Las elefantas asiáticas Pocha (65) y Guillermina (23), quienes hasta el sábado pasado vivían en el Ecoparque de Mendoza -anteriormente Zoológico, y donde transcurrieron prácticamente todas sus vidas- están cada vez más cerca de su nuevo hogar, el Santuario de Elefantes de Brasil. Luego de que cerca de las 9:30 del martes el camión que las traslada cruzara el paso fronterizo ubicado en Misiones, las elefantas ingresaron a Brasil por Foz de Iguazú y el equipo que las acompaña completó todos los trámites migratorios. De esta manera, y de no mediar inconvenientes, en los próximos días el recorrido estará llegando a su fin cuando los dos ejemplares -madre e hija- lleguen a este espacio de más de 1.500 hectáreas ubicado en Mato Grosso, al centro-oeste del país vecino. Cuando el viaje llegue a su fin, el camión con las dos paquidermas y los vehículos con el equipo humano que las acompaña habrán recorrido, en total, 3.600 kilómetros.
En su primer día de viaje por rutas brasileñas, las elefantas mantuvieron la misma calma y tranquilidad con que vienen viajando desde el sábado por la tarde - noche, cuando salieron del Ecoparque mendocino y abandonaron la provincia. A su paso por los accesos Sur y Norte, varios mendocinos salieron a despedir el camión y a fotografiar la caravana con sus celulares, una postal que se repitió a lo largo de todas las provincias que recorrieron en Argentina.
Ni bien cruzaron la frontera, el camión de las elefantas y los vehículos que lo escoltan hizo una parada técnica para que Pocha y Guillermina puedan ser alimentadas e hidratadas. Es decir, cerca de las 10 del martes las elefantas tuvieron su primera comida en tierras brasileñas. A partir de ese momento, continuaron con el viaje, siempre parando cada dos horas y media para descansar, comer y tomar agua (la dieta incluye alfalfa seca, variedad de frutas y verduras y alimento balanceado).
“Pocha y Guillermina han pasado una muy buena noche. Todo el equipo se siente muy bien al ver que vienen disfrutando su viaje. La atmósfera que rodea a Pocha y Guille es de mucho amor, respeto y atención, para que no les falte nada de lo que necesitan para que disfruten su viaje al máximo. Gracias por el apoyo y por hacer esto posible. Seguimos dirección libertad al Santuario de Elefantes Brasil”, compartieron en la página de Facebook Proyecto ELE, que comparte las principales novedades del diario de viaje de las elefantas.
Además, acompañaron la publicación en la red social con una fotografía del entrenador Ingo Schmidinger dándoles agua a las elefantas. El especialista viajó varias veces desde Estados Unidos para trabajar en el entrenamiento de las elefantas -junto a los 3 cuidadores del Ecoparque mendocino-. Los cuatro son parte del equipo que acompaña a las elefantas.
Pocha y Guillermina, en tanto, viajan en una caja especial cada una de ellas, habitáculos que pesan alrededor de 5 toneladas y miden 5 metros de largo, 2 metros de ancho y 3,20 metros de altura. Esto, avalado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), les garantiza un traslado cómodo y seguro. Ambas cajas cuentan con una cámara para monitorear a cada elefanta y evaluar su estado de manera constante.
Toda la documentación al día
Desde el Senasa, por su parte, también se refirieron en las últimas horas al cuidadoso y trabajado operativo integral que se llevó adelante para poder concretar el esperado traslado de las elefantas. Fue precisamente esta dependencia quien se encargó de emitir el Certificado Veterinario Internacional (CVI), una documentación oficial necesaria para el traslado de animales fuera del país que avala las tareas sanitarias, pruebas diagnósticas, desparasitaciones y otras exigidas por el servicio veterinario de Brasil.
Las dos elefantas viajan en un mismo camión, en dos contenedores distintos y que están enfrentados entre sí. Esto les permite irse mirando la una a la otra en todo momento y reducir situaciones de estrés, puesto que así han estado durante los últimos 23 años (desde que Guille nació). “Las elefantas son matriarcales y mantienen la relación de madre e hija para toda la vida. Al igual que los humanos, reconocen el vínculo con hermanas, tías, abuelas o madres para siempre”, explicaron desde el Senasa.
En la cuarentena previa a la exportación, a requerimiento de las autoridades de Brasil, a Pocha y Guillermina se le realizaron pruebas diagnósticas convenidas y certificadas por el Senasa, entre ellas, constatar que estén libres de tuberculosis, fiebre aftosa y leptospirosis.
“Las pruebas las efectuaron profesionales veterinarios del Ecoparque bajo la supervisión del Senasa con el fin de garantizar que las elefantas cumplan las exigencias sanitarias brasileñas para su exportación”, señaló el agente del Centro Regional Cuyo del Senasa, Sebastián Diez, quien supervisó la tarea.