Un equipo mendocino de investigadores fue parte del desarrollo de un producto que no solo ayudó mucho durante la pandemia de Covid sino que, además, ahora es distinguido a nivel mundial por contribuir a mejorar la vida de las personas.
Se trata del ibuprofeno inhalado, que cobró notoriedad con el surgimiento de la patología, ya que se usó como terapia antiinflamatoria para las personas con cuadros severos de la infección.
Por aquel entonces, el proceso de estudio sobre este medicamento se encontraba en una instancia incipiente, pero ante la necesidad se vio impulsado su desarrollo y se avanzó rápidamente en su aplicación, el cual, según explican los expertos, demostró sus virtudes durante esa crisis epidemiológica. Pero lo cierto es que originalmente, cuando el virus Sars Cov-2 no había empezado a circular siquiera, fue pensado como una alternativa para el tratamiento de la fibrosis quística.
Estaba siendo desarrollado por el Centro Científico-Tecnológico de Referencia del Gobierno de la Provincia de Córdoba (Ceprocor), del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). A partir de eso, tomó la posta Laboratorios Química Luar, una empresa cordobesa que dio el apoyo y es la que actualmente tiene la patente. Pero era necesario hacer estudios preclínicos, para lo cual se sumó un equipo de 5 investigadores de Mendoza, que trabajan en el Imbecu, el Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo, del Conicet y la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
Ahora, el laboratorio ha sido reconocido a nivel internacional por la apuesta. Luar fue distinguido como uno de las 25 finalistas entre casi 700 candidatos de 107 países por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO por su sigla en inglés), una agencia de las Naciones Unidas.
Esta presta servicios a los innovadores y creadores del mundo, garantizando que sus ideas se difundan y contribuyan a mejorar la vida de las personas.
Fue seleccionado por su destacada gestión de la propiedad intelectual y el impacto social de sus inventos. Participaron casi 700 empresas que representan diversos sectores, como alimentación, salud y medio ambiente, entre otros. Se destaca su contribución para mejorar la vida de las personas.
Ahora, en una nueva instancia, quedarán seleccionados 7 proyectos, lo cual sucederá hoy en Ginebra, durante la Asamblea General de los Estados Miembros de la WIPO. La elección estará a cargo de un jurado internacional conformado por prestigiosos expertos.
Qué se estudió
Este medicamento, que se ha identificado como Luarprofeno, está en fase de investigación clínica como antiinflamatorio pulmonar.
En relación a la Propiedad Intelectual, ya cuenta con patentes concedidas en diversos países tales como Estados Unidos, y la Unión Europea, mientras que está en proceso de patentamiento en el INPI de Argentina.
El grupo local estuvo liderado por Claudia Castro, Doctora en Bioquímica, investigadora independiente del Imbecu y profesora asociada de la FCM.
Castro explicó que se necesitaba hacer ensayos preclínicos antes de utilizarlo en humanos, “Ahí es cuando entra mi laboratorio, nosotros tomamos estos productos que ellos desarrollan y hacemos la parte preclínica, es decir, todos los ensayos en células o, eventualmente, en algún animal, también nosotros tenemos la capacidad de hacerlo”, detalló.
La experta contó que para la fibrosis quística prácticamente no hay medicamentos. “Nosotros teníamos células de epitelio pulmonar que tenían una de las mutaciones que produce la fibrosis quística y empezamos trabajando con ese modelo; entonces vimos que tenía no solamente efectos antiinflamatorios, sino que también disminuía mucho lo que se llama el estrés oxidativo, que es un proceso que se da mucho en las células cuando es atacada, digamos, por alguna infección o algún proceso inflamatorio crónico. En ese contexto ocurre la pandemia”, recordó.
Por su parte, las otras áreas ya lo estaban probando en pacientes con Covid, en un contexto en el que la aprobación de productos farmacéuticos se aceleró ante la emergencia. Hubo pacientes tratados en diversas provincias, incluida Mendoza, lo que permitió corroborar su efectividad, sus virtudes respecto de otras terapias y además contar un un buen bagaje de información para seguir con las investigaciones.
“Eso un poco como que acentuó nuestro trabajo también -relató- para ir a la par de lo que se estaba viendo en estos pacientes con Covid; o sea, nosotros hacíamos el respaldo con modelos preclínicos, viendo cuál era el mecanismo que utilizaba este nuevo producto”.
Pero: ¿Cuál es la ventaja de este medicamento? “Que el ibuprofeno en esta formulación está a muy baja concentración, no es como la que se toma en el comprimido”, señaló. Es que si bien pueden usarse diferentes dosis, el que viene en la ampolla es de 10 mg mientras que el usual que se vende en las farmacias es de 400 mg y 600 mg. Esto, según explicó la investigadora, permitió observar que con baja dosis se lograba el objetivo y así evitar efectos secundarios, como afectar la mucosa del estómago, que pueden presentarse con mayores dosis.
“El ibuprofeno per se, la molécula, no es soluble en agua. Entonces, lo que hace Ceprocor es generar una molécula de ibuprofeno que es soluble, hace una sal de ibuprofeno, de hecho. Entonces, eso puede ser nebulizable y a baja concentración va directo al pulmón, no tiene que pasar, como cuando uno toma un comprimido, del estómago, al intestino y a la sangre, sino que acá directamente va al pulmón. Y eso era una ventaja frente a otros medicamentos porque actuaba con mayor inmediatez”. En definitiva, usa baja dosis, con un efecto más inmediato, directamente sobre el foco del cuadro y con menos efectos colaterales.
Potencialidades
El equipo local está conformado por la doctora Isabel María Quesada, investigadora adjunta; la doctora Maria Soledad Álvarez, investigadora asistente; la doctora Luciana Mazzei, investigadora asistente y el doctor Leonardo Salvarredi, investigador de Fuesmen, la Fundación Escuela de Medicina Nuclear. Unieron sus conocimientos para, en ese estudio preclínico, explicar y evaluar los procesos que se producían con el uso del producto y qué es lo que hace que sea beneficioso para la salud.
Las potencialidades tienen que ver con que puede ser útil para otras patologías que provocan inflamación pulmonar y por eso, ya están pensando en seguir los estudios sobre sus efectos en ellas.
Castro detalló que en el caso de la fibrosis quística pueden usarse ciertos antibióticos o corticoides y lo que se hace es evaluar sus resultados en relación con estos.
Los investigadores afirman que el mecanismo inflamatorio observado en la neumonía producida por Sars-CoV-2 se encuentra presente en un gran número de patologías pulmonares como EPOC, IRAB, y muchas otras patologías pulmonares donde la inflamación persistente o aguda termina provocando estrés oxidativo y daño tisular.
“Es la primera vez que una empresa de nuestra región accede a esta instancia de premiación. Pero esto no es casualidad, sino el fruto de años trabajando junto a la ciencia, para descubrir nuevos procesos y efectos de los medicamentos y ayudar a que generen mejores resultados o que puedan contribuir para el tratamiento de otras condiciones”, sostuvo el doctor Dante Beltramo, Director Científico de Laboratorios Química Luar (ex investigador principal del CONICET).