Derrotó el diagnóstico de parálisis cerebral y ahora va por la proeza de caminar 18 kilómetros sin andador

A su madre le dijeron que no caminaría nunca, que no hablaría, que no podría escolarizarse, pero está cerca de recibirse de abogado, habla sin ninguna dificultad y está empeñado en cumplir un reto a fin de año, para el que ya está preparándose

“No hay que ponerse más trabas de las que uno ya tiene”, dice Ramiro Aguilar. Y él sabe de las trabas que ya tiene: Los médicos lo diagnosticaron como un paciente con parálisis cerebral severa cuando nació. Pero Ramiro terminó venciendo ese diagnóstico, hoy habla perfectamente, está cerca de recibirse de abogado y quiere cumplir el reto de caminar 18 kilómetros sin ayuda de andador antes de fin de año.

Ese desafío se hizo viral en las redes y desde el 1ro de año ya trabaja para cumplirlo.

“Cuando nací le dijeron a mi mamá que tenía parálisis cerebral severa. Ahora, con todos los avances, los médicos han cambiado el diagnóstico por diplejía espástica”, dice y sostiene que “el médico que me vio al nacer creyó que yo que yo vivirá postrado en la cama, sin hablar, sin caminar, sin escolarizarme. Cuando me reciba de abogado voy a ir al consultorio de ese médico y le diré que la ciencia no siempre tiene la razón”.

Ramiro tiene 28 años. Nació en la desaparecida Clínica Molina, de San Martín, pero él y su familia vivieron en Rivadavia “hasta que terminé el secundario y empecé la facultad”. Entonces se radicaron en San Martín, aprovechando que Raúl y Mabel, los padres de Rami , son los empresarios dueños de la estación de servicio Gulf, en el ingreso oeste de la ciudad. Allí trabaja Ramiro, más allá de que él no considera eso un trabajo sino una colaboración. “Estoy relacionado al deportes. Soy analistas de video de rugby y trabajo para el Club Tacurú. Pero, como me queda tiempo libro, estoy en busca de otro trabajo”.

Allí, en el minimarket de esa estación de servicio, Ramiro atiende a Los Andes. Habla firme, fuerte, claro, con un modo cargado de convicción. No es difícil imaginar que conseguirá lo que quiere. “Mi calidad de vida ha ido mejorando a medida que me he ido tratando”, dice. Tiene todo un equipo trabajando con él y Ramiro es discípulo (debería decirse paciente, pero esa palabra no lo define bien) de dos fisiatras y una kinesióloga, además de un equipo médico, que siguen su evolución y lo aconsejan y atienden en sus desafíos.

“También quiero manejar. Antes dependía 100 % de mi familia, hoy solo me ayudan o me dejo ayudar más por costumbre que por dependencia”, cuenta.

Este 31 de diciembre pasado Ramiro Aguilar se planteó un desafío que se hizo viral en las redes, “porque se me ocurrió contarse a un community manager de TyC Sport”. Y la historia de Ramiro se esparció rápidamente. “Las redes tienen estas cosas que son muy útiles, muy buenas”, dice.

El desafío es caminar 18 kilómetros a fin de año, solo con la ayuda de bastones.

“Actualmente ya estoy caminando 400 metros con bastones y demoro 45 minutos y voy demorando cada vez menos, día tras día”.

Su objetivo es ir aumentando la distancia paulatinamente. “Pero ir atendiendo lo que me dice el cuerpo, como me recomendaron los médicos”, confiesa, porque su plan original era mucho más ambicioso y estricto y ponía en riesgo su salud y, por ende, sus avances. “Me iba a romper, y esa no es la idea. Pero estoy seguro que conseguiré la meta, por más que tarde más”.

Dice que, además de sus ejercicios diarios, también “comencé a cambiar hábitos, a alimentándome mejor, a levantarme súper temprano, a cambiar mis rutinas”, asegura.