Cuestionan la cobertura de las pruebas Aprender: en secundaria no respondió 1 de cada 4 estudiantes

Un informe nacional señala que se trata de un déficit que afecta la representatividad de los resultados, así como la posibilidad de hacer comparaciones en el tiempo. Por el contrario, la participación ha aumentado en el Nivel Primario. En un análisis de los operativos entre 2016 y 2023 observaron que persisten los bajos niveles de aprendizaje y las brechas por nivel socioeconómico.

Cuestionan la cobertura de las pruebas Aprender: en secundaria no respondió 1 de cada 4 estudiantes
Cuestionan la cobertura de las pruebas Aprender: en secundaria no respondió 1 de cada 4 estudiantes

Un informe nacional puso en evidencia que 1 de cada 4 alumnos de secundaria no participa de las pruebas de aprendizaje Aprender, lo cual implica un déficit que afecta la representatividad de los resultados, así como la posibilidad de hacer comparaciones en el tiempo.

El nuevo informe “¿Qué aprendimos de Aprender?”, de Argentinos por la Educación y Educar 2050, analiza cómo se desarrollaron las pruebas Aprender en cada provincia entre 2016 y 2023.

En secundaria, 25% de los estudiantes no participó -advierte- y señala que las evaluaciones se toman todos los años, pero la cobertura no es igual en todos los niveles. Sin embargo, en primaria, mejoró el porcentaje de estudiantes evaluados.

Un informe nacional puso en evidencia que 1 de cada 4 alumnos de secundaria no participa de las pruebas de aprendizaje Aprender
Un informe nacional puso en evidencia que 1 de cada 4 alumnos de secundaria no participa de las pruebas de aprendizaje Aprender

Además, destacan que las evaluaciones muestran que persisten los bajos niveles de aprendizaje, sobre todo en Matemática en secundaria, donde 8 de cada 10 estudiantes quedan por debajo de los desempeños esperados. El informe también advierte que el porcentaje de estudiantes que no logran los aprendizajes mínimos es aún más alto en las pruebas internacionales.

Mejoras: pruebas constantes y previsibles

Las evaluaciones nacionales de calidad educativa fortalecieron su frecuencia y previsibilidad desde 2016 según observan. Los autores son Alejandro Ganimian (Escuela de Educación de Harvard / Universidad de Nueva York) y Verónica Mesalles (Universidad de Nueva York), quienes repasaron el desempeño de las 24 jurisdicciones argentinas en las evaluaciones educativas nacionales entre 2016 y 2023. El trabajo será presentado hoy en el marco del XVII Foro de Calidad y Equidad Educativa de Educar 2050.

“Las pruebas Aprender han permitido consolidar una “cultura de la evaluación” en Argentina: la frecuencia se volvió más previsible y se puso el foco en Lengua y Matemática. Sin embargo, sigue habiendo desafíos significativos en la cobertura de las pruebas, los bajos niveles de desempeño de los estudiantes y las brechas de aprendizaje”, advierten.

El documento destaca que desde 2016 las pruebas Aprender se aplican todos los años, alternando entre la evaluación censal de primaria (en 6° grado) y la de secundaria (en 5° o 6° año, según la jurisdicción).

“El operativo Aprender ha tenido varios logros, entre ellos, alcanzar la previsibilidad de las materias y grados a evaluar cada año. Para mejorar su utilidad como herramienta de decisión, es importante mejorar algunos aspectos técnicos, como su cobertura y comparabilidad en el tiempo. Aún con estos puntos pendientes, el escaso progreso en sus resultados de calidad y equidad nos debería preocupar”, reflexiona Alejandro Ganimian.

Desempeño pobre y dispar

El informe también advierte que el porcentaje de estudiantes que no logra los aprendizajes mínimos es aún más alto en las pruebas internacionales. El trabajo muestra que los porcentajes de estudiantes con bajo desempeño todavía no volvieron a los niveles prepandemia. Incluso, los porcentajes de estudiantes con bajo desempeño supera las cifras registradas en 2016 en algunos casos.

En secundaria, 8 de cada 10 estudiantes quedan por debajo de los desempeños esperados en Matemática. En tanto, hay asimetrías entre el desempeño de los estudiantes más pobres y los más ricos; con brechas de entre 29 y 36 puntos.

Se observa que el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos aumentó en casi todas las materias y años desde 2016 (excepto en Lengua en el último año de secundaria).
Se observa que el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos aumentó en casi todas las materias y años desde 2016 (excepto en Lengua en el último año de secundaria).

Se observa que el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos aumentó en casi todas las materias y años desde 2016 (excepto en Lengua en el último año de secundaria).

Mientras tanto, el porcentaje de estudiantes que alcanza aprendizajes de excelencia es pequeño: entre 1 y 3 de cada 10 estudiantes se desempeñan en el nivel avanzado. En Matemática, en el último año de secundaria, la mitad de las jurisdicciones argentinas no tiene estudiantes en el nivel más alto.

Hay asimetrías significativas entre el desempeño de los estudiantes más pobres y los más ricos: viene aumentando en Lengua pero se redujo en Matemática.

“Estos datos son una herramienta fundamental en nuestro objetivo que es que todos los estudiantes tengan la oportunidad de aprender en la escuela”, comentó Victor Volman, Director del Observatorio de Argentinos por la Educación.

En Matemática, en el último año de secundaria, la mitad de las jurisdicciones argentinas no tiene estudiantes en el nivel más alto.
En Matemática, en el último año de secundaria, la mitad de las jurisdicciones argentinas no tiene estudiantes en el nivel más alto.

Qué hacer con los resultados de Aprender

A partir de la información relevada, los autores proponen una serie de recomendaciones para seguir fortaleciendo las pruebas y la “cultura de la evaluación” en el sistema educativo. Esas recomendaciones incluyen:

  • Determinar por adelantado la frecuencia, materias y grados/años que se evaluarán, para seguir reforzando la previsibilidad y la utilización de los datos de las pruebas.
  • Repensar los indicadores que se incluyen en los informes, para evitar el foco exclusivo sobre los aspectos más negativos y ampliar el rango de indicadores que se discuten en los medios y en la sociedad civil.
  • Revisar los aspectos técnicos de las pruebas, para entender por ejemplo por qué sus resultados difieren de los que surgen de las evaluaciones internacionales, pero preservando la comparabilidad en el tiempo.
  • Fortalecer las capacidades de evaluación de las provincias, para diversificar la información con la que cuentan y reducir su dependencia del gobierno nacional.

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