Un desarrollo cordobés pensado para tratar la fibrosis quística se abre paso como tratamiento contra el coronavirus.
Dante Beltramo, investigador del Conicet en el Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor), explica que el ibuprofeno es una vieja droga conocida con efecto bactericida. “Tiene muchas propiedades, pero es insoluble en agua. Logramos que sea soluble (ibuprofenato de sodio) y creamos una solución hipertónica (con alta concentración de sal) para nebulizar a pacientes con fibrosis quística”, relata.
La droga inactiva las bacterias que complican los cuadros de esta enfermedad, según estudios realizados in vitro y en animales por el equipo de Beltramo. Pero el Sars Cov-2 es un virus. “Con Roxana Alasino (Conicet y Ceprocor) ya habíamos hecho experimentos en laboratorio para demostrar que también inactiva virus, aunque no los publicamos. Por eso decidimos probarlo contra el Covid-19”, cuenta Beltramo.
El objetivo era que la nebulización redujera la carga viral que tienen los pacientes en las vías aéreas. “El ibuprofeno se intercala en la membrana lipídica del virus, lo inactiva y evita que se replique. Funciona como un jabón”, cuenta el investigador. El tercer efecto es el más conocido del ibuprofeno: su poder antiinflamatorio, que está potenciado por ingresar al pulmón en presencia de una alta concentración de sal.
“El Sars Cov-2 produce una inflación en pulmones. A veces se transforma en una hiperinflamación, que es la que produce los casos más graves”, dice Beltramo. Y agrega que la nebulización está pensada para aflojar la mucosidad presente en los pacientes con fibrosis quística, un efecto también deseado en casos con Covid-19.
“La acumulación de mucosidad y células muertas del sistema inmunitario es la que tapona los pulmones y provoca dificultades para respirar”, explica Luis Argañarás, socio gerente de Química Luar y la “pata” privada de este desarrollo, explica que antes habían probado el tratamiento en un paciente con fibrosis ideopática y en varios con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc). Hasta ahora lo probaron en cinco pacientes con Covid-19 a través de un protocolo de uso compasivo. Primero fueron tres personas jóvenes con síntomas leves o asintomáticos.