Durante la tarde de este miércoles, la detención del humorista y productor mendocino Juan “Cacho” Garay convulsionó a la escena artística nacional, aunque con mayor repercusión en Mendoza, de donde es oriundo. Su pareja, Verónica “Bamby” Macías lo había denunciado el domingo por violencia de género, mientras que ayer fue detenido. Además, durante un allanamiento en su casa de Luján de Cuyo, encontraron 4 armas que no estaban declaradas.
Según confirmaron fuentes judiciales, el humorista será imputado en el transcurso de la mañana de hoy y recuperará la libertad. Todo se desencadenó luego de que la pareja mantuviera una discusión en un hotel de Carlos Paz. “Cacho Garay y su esposa tuvieron una discusión muy fuerte en la que tuvo que intervenir la gente de seguridad del hotel. Por suerte aplicaron todos los protocolos correspondientes y apartaron a Cacho de la habitación, que estaba totalmente dada vuelta”, relató este miércoles el periodista Pablo Layus.
“Cacho” Garay, de 68 años, conoció a la cantante lírica Verónica “Bamby” Macías (de 32 años actualmente) en 2010, cuando ella tenía 19 años, aunque recién en 2014 formalizaron su relación.
El mendocino saltó a la fama hace 23 años, en el 2000 y luego de resultar ganador del Campeonato Nacional del Chiste en el programa televisivo VideoMatch, conducido por Marcelo Tinelli. La propia gente votaba, telefónicamente, quién era su preferido y Garay causó una verdadera sensación por su estilo para relatar historias y chistes.
Criado en una granja y trabajó de todo
Juan “Cacho” Garay nació el 20 de octubre de 1954 en Barrancas, Maipú. Se crió en Tres Esquinas, también en ese departamento, aunque -ya de grande- adoptó a Luján de Cuyo como su departamento.
Sus padres trabajaban en una finca de Tres Esquinas, y allí creció y se crió el humorista y cantante, actualmente denunciado por violencia de género. Junto a él, crecieron y fueron formándose sus 18 hermanos y su única hermana.
Según él mismo ha relatado, trabajó como peón en las viñas, además de desempeñarse en la construcción y como camionero y metalúrgico, entre otros tantos empleos.
Ya de grande, el maipucino de nacimiento y lujanino por adopción fue forjando su característica y particular personalidad y, con su particular estilo para contar cuentos y chistes -siempre con una voz más bien inexpresiva, tímida y guardando silencios que, de por sí, ya contagiaban carcajadas- se convirtió en el centro de atención de reuniones sociales y familiares.
Motivado por esta realidad -e impulsado por su familia y amigos-, en el 2000 Garay se anotó para participar del Campeonato Nacional del Chiste organizado por el programa VideoMatch y donde resultó ganador. Y ello le valió el salto a la fama.
Hizo reír a un país
Todos los días, al final de VideoMatch, participantes de todo el país se presentaban en vivo en el programa emitido, por entonces, por Telefe. Los últimos minutos eran dedicados especialmente a este concurso, donde hombres y mujeres -ajenos al programa y al mundo del espectáculo- tenían la misión de contar chistes u otros cuentos.
Además de ser escuchados en el estudio, todo el país tenía la posibilidad de oír y disfrutar -o no- de estos cuentos. En el caso del mendocino Garay, fue un verdadero fenómeno. Porque esa poca expresividad para hablar y para describir situaciones, sumada a la ironía y a los prolongados silencios y “cuelgues”, terminaban por tentar al conductor del programa, a los panelistas y a todos quienes lo veían por televisión.
Telefónicamente, los espectadores del programa votaron masivamente por Garay durante cada una de las instancias. De hecho, en Mendoza -pagos del humorista- el programa no se emitía en vivo. Entonces, en el noticiero de Canal 9 (canal que emitía el programa y comenzaba media hora más tarde) daban aviso en el estudio el momento en que se habilitaba la votación por teléfono para que los mendocinos comenzaran a votar por su comprovinciano, aún sin estar viendo el programa en vivo y en directo.
Su vida como artista
Luego de esta explosión y salto a la fama, Garay se convirtió en un showman. Participó como invitado en distintos programas nacionales (como, por ejemplo, el de Susana Giménez, donde -por supuesto- contaba chistes) e inició su vida como empresario y responsable de distintas obras teatrales.
Llegó a compartir escenario con el mismísimo Facundo Cabral, mientras que también compartió escena con otros grandes humoristas como Hugo Varela, Luis Landriscina (su ídolo y gran referente) y con “Doña Jovita”, personaje de quien se hizo muy amigo.
En 2014 comenzó con la gira “Toy felí'”, llevando su humor, su puesta en escena y su show por todo el país. Este espectáculo le valió el Premio Carlos a “Mejor Labor Humorística” y fue en este momento de su vida donde trabajó con “Bamby” Macías, su pareja y quien lo denunció recientemente por violencia de género.
Tiempo después de conocerse, Garay y Macías se casaron, y la cantante lírica pasó a ser parte del staff fijo de los distintos espectáculos de “Cacho”. Otros de los espectáculos que llevaron a Garay a recorrer el mundo -e, incluso, otros países- fueron “Correcaminos”, “Por ahí cantaba Garay” y “Toy más loco, bajé un cambio”.
Algunos de los países que recorrió Cacho Garay con sus shows fueron Chile, Australia, Estados Unidos y Canadá.
Además, en su rol de empresario, abrió un salón de eventos y confitería en Luján. Y es parte de la fundación Vientos de Amor, que -entre otras acciones solidarias- ayudó a juntar dinero para que la niña mendocina Juanita Ghiotti (4) pudiera viajar a Barcelona y ser sometida a una compleja operación en sus manos.
Otras causas y escándalos que tuvieron a Cacho Garay como protagonista
En julio de 2021, Juan “Cacho” Garay decidió poner a la venta un valioso auto de colección que tenía en su poder. Lo hizo para afrontar deudas que había contraído, y que se intensificaron en el contexto de pandemia de Covid-19 y con el cierre de las salas de teatro (entre otras restricciones).
“Si es por el bien de todos (NdA: en alusión a la extensión de las restricciones en pandemia), me la banco como argentino que amo a mi país y a mi trabajo. Pero tengo una causa judicial originada por una deuda generada al no poder trabajar. (Deuda que reconozco y quiero saldar). Pero las restricciones se repiten y lo acepto por el bien de todos. Pero las medidas judiciales siguen avanzando. O nos dejan trabajar o que las medidas judiciales sean abarcadas por las restricciones hasta que podamos trabajar…”, escribió oportunamente en las redes sociales.
En tanto, el 28 de febrero del año pasado, Cacho Garay vivió un amargo momento. Y es que, mientras se encontraba de gira en la ciudad balnearia de Las Grutas, se incendió su conocido quincho en Luján de Cuyo, episodio que generó importantes pérdidas. Además, el 17 de diciembre pasado, Garay fue internado por una insuficiencia cardíaca en el Sanatorio Regional de Luján de Cuyo.