Contrarreloj avanza la estrategia de vacunación en un contexto en el que el rebrote ya se expresa y anticipa la segunda ola de Covid-19.
Ayer se habilitó la inscripción voluntaria mayores de 60 años que quieran inocularse de manera voluntaria y hoy comenzó la aplicación.
Pero las autoridades sanitarias ya piensan en el próximo grupo objetivo: “Vamos a empezar la inscripción para personas de entre 50 a 60 años con obesidad y sobrepeso que vemos que tienen riesgo”, anticipó la ministra de Salud, Ana María Nadal a este diario en una entrevista publicada el domingo 21 de marzo.
Dado que la estrategia de vacunación es definida de manera coordinada con la Nación, ya se ha hecho la solicitud y se aguarda una respuesta. Cuando suceda podrán definirse más detalles como saber cuántos serían los individuos objetivo incluidos en este segmento.
Las personas con obesidad, incluso jóvenes han estado entre los grupos de riesgo frente al Covid-19 ya que suele asociarse al desarrollo de cuadros más graves. En el Ministerio de Salud reconocen que se cuentan entre quienes han requerido más días de internación en Unidades de Terapia Intensiva.
Es que en ese grado elevado de sobrepeso las personas suelen presentar comorbilidades y justamente aquellas que se cuentan entre las asociadas a complicaciones como la hipertensión. Es común que presenten desórdenes metabólicos como diabetes y dislipidemias
Por el momento, puede decirse que en Mendoza, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo con datos 2018, 25% de la población estaba afectada por obesidad. Luego habrá que segmentar según la franja etaria, ya que entre los factores de riesgo también se considera la edad.
Por otra parte, hay que saber que la accesibilidad a la vacuna está supeditada al ingreso de dosis al país en un contexto de escasez a nivel mundial. Es el gobierno nacional el que las adquiere y las distribuye a las provincias.
Sin embargo, el mayor desafío para la gestión frente a la pandemia es evitar la sobrecarga (con riesgo de colapso) del sistema sanitario y en ese contexto las camas críticas valen oro. Justamente desde esta perspectiva es que la estrategia es apuntar a este grupo dado que las vacunas, no garantizan evitar la infección con el virus Sars CoV-2 pero sí han mostrado alta eficacia en evitar cuadros graves. En países con una elevada proporción de vacunados en grupos de riesgo se ha expresado una notable disminución de las interacciones y la letalidad.