Cada 13 de abril se celebra en Argentina el Día del Kinesiólogo, y en ese contexto es que vale destacar uno de los tratamientos que más adeptos ha ganado en el último tiempo. Se trata de la praxis vertebral, un método basado en una Técnica Oriental Tibetana milenaria que se aplica sobre la columna.
El precursor de esta técnica es Yhom Thanm Mnegom Po, un médico y sacerdote que coincidió con la afirmación que luego hiciera Hipócrates, conocido como el padre de la medicina, aseverando que en la columna vertebral se encontraba la raíz de casi todas las enfermedades.
Así lo explica Enrique Iglesias, kinesiólogo mendocino que trabaja con el método: “Es una método de manipulación de columna que tiene como prioridad lograr un equilibrio, dentro de lo que nos permite cada una, liberando las tensiones que cada paciente acumula, mejorando la flexibilidad y descomprimiendo los espacios entre las articulaciones”.
De esa manera, continuó, “se libera a los nervios, que en definitiva son el foco inicial de toda la sintomatología que el paciente pueda tener, tanto de las tensiones como las contracturas, inflamaciones y dolores”.
Con la liberación de los nervios de la columna, la praxis vertebral genera el beneficio de mejorar la movilidad, la oxigenación de los tejidos, el flujo circulatorio de toda la columna y, en consecuencia, mejorar también la movilidad no solo de la columna sino de todos los miembros.
Así, “también mejora el funcionamiento orgánico, porque el concepto primordial de la praxis vertebral es que la columna es el centro que regula el funcionamiento de todo el organismo, porque los nervios que lo atraviesas se extienden hacia todas las extremidades y los órganos internos”, detalló el Iglesias en una entrevista a los medios.
“Entonces, a medida que los nervios que atraviesan la columna se mantengan en buen estado y con una buena conducción, todo el organismo va a funcionar mejor”, concluyó el kinesiólogo.
Beneficios de la praxis vertebral
Una de las particularidades que tiene este método es la variabilidad de trastornos sobre los que permite intervenir, mediante síntomas o signos que indican que algo no anda bien en la columna. Por ejemplo, dolores de cabeza, mareos, adormecimiento, ardores o pinchazos en las manos o piernas, calambres nocturnos, vértigos o zumbidos en los oídos.
Según los especialistas, la praxis vertebral también tiene alcance sobre trastornos de constipación, colitis, asma, bronquitis, disfonías, esterilidad, problemas digestivos, urinarios, cardíacos, entre otros.
En la práctica, lo que se realizan son manipulaciones “no agresivas y armoniosas”, utilizando manos, dedos y codos para realinear cualquier desplazamiento vertebral tanto a nivel cervical, lumbar, dorsal o sacro.
Quienes aplican el método explican que lo que se busca es ampliar y separar los espacios comprimidos o pinzados entre cada vértebra, para mejorar tanto la circulación como así también la normal conducción de los nervios emergentes. Se consigue flexibilidad, alivio del dolor, recuperación de la postura erecta y tonicidad muscular.
Consejos para la praxis vertebral
- El tratamiento es compartido entre kinesiólogo y paciente, ambos son responsables.
- Quien no quiera moverse quedará rígido.
- Quien no regule su peso corporal, no favorecerá del todo su mejoría.
- Mire cómo se sienta y sienta cómo se siente.
- Quien se aleje del sedentarismo y el estrés encontrará el equilibrio justo.
- Descansar 8 horas por la noche y una siesta en la adultez, reparará sus fuerzas.
- Disfrutar del presente es un tesoro de los niños y sabios.
- Amar lo que hace y hacer lo que se ama alargará la cantidad y calidad de vida.
- Caminar diariamente pensando que no existen hombres perfectos sino perfectas intenciones.