La imagen de Damaris Álvarez es conocida por muchas personas. Hace algunos años su familia inició una campaña solidaria para poder reunir 39 mil dólares para comprar los procesadores de su implante coclear y así volver a oír.
El martes pasado, luego de casi cuatro años de idas y vueltas, publicaciones en redes sociales y entrevistas en medios locales, la adolescente volvió a escuchar a su familia y su reacción fue conmovedora.
La larga espera de Damaris
Damaris es una niña de 13 años del Valle de Uco. Cuando tenía cuatro meses sufrió de una meningitis por neumococo y estuvo un mes internada en terapia intensiva y otro en recuperación. La pequeña regresó junto a su familia, pero lamentablemente la enfermedad había dejado secuelas.
“Al año le detectaron que había perdido toda la audición. A partir de ese momento empezamos con todos los estudios para que pudieran ponerle un implante coclear. En el 2012 la operaron”, explicó su madre a Los Andes.
Los procesadores del implante duraron hasta los nueve años de Damaris. A partir de ese momento su familia empezó una lucha para conseguir que dichos procesadores fueran reemplazados por unos nuevos.
“Se comunicaba sin poder escuchar, pero se le dificultaba muchísimo. Pero ella siempre se esforzaba por aprender y nosotros también”, explicó Yesica.
La familia de Damaris empezó a hacer los trámites a la obra social y en paralelo iniciaron una campaña solidaria para juntar los 39 mil dólares que hacían falta para los procesadores. Pero los años pasaban y no lograban dar con una solución. “Damaris terminó la primaria sin escuchar”, recordó su mamá.
Durante esos años Damaris se empezó a comunicar con su familia, sus padres y sus tres hermanos, a través de la lengua de señas pero no siempre la entendían. “Estábamos acostumbrados a que nos escuchara”, recordó su madre.
En el camino, una joven de nombre Florencia se comunicó con la familia. “Hicimos de todo pero no llegamos a juntar ni 150 mil pesos. Un día Florencia se comunicó con nosotros y a través de Change.org conseguimos que la petición llegara al área de Incluir Salud, pero de La Nación”, contó.
Yesica y su familia no se dieron jamás por vencidos y, aunque Damaris creía que sería imposible juntar esa cantidad de dinero, ellos agotaron todas las instancias. “Creemos en Dios y sabíamos que con su ayuda lo íbamos a lograr”, dijo Yesica.
“A principios de este año Marcos Falabella de la Dirección Nacional de Acceso de los Servicios de Salud se comunicó con nosotros gracias a la petición que había hecho en internet”, comentó.
La familia juntó todos los papeles y los presentó en la oficina de la Capital de Mendoza. A partir de ese momento las cosas se agilizaron y en febrero autorizaron la compra de los procesadores.
Así, luego de una espera de cuatro años, el martes pasado Damaris acompañada de su familia fueron hasta el hospital Notti donde le colocaron los nuevos procesadores del implante coclear y volvió a escuchar.
“Se había olvidado de nuestras voces. De a poco nos va conociendo. Es difícil para ella, pero ahora nos puede escuchar. Estamos muy agradecidos de corazón, sobre todo a Dios, porque Damaris nos escucha”, dijo Olguín.
Artesana, fanática del fútbol e hincha del Tomba
A sus 13 años y gracias al apoyo de su familia Damaris ha logrado sortear las dificultades. Debido a su dificultad para escuchar, la inscribieron en una escuela de oficios donde ha descubierto su pasión por las artesanías.
Fanática del fútbol, de Godoy Cruz y de Boca, hace poco empezó a practicar fútbol adaptado y ahora se prepara para participar en un torneo que inicia el 18 de este mes. “Ahora no nos hace falta nada, solo nos queda agradecer”, cerró Yesica.