Descartan cambiar el tiempo de aislamiento por contacto estrecho con casos de Covid-19

Mientras que la Nación plantea extender a más de 10 días ese tiempo, ante la infección más larga que tendrían las nuevas cepas, Mendoza mantiene desde el principio los 14 días de “cuarentena”.

Descartan cambiar el tiempo de aislamiento por contacto estrecho con casos de Covid-19
Los testeos son fundamentales para confirmar casos de Covid-19. A partir de la confirmación del positivo, el aislamiento debe durar dos semanas. / Foto: Ignacio Blanco

Frente al avance de las variantes del coronavirus detectadas en el país, que son más contagiosas que las antes conocidas, algunos especialistas han recomendado extender el período de aislamiento de las personas que han tenido contacto estrecho con alguien que hubiera sido confirmado como “positivo”, y pasar de 10 a 14 días.

Sin embargo, Mendoza no se vería afectada si esto ocurriera. “Las guías técnicas de nuestra provincia siguen recomendando 14 días para contactos estrechos, es desde Nación donde han sostenido que sean sólo 10 días”, explicó Carlos Zanessi, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Central.

Hasta el momento, los datos que manejan los especialistas indican que la infección tiene un período de incubación que va desde uno hasta 14 días, y es dentro de ese período que un contacto estrecho de un positivo puede presentar la infección.

Como este virus tiene la característica de empezar a contagiar 48 horas antes de la aparición de los síntomas, se recomienda un aislamiento absoluto durante 14 días desde la última vez que estuvo con la persona infectada.

“Al término, ya se considera que no está contagiado si la persona no presentó síntomas. El aislamiento se puede acortar a 10 días, en casos muy específicos, y lo tienen que valorar el médico y el epidemiólogo a cargo del caso”, indicó Victoria Codina, médica infectóloga del Hospital Privado.

En los casos en los que el período de aislamiento preventivo se acorta, se recomienda el uso de tapabocas en forma constante durante los cuatro días siguientes y sólo estar con otras personas en ambientes ventilados.

Más allá de que en Mendoza ya esté previsto un aislamiento más extenso, Zanessi precisó que, al menos hasta el momento, “en el día 8 se ha demostrado que la posibilidad de contagio es del 1%”.

Pocos casos de variantes

“Los casos que se han reportado no han sido muchos: sabemos que se detectó la cepa británica y la de Manaos. Si nosotros pensamos que está en circulación, es porque hay mayor infectividad, son más los casos en personas jóvenes y hay mayor compromiso respiratorio”, reflexionó Zanessi sobre las cepas del virus.

Lo que están haciendo las autoridades sanitarias locales es monitorear las nuevas variantes, enviando al Malbrán “las muestras de determinadas personas que cumplen ciertos criterios”, indicó Codina.

Por ejemplo, cuando una persona que ya recibió el esquema completo de vacunación (dos dosis) y se infecta y manifiesta sintomatología. O, también, cuando hay un brote importante, como ocurrió en General Alvear, donde finalmente se corroboró la presencia de la variante brasileña.

Inclusive, la infectóloga se refirió “al brote que ha habido en el Este”, donde “tuvieron que cerrar las actividades en esos departamentos antes de que se hiciera en el resto de la provincia”. La sospecha es que podría deberse a alguna de las mutaciones mencionadas.

Es por ello que el jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Central consideró fundamental “que se haga la secuenciación genómica, porque no sabemos cuáles son las variantes predominantes, sólo sabemos que el comportamiento en esta segunda ola es diferente”.

Mismos tratamientos

Pese a la virulencia observada durante los últimos meses, no se ha innovado en la forma de tratar los casos. “Cuando la infección ya está instaurada en un paciente, no hay un tratamiento efectivo: lo único que se hace hasta el momento son medidas de sostén”, reconoció Codina.

O sea, se aplican corticoides para bajar la inflamación, anticoagulantes con el fin de prevenir los trombos y antibióticos, cuando se evidencia una sobreinfección bacteriana. “Más allá de eso, existen protocolos de tratamientos que son experimentales, pero al ser tales, no se están poniendo en forma masiva, sino que se recomienda que se administren con el ingreso de la institución a un protocolo”, manifestó la infectóloga.

La gran cantidad de infectados registrada durante la segunda ola ha provocado, lógicamente, más casos graves. Según Codina, a esto se suma la particularidad de tener “una estadía bastante larga en terapia intensiva”, lo que “trae, de por sí, secuelas” que se suman a las ya identificadas durante 2020: el síndrome de fatiga crónica, mialgia, pérdida de olfato y de gusto y febrícula”, entre otros.

Sobre las complicaciones tardías, la especialista mencionó “el tromboembolismo pulmonar, infartos, ACV o el síndrome inflamatorio multisistémico en los niños”.

En cuanto a la vacunación, Zanessi destacó que una campaña “más rápida y más completa sería uno de los mayores combates ante estas variantes”, ya que “mientras más infectividad exista hay más riesgo de que el virus mute y surjan otras nuevas”.

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