Los informes de expertos anticipaban que este iba a ser un año en el que el dengue podía tomar fuerzas en cuanto a los contagios y convertir a 2023 y en una temporada con muchos casos. A la luz del último Boletín Epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud de la Nación, el pronóstico, al parecer, empieza a cumplirse.
Según resalta el diario porteño Clarín, en la semana 6 de este año se notificaron 324 casos, “de los cuales 275 eran autóctonos. Esto último significa que los contagiados no tenían antecedentes de viaje al exterior donde pudieran contraer la infección”.
Para dar cuenta del gran incremento en los casos, los de esa semana representan ocho veces más que la semana precedente. Tal como explica el citado artículo, “la curva del dengue en 2023 presenta niveles similares a la del año que marcó un récord en el país. En la temporada 2019-2020 hubo 56.293 casos confirmados por laboratorio o nexo epidemiológico. Y al menos 26 muertes a causa de la enfermedad”.
En una comparación con el año 2020, además, la cifra registrada en el lapso transcurrido del año, los casos autóctonos superan “en un 73 por ciento” al de aquella fecha, que, sin embargo, en el recuento, mostraba mayor cantidad de casos totales.
La clave para esperar un aumento de casos de este año podría estar, sin embargo, justamente en la alta cifra de contagios autóctonos. Como explica la nota de Clarín, “Que crezcan los casos autóctonos en varias localidades del país indica que aumenta la circulación comunitaria del dengue. Cuando aparece un caso importado lo que se busca, mediante medidas de prevención desde el Estado, es cortar la cadena de contagio y que esa infección no sea el primer eslabón de más infecciones locales”.
Los ciclos de aumentos de casos de dengue suelen darse cada tres años. En el medio, en esta ocasión, se vivió la pandemia de Covid, lo que puede haber generado un escenario particular: “Lo que señalan los infectólogos, que explicaría en parte una ola fuerte de dengue para este año -además del argumento cíclico- es lo que denominan el ‘silencio inmunológico’: las defensas todo terreno se han ‘enlentecido’ tras el tiempo de pandemia, al haberse especializado en un solo tipo de amenaza”.
