Un joven sanrafaelino de 20 años vive horas dramáticas ya que atraviesa un extraño cuadro neurológico que le provoca múltiples tics todo el tiempo, presuntamente como consecuencia de haber cursado el coronavirus, según aseguró el paciente. Dicha situación ha llevado a que su madre realice un desesperado pedido para que los médicos le den un diagnóstico acertado que le permita ser derivado a algún centro neurológico que pueda tratarlo.
Alan Bastida Robert es un joven de 20 años oriundo de San Rafael que estudia Instrumentista y ama el deporte. Los últimos días del mes de mayo, el muchacho comenzó a desarrollar síntomas de covid por lo que fue junto con su madre, Mariela Robert, a hisoparse al Hospital Schestakow del departamento sureño.
El 1 de junio confirman el diagnóstico positivo –su familia ya se había infectado- y a partir de ese momento el estado de salud de Alan comenzó un proceso paulatino de deterioro progresivo y desconcertante, según lo relató Mariela a Los Andes.
“El cuadro de coronavirus lo transitó en la casa como cualquier otra persona infectada, ya que no había indicadores alarmantes, pero desde el primero comenzó a empeorar y terminó desarrollando una neumonía lateral y luego bilateral”, aseguró la mujer. Luego agregó que ante este panorama, fueron atendidos entre el Schestakow y el Hospital Español de esa ciudad debidoa idas y vueltas que encontraba en la atención. En este último nosocomio es diagnosticado con neumonía bilateral y medicado con corticoides.
Los días transcurrieron y el 17 de junio Alan se levantó con su rostro inflamado, colorado y manifestaba que le faltaba el aire: “Lo habían visto varios médicos y le habían dado y sacado diversa medicación. Pedimos la ambulancia de Osep y el médico que nos atendió me manifestó que Alan había hecho una reacción alérgica a los corticoides, por lo que me pide que no se los dé y que le suministre una terapia alternativa. Consulto a una segunda opinión y me dicen que no se los retire de golpe, que se los saque paulatinamente”, siguió Mariela con su relato.
El periplo para que le den un diagnóstico claro
“El día 18 comenzó con un movimiento involuntario en su maño izquierda, se abría o se cerraba y era doloroso. Vamos al Schestakow y lo diagnostican como un ataque de pánico, con lo que lo medican con psicotrópicos y le ponen oxígeno. Luego volvimos a casa, pero desde ese día y hasta el 22 Alan pasó de tener el movimiento en la mano al resto de las extremidades, tórax, cabeza y a estar tirado en la cama. Pero nadie quiere atenderlo porque decían que era un ataque de pánico”, prosiguió.
Tras esto, la mujer va con su hijo a un médico particular que le indica varios estudios. “Este médico pidió una serie de análisis en donde se determina que por el covid se había quedado sin defensas: no tenía vitamina B12, D, calcio y potasio. Pero el 23 Alan tiene fiebre y volvemos al Schestakow con los estudios, y el médico particular pide la intención pero después de una semana deciden derivarlo al pabellón de psiquiatría. Cuando van a darle a la segunda dosis de la medicación pedimos el alta voluntaria porque vimos que no tenía diagnóstico y empeoró”.
Al día siguiente salieron con rumbo a Mendoza para ser atendidos por otros profesionales y ya en la capital provincial una doctora en un consultorio privado le diagnostica que lo que tiene es una encefalitis, una suerte de alteración en su cerebro que se había dado el día 17 con la inflamación de la cara y la coloración roja de su rostro, como secuela del covid y que le generó lo que la profesional diagnosticó como “Diagnóstico de los tics”, que consiste en la manifestación parcial de todos los tic. Con este panorama le dieron nuevos remedios
La mujer destacó que esa consulta médica fue la única que le dio un diagnóstico, ya que “nadie le decía lo que tenía”.
Ambos volvieron a San Rafael, pero la medicación no surtió efecto: “En el transcurso de los días el cuadro se agravó, los tics no cortaban y hacía crisis”, situación que los lleva a buscar a otro profesional en Mendoza que vuelve a marcar que lo que sufre Alan “es como consecuencia del covid. Tiene alteración del movimiento, es un puzle que hay que ordenar de cero porque tiene ‘alteración de los movimientos voluntarios’”, aseguró Mariela sobre la nueva opinión médica.
Mariela detalló que luego una junta médica en el Hospital Lagomaggiore analizó el caso de su hijo y “llegaron a la conclusión que necesita un equipo terapéutico que lo guíe, que le ayude a caminar, una psicóloga, pero necesitaba todo por escrito por la derivación”, marcó y detalló que el mismo día una doctora de Buenos Aires se contacta con ellos y les recomienda no tomar la última medicación.
Pero Mariela señaló que decidió seguir la indicación del último profesional del equipo médico y de la junta del Lagomaggiore, por lo que le suministra los remedios: “Le di la medicación que le indicaron y quedó un día tirado en la cama y no se acuerda de nada, no se movió, se me cayó al suelo y no sabía quién era”.
El pedido desesperado por un diagnóstico
Tras las idas y vueltas entre profesionales públicos y privados, locales y de Buenos Aires, Mariela pide encarecidamente que alguien le dé un diagnóstico certero y una derivación para algún instituto especializado que lo ayude con la rehabilitación.
“Todos los profesionales me dicen que puede recuperarse, pero que le van a quedar secuelas. Además quiero aclarar que esto no tiene nada que ver con las vacunas, él no había recibido ninguna dosis contra el covid”, remarca Mariela mientras aguarda en un departamento de la ciudad de Mendoza junto a su hijo que le den certezas sobre la salud del joven.
Por su parte, desde la municipalidad de San Rafael informaron que ambos recibieron ayuda a través de Desarrollo Social con los pasajes de ida, traslado de vuelta de la ciudad de Mendoza, subsidio para gastos y hospedaje.
Qué dijeron desde el hospital Schestakow
Desde el hospital Teodoro J. Schestakow señalaron que estaban al tanto del caso de Alan Bastida y que todos los indicios que tenían sobre su patología dibujaban un cuadro de psicogenia y no secuelas de covid.
No obstante, remarcaron que ante casos particulares como el de Alan se realizan interconsultas con otros profesionales de la provincia y el país. Así se hizo en esta oportunidad para establecer si había descripciones sobre cuadros similares en otros puntos de Mendoza y Argentina, y el resultado fue negativo.
Además, informaron que desde el hospital se pusieron en contacto otra vez con la madre del joven para ofrecerle la atención integran en el nosocomio, pero comentaron que la mujer lo rechazó y que prefirió seguir con su hijo en la ciudad de Mendoza.
EN tanto, aclararon que todos los estudios, internación y asistencia brindadas por parte del hospital son totalmente gratuitos.