Luego de todo el tiempo de exposición al sol de playa, de montaña, de pileta, nos queda el color pero también la erosión en cada célula de nuestro cuerpo, que recibió no solo las bondades del los rayos solares sino también todo aquello que perjudica, envejece y deteriora la piel.
El sol provoca foto envejecimiento y desencadena la acción de los radicales libres que son los causantes de las arrugas y de la flacidez cutánea.
Por eso, los dos tipos de tratamientos faciales más solicitados a la vuelta del verano son los de eliminación de manchas y de hidratación intensiva, para recuperar la piel de los daños solares. El otro problema de las manchas debido al exceso de exposición solar, también apunta a los brotes de acné, debidos a que la piel no respira, no se oxigena provocando que la grasa se enquiste en la piel.
El secreto está siempre en la hidratación, tanto en el cuerpo como en el rostro. Aplicar crema hidratante al menos dos veces al día y tomar dos litros diarios de líquidos es lo más eficaz, evitar las exfoliaciones y las limpiezas muy enérgicas y los cosméticos que incluyan ácidos en su formulación. También se pueden tomar complementos nutricionales con betacarotenos que potencian el tono bronceado de la piel, o alimentos que los incluyan como la papaya.
La radiación ultravioleta produce cambios acelerados en el envejecimiento de la piel, especialmente en las áreas más expuestas como el rostro, el escote y las manos. Las pigmentaciones irregulares pueden aparecer en forma de léntigos solares – lo más frecuente- pero también como cuperosis o queratosis actínicas, entre otros. Los problemas de melasma empeoran también después del verano.
Piel sana: los tips iniciales
Lo ideal es aplicar en casa productos con un alto contenido en principios activos antioxidantes e hidratantes que combatan las finas arrugas, la deshidratación, la falta de densidad de la piel. El plan de cuidados debe incluir: limpieza minuciosa de la piel, una mascarilla de hidratación intensa, aplicación de un sérum reparador y a continuación la crema de día o de noche. Además, para controlar la deshidratación de la piel es aconsejable utilizar una mascarilla hidratante todos los días durante un mes después de las vacaciones.
Asimismo es imprescindible una limpiadora facial y un tónico. Además, para aplicar de día: un producto rico en vitamina C combinado con una crema ultra hidratante y para la noche, un producto con retinol si hay manchas y, en el caso de que no las haya, uno con resveratrol.
La importancia de la prevención para la piel
-Continuar utilizando a diario un buen protector solar.
-Usar limpiadores suaves que se caractericen por un pH no alcalino y su alta tolerancia.
-Hidratar la piel facial mediante la aplicación de productos cosméticos dos veces al día. Cada tipo de piel precisa, según sus características, un hidratante específico.
-Elegir una buena crema hidratante corporal con componentes “humectantes” que atraigan el agua dentro de la piel y con componentes de efecto oclusivo, que sirven de barrera, para impedir la pérdida de agua epidérmica.
-Aprovechar la noche para tratar la piel según las necesidades o la edad.
-En zonas en las que la piel haya sufrido mayor agresión, utilizar cosméticos específicos indicados por el dermatólogo con contengan antioxidantes como la vitamina C y E.
-Utilizar cosméticos con productos queratolíticos a base de ácido retinoico o hidroxiácidos, aplicapeelings superficiales o medios realizados por dermatólogos que ayudarán a la salud cutánea de tu piel.
La función del colágeno en la piel
El colágeno es realmente una sustancia proteica muy valiosa para los animales y especialmente para los seres humanos. Es el nutriente más abundante de la piel y de los huesos, y la piel “lo reclama” con justa causa en esta época de transición entre el verano y la proximidad del otoño.
El saldo para la piel luego de largas jornadas de exposición al sol, mar, arena y viento, que como huellas indelebles va dejando el verano, es negativo. Es necesario poner en marcha un plan de recuperación interna y externa de la piel.
Se suma que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Y como tal, funciona como barrera de protección de factores externos, además de contribuir a mantener íntegras las estructuras del organismo y evitar que las bacterias se alojen con facilidad. Además, ayuda a eliminar los excesos de agua, toxinas y elementos grasos.
El estrés, la depresión, fumar, el consumo de alcohol y café, dormir poco o mal, la exposición al sol en horarios desaconsejados, una incorrecta alimentación y llevar una vida sedentaria son algunos de los grandes enemigos de la salud de la piel.
Para el médico dermatólogo Pedro Rovere, “al volver de las vacaciones los pacientes llegan con la piel deshidratada y con manchas. Se debe nutrir desde afuera con cremas, y por dentro, con alimentos que contengan vitaminas y antioxidantes. Además de seguir usando filtros solares todo el año más allá del verano, porque la piel expuesta al sol envejece”.
“La alimentación es importante, afecta, por ejemplo, en la seborrea y el brillo de la piel. Y, al igual que el sueño, es un factor muy importante que influye en la luminosidad de la piel”, explicó Demarchi, de la SAD.
La especialista destacó que “el desarrollo de nuevas tecnologías dermatológicas permiten que en la actualidad sea posible “quitar años” y marcas de la piel en una sola sesión, sin cirugías y con efectos duraderos.
A partir de los 25 años la proporción de colágeno en el cuerpo empieza a reducirse de forma paulatina y es allí cuando hay que comenzar a pensar cómo actuar para prevenir el envejecimiento prematuro.
La médica dermátologa Demarchi aconsejó que, dado que en el verano la piel se engrosa y pierde luminosidad como consecuencia de la exposición solar, cuando comienzan los meses de frío la prioridad es hidratar la piel profundamente, reparar los daños del sol y prepararla para luchar contra las agresiones del invierno, que también hace lo suyo y no hay que recibirlo desprevenida.
Para la doctora Agustina Vila Echagüe, dermatóloga y miembro de la ASLMS (American Society for Laser in Medicine and Surgery), es importante saber que en la actualidad existen múltiples herramientas que nos permiten devolverle al rostro gran parte de la lozanía perdida durante la exposición al sol. La clave es combinar distintas técnicas, desde las más sencillas hasta los láseres para obtener los mejores resultados de acuerdo a cada necesidad.
Las microinyecciones sobre la piel en las zonas de los párpados inferiores, los pliegues nasolabiales, las patas de gallo y las líneas del cuello ayudan a remodelar las arrugas y heridas -cicatrices del acné, estrías y la pérdida de volumen- y a promover el crecimiento y la regeneración celular.
El ozono está considerado una terapéutica médica alternativa biooxidativa, la ozonoterapia provoca una rápida liberación de factores de crecimiento desde las plaquetas a las células endoteliales a nivel de la superficie cutánea, lo que renueva las capas de la piel. Se realiza en forma transdérmica, ideal para recuperar la piel después del verano y contrarrestar los efectos de la radiación UV sobre el fotoenvejecimiento cutáneo.
1- Realizar con máscara una hidratación profunda.
2- Aplicar la mesoterapia francesa que brinda como resultado una piel luminosa y elástica.
La mesoterapia es un tratamiento a largo plazo que le da a la piel los medios para luchar contra el envejecimiento.
Consiste en la aplicación de un complejo nutritivo polirrevitalizante para la dermis. Su componente principal es el ácido hialurónico, y además tiene otros 54 ingredientes naturales -vitaminas, aminoácidos y minerales- que nutren al máximo la piel, mejoran la textura y dan luminosidad.
La piel flácida se reestructura, recupera la densidad, la elasticidad y se reafirma.
3- Y por último, una sesión de luz led, que ayuda a generar colágeno y elastina, y contribuye a dar mayor luminosidad a la piel. Este tratamiento no tiene recuperación y ya se puede volver a estar al sol al día siguiente.