Hace 8 años, en El Algarrobal, Juan Villegas (31) y su esposa Cinthia Lourdes García (27) abrieron en su casa el comedor “Niño Dios”. En ese momento, pleno año 2016, asistían dos veces por semana a apenas 5 chicos y chicas de las inmediaciones. Actualmente, cada martes (por la mediatarde) y viernes (ya en la cena) entregan raciones a más de 280 familias, alrededor de 1.400 personas.
“Está durísima la mano, y cada vez es más complicado. No hay nada más duro que ver que las ollas están vacías, y todavía queda gente esperando con los recipientes vacíos y el hambre en sus miradas”, reflexiona –con dejos de dolor en su voz- Juan, quien semanalmente pide ayuda en las redes sociales y en listas de difusión de WhatsApp.
Y como si esta misión ya no implicase todo un peregrinar en búsqueda de ayuda –esa que cada vez cuesta más conseguir-, hace un año, la madre de Cinthia (y suegra de Juan) abrió un segundo comedor, “Niños Mágicos”, en calle Lisandro Moyano, ya en la zona más céntrica de Las Heras.
“Nosotros a veces, cuando tenemos, apoyamos con mercadería también. Allá está mi suegra, Mónica Ozán (53), mis cuatro cuñadas y una concuñada. Y ayer estuvimos colaborando con ella, porque no tenía comida suficiente para toda la gente que fue a buscar”, cuenta Juan.
En total, entre “Niño Dios” y “Niños Mágicos”, la familia colabora con casi 1.500 personas –unas 300 familias-. Y, por semana, intentan entregar raciones de comida (para la cena, principalmente) y merienda en ambos espacios comunitarios.
Pero la calle cada vez está más dura, cada vez hay más gente que busca algo que comer. Y, como muchos de los comedores y merenderos de Mendoza y del país, tanto en “Niño Dios” como en “Niños Mágicos” urge tanto la ayuda de quienes puedan colaborar como urge el aire o el agua en cualquier ser vivo.
DIFÍCIL, NO IMPOSIBLE
Juan Villegas y Cinthia Lourdes García viven en una de las zonas más críticas de El Algarrobal, esas donde nada puede maquillar las carencias. Y fue en este contexto que los rodeaba que decidieron abrir el comedor “Niño Dios” en su casa.
Empezaron preparándoles algo para comer a 5 chicos que estaban en situación de vulnerabilidad en la zona. Pero la demanda social no tardó en incrementarse. Y luego se sumaron los padres de esos chicos, a quienes les siguieron otras familias –niños y grandes-.
A fines del año pasado, y según contó el propio Villegas en una cena especial que hicieron para fin de año, eran 150 las familias que asistieron para llevarse algo al buche y saciar su hambre. Pero ello no queda allí, ya que si se tiene en cuenta que actualmente son 280 familias las que asisten, prácticamente se ha duplicado el número en menos de 6 meses.
“Es doloroso decirlo, pero la realidad habla por sí sola, y la cantidad de gente que viene a por algo para comer se ha incrementado considerablemente. Hay gente que viene cada vez más seguido a buscar algo. Y nosotros tenemos que estar para ayudar en los que más podamos”, describe Juan.
Ubicado en el barrio Portal del Algarrobal, en “Niño Dios” se sirve mediatarde los martes, mientras que los viernes reparten la cena a partir de las 21:30. Y siempre intentan tener algo para que la gente no se vaya con las manos vacías.
“Si nos quedamos sin comida, procuramos tener –por lo menos- fideos, arroz o una salsa, para que esa gente pueda llevarse algo para comer en su casa”, agrega.
DOS COMEDORES
Fue el año pasado cuando la madre de Cinthia, Mónica Ozán, decidió poner manos a la obra y luego de ver las crecientes carencias y necesidades en la zona donde vivía, también en Las Heras. Así fue como, en 2023, la familia abrió un segundo comedor, al que bautizaron como “Niños Mágicos” y se encuentra en calle Lisandro Moyano al 3.100, de la ciudad de Las Heras.
“Nosotros, cuando podemos, ayudamos. Porque, como dicen, una mano lava a la otra. Y las dos manos, lavan la cara”, describe Juan Villegas, yerno de la responsable del más nuevo de los comedores. Y cuenta que no solamente ayudaron a abrirlo, sino que –cuando tienen mercadería suficiente- asisten al segundo comedor para intentar satisfacer las necesidades de la mayor cantidad posible de familias.
Actualmente, en “Niños Mágicos”, se asiste a 87 personas. Y son ellas quienes, cuando se puede cocinar algo, van los martes por la tarde – noche a buscar algo de cena. Y los jueves a buscar la merienda.
Pero, así como el hambre no sabe de días de la semana u horarios, tampoco los responsables de los espacios comunitarios siguen tan a rajatablas la planificación. Y ayer al mediodía, por ejemplo, prepararon lentejas en el comedor de calle Lisandro Moyano.
“La necesidad es mucha y las herramientas son pocas. Nosotros pedimos ayuda a los mismos donantes para los dos comedores, y apartamos un poco para cada uno de ellos. Hay semanas en que llegan pocos recursos y no alcanza para ayudar a los dos. Entonces, tenemos que elegir a cuál asistir”, agrega Villegas.
La decisión de abrir un segundo comedor –cuando, como él mismo relata, hay días en que no cuentan con comida o mercadería ni para uno de ellos- no fue fácil. Pero la familia decidió no quedarse de brazos cruzados ante tanto dolor y hambre en el barrio donde vive Mónica Ozán.
“Tenemos la fe y confianza puestas en Dios, Dios nos asignó esta tarea, estar frente a dos comedores. Y así lo cumpliremos hasta donde Dios lo disponga. Tratamos de decir ‘presente’ todas las semanas que podemos”, reflexiona Juan Villegas.
CÓMO AYUDAR
Entre los dos comedores son más de 300 familias las que van por un plato de comida a los comedores “Niño Dios” y “Niños Mágicos”. Y para la familia que coordina ambos espacios, no es una tarea nada simple encarar el día a día.
Por ello mismo es convocan a las familias que quieran subirse al “tren solidario” a ayudar con lo que puedan.
“Hay niños que a la noche se van a dormir sin comer, y es doloroso sentir eso. Abrir la puerta todos los días tampoco es fácil, porque no sabés qué va a pasar, con qué te vas a encontrar”, sigue Juan.
Lo que están necesitando los responsables de los dos comedores son alimentos no perecederos (arroz, fideos, lentejas y caldos), condimentos, carne molida, pollo, verdura (papa, zapallo, camote, cebolla, zanahoria), té, leche, chocolate, yerbeado, harina, levadura y huevos. Y quienes puedan y deseeen colaborar pueden comunicarse con Juan Villegas al 2615966938.