Daniel tiene 8 años, vive en una finca de Lavalle y cuando era bebé, en su Chaco natal, se cayó sobre las cenizas del fuego que calefaccionaba su hogar.
Desesperada, Antonella Ledesma, su mamá, lo llevó al hospital más cercano y luego fue derivado a otro centro sanitario de Resistencia. Lo cierto es que aunque estuvo un mes internado y le practicaron injertos de piel, su rostro tiene secuelas.
Así, en la escuela de Chaco donde Daniel asistía hasta el año pasado fue objeto de burlas de sus compañeros. La familia se trasladó a Mendoza para trabajar en la cosecha de tomate y concurre a la San Martin de Porres de Lavalle, a varios kilómetros de su hogar.
“No sé si lo que le han hecho en Chaco está bien o mal, pero lo cierto es que quedó así y sufrió mucho. Nosotros no tenemos una buena posición económica como para llevarlo a Mendoza para que lo traten”, dijo su mamá, en diálogo con Los Andes.
Daniel tiene dos hermanos, Bruno (7) y Nemía (1) y su papá es contratista de una finca. Aquí piensan establecerse mientras tengan trabajo.
“Aquel día hacía muchísimo frío y me quedé sola con el nene, que tenía nueve meses. Nos arrimamos al fuego y en un descuido se cayó de costado arriba de las cenizas. Fue un momento muy terrible, de mucha desesperación”, relató.
Daniel entró al quirófano en numerosas ocasiones durante un mes. “No quedó como lo esperaba y, por supuesto, los chicos en Chaco se burlaban”, dijo la mamá, aunque alertó que en esta escuela el niño está contento.
“Claro que él siempre sueña con volver a tener su carita normal. Sabe muy bien lo que pasó y lo cuenta con naturalidad”, dijo.
“La verdad, no sé si existe algún tratamiento que pueda realizarse o alguna crema que lo ayude a recuperar su piel. Yo sé que el color oscuro en su mejilla no se irá por completo, pero tal vez algo se pueda hacer”, se esperanzó Antonella, quien dejó su contacto para quienes puedan darle una mano 364 468-2562.
