trabajadores en la provincia, perdió 1.602 empleos.

Sectores más comprometidos

José Candeloro, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción en Mendoza, señaló que el sector está en una situación muy crítica, que viene de arrastre desde fines de 2019, cuando empezaron los problemas con el pago de la obra pública. Y resaltó que la mayoría de la gente registrada trabaja para este tipo de obras, o para un edificio o un barrio importante; el resto es mano de obra informal.

Candeloro detalló que el rubro tiene un régimen laboral especial, con un fondo de desempleo. Las personas trabajan el tiempo que requiera la obra y luego empiezan a cobrar este fondo hasta que los tomen para otro proyecto en la misma empresa o en otra diferente. En un contexto de casi nulas obras en marcha, esta rotación no ocurrió.

Aunque esperan que la construcción se reactive, indicó que no ven que esto suceda en el corto plazo, ya que hasta ahora ha habido anuncios desde Nación, pero nada concreto. Algo similar, sucede en la Provincia, en donde, si se llama a licitación en las próximas semanas, podrían comenzar las obras recién en marzo o abril.

Por otra parte, indicó que el presupuesto provincial depende mucho del gobierno nacional, de la recaudación –que, si bien ha mejorado, está muy por debajo de lo normal- y de que se consiga financiamiento para el monto que se autorizó endeudarse (160 millones de dólares). “La variable de ajuste siempre es la obra pública”, lamentó.

Candeloro también planteó que, por la cantidad de empresas que están sin trabajo, las que consiguen uno, para poder mantener la estructura, están presentando valores por debajo de los costos, lo que pone en peligro la terminación porque el precio de los materiales se ajusta periódicamente.

Fernando Barbera, titular de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza, planteó que, en los datos que se conocieron, aún restan los tres últimos meses de 2002, que fueron los peores porque muchas empresas se venían sosteniendo con esfuerzo y terminaron cayendo.

También señaló que, en gastronomía y turismo, aun cuando están prohibidos los despidos, como hay espacios que no han abierto, no se ha contratado a personal eventual. Así, planteó que complejos como Las Leñas o Penitentes no trabajaron esta temporada invernal y que hay un buen número de hoteles céntricos –la mayoría de los cincos estrellas- que todavía se encuentran cerrados.

Barbera señaló que ya saben que no llegarán turistas desde Chile ni Brasil durante el verano, y que incluso hay incertidumbre por lo que sucederá en la segunda quincena de enero con los visitantes nacionales. Asimismo, planteó que, con el nivel de endeudamiento que tienen las empresas, si el panorama no mejora en el primer semestre de este año, va a haber mucho más desempleo.

Mauricio Badaloni, titular de la Unión Industrial de Mendoza, señaló que por la pandemia las empresas que están prescindiendo del personal son las que se encuentran en una situación terminal.

Por otra parte, se mostró preocupado porque desde el sector industrial a nivel nacional han detectado que entre 8 y 10% del personal sigue cesanteado, lo que puede significar que una parte importante de ellos podría ser dado de baja en cuanto se levanten las restricciones.

Badaloni manifestó que, aunque la pandemia significó la pérdida de 25 a 30 mil puestos de trabajo, Mendoza hace casi 13 años está en los 250 mil. Si se considera que el crecimiento poblacional es de 1%, el mercado laboral formal –considerando que sólo el 50% estén registrados-debería rondar los 350 y los 400 mil empleos.

Economía abierta y aporte estatal

Sebastián Laza, asesor del ministerio de Economía, advierte que, en mayor medida, el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo es atribuible a la pandemia. A pesar de ello, destaca que Mendoza logró mantener en funcionamiento el grueso de las actividades con aperturas que comenzaron desde el 27 de mayo (abrieron comercios, restaurantes y shoppings, cuatro meses antes que en Buenos Aires), y con el programa Mendoza Activa, “otro esfuerzo grande por el que se subsidian en hasta un 40% los puestos productivos, o de la construcción, que ayuda a generar o sostener puestos de trabajo”.

“El gobernador se la jugó por mantener la economía funcionando lo máximo que se podía, aunque los niveles de ocupación de terapias intensivas por Covid-19 estuvieran en niveles de 90% durante varios meses. Es decir, cuando las presiones nacionales más acechaban para cerrar actividades, Mendoza, con audacia, se la jugó a tener todo abierto, para que la economía respirara. Y este coraje político tuvo sus frutos. En el tercer trimestre del año Mendoza bajó su desempleo a 8,2%, casi la mitad del segundo trimestre, que fue del 15,1%, logrando niveles de tasa de actividad y tasa de empleo similares al tercer trimestre de 2019, año no pandémico”, destacó Laza a Los Andes.

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