San Benito de Nursia, cuya vida y obra han dejado una huella indeleble en la historia de la Iglesia y la civilización occidental, es recordado este 11 de julio como el padre del monacato occidental. Su influencia se extiende mucho más allá de su tiempo, marcando un antes y un después en la espiritualidad y la vida monástica.
Cuál es la historia de San Benito
Nacido alrededor del año 480 en Nursia, una pequeña ciudad en la región de Umbría, Italia, Benito provenía de una familia noble y recibió una educación esmerada en Roma. Sin embargo, desilusionado por la vida mundana y la decadencia moral de la ciudad, Benito decidió retirarse a la soledad para buscar a Dios y la paz interior. Así, se dirigió a una cueva en Subiaco, donde vivió como ermitaño durante tres años, dedicándose a la oración y la meditación.
La reputación de Benito como hombre santo y sabio atrajo a numerosos seguidores. Fundó varios monasterios en Subiaco antes de trasladarse a Montecassino, donde estableció el famoso monasterio que se convertiría en el modelo del monacato occidental.
En Montecassino, Benito escribió la “Regula Benedicti” o Regla de San Benito, un conjunto de preceptos destinados a guiar la vida comunitaria de los monjes. La Regla, que enfatiza la oración, el trabajo y la lectura, es conocida por su equilibrio, moderación y sabiduría práctica. Establece la estructura para la vida monástica, incluyendo la liturgia de las horas, la obediencia, la humildad y la estabilidad comunitaria.
San Benito falleció el 21 de marzo de 547 en Montecassino. Su vida y su obra han tenido un impacto profundo en la Iglesia y la cultura europea. En 1964, el Papa Pablo VI lo proclamó patrono de Europa, reconociendo su contribución a la formación de la identidad europea a través de la difusión del monacato benedictino.
Qué protección tiene la medalla de San Benito
Uno de los símbolos más conocidos asociados con San Benito es la medalla que lleva su nombre. Es considerada un poderoso sacramental que proporciona protección contra el mal. Incluye una serie de inscripciones y símbolos que representan la cruz y la oración de exorcismo, reflejando la devoción de Benito y su confianza en el poder de Cristo.
La medalla, tal como se la conoce ahora, se oficializó en el Jubileo de 1880 en el contexto de los 1.400 años del nacimiento del santo. Con ella, los católicos pueden obtener la indulgencia plenaria en la Fiesta de San Benito, que se celebra justamente cada 11 de julio.
La medalla cuenta con dos lados, uno con la imagen de San Benito y la otra con la cruz. En la primera, a ambos lados del santo se lee: “Crux Sancti Patris Benedicti”, que significa “Cruz del Santo Padre Benito”.
Se puede ver también una copa de la cual salen una víbora y un cuervo. De manera circular aparece la oración “Eius in obitu nro. praesentia muniamur”: “A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia”. En la parte inferior central se lee: “Ex. S. M. Cassino MDCCCLXXX” (Del Santo Monte Cassino 1880).
En el reverso, en los alrededores de la cruz, estas son las letras y sus significados:
- C.S.P.B.: “Cruz del Santo Padre Benito”.
- C.S.S.M.L.: “La santa Cruz sea mi luz” (crucero vertical de la cruz).
- N.D.S.M.D.: “Que el dragón infernal no sea mi guía” (crucero horizontal).
En círculo, comenzando arriba hacia la derecha:
- PAX: “Paz”.
- V.R.S.: “Retrocede, Satanás”.
- N.S.M.V.: “No me aconsejes cosas vanas”.
- S.M.Q.L.: “Es malo lo que me ofreces”
- I.V.B.: “Traga tú mismo tu veneno”.
Oración de protección a San Benito
Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.
Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.
Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén.
Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.
*Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.