El Pésaj, conocido como la Pascua judía, es una festividad de gran significado para la colectividad hebrea, ya que conmemora la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto, así como su éxodo y travesía por el desierto hacia la Tierra prometida.
Este año, el Pésaj se llevará a cabo entre el lunes 22 y el martes 30 de abril, siendo los dos primeros y los dos últimos días considerados sagrados y no laborables.
La fecha del Pésaj, al igual que otras festividades judías, se ajusta al calendario gregoriano y varía según las fases de la luna, por lo que nunca cae en los mismos días.
Durante esta celebración, los judíos se reúnen en familia para llevar a cabo el Séder, una cena llena de simbolismos y rezos, donde se recuerda la historia de la liberación y se renueva el compromiso con los valores y la fe judía.
“Desde la salida de la primera estrella del lunes 22 de abril, la comunidad judía celebra Pésaj”, explican los expertos. Durante el Séder, se emplea el saludo “Jag Sameajen”, que en castellano significa “felices fiestas”, como una expresión de alegría y buenos deseos entre los participantes.
La tradición del Pésaj
La tradición del Pésaj ha evolucionado a lo largo del tiempo, desde sus orígenes como una fiesta de pastores que marcaba el paso del invierno a la primavera, hasta convertirse en una celebración de la libertad y la identidad judía.
En la actualidad, la preparación para el Pésaj incluye una limpieza rigurosa de la casa para eliminar cualquier resto de alimentos leudados, sustituyéndolos por matzá o pan ácimo, que simboliza la prisa con la que los hebreos tuvieron que huir de Egipto.
Según la tradición, el matzá era el alimento de los esclavos hebreos en Egipto, ya que era económico y se elaboraba rápidamente. Además, durante el Séder se consumen otros alimentos simbólicos, como el jaroset, el jrein y las verduras amargas, que forman parte de las bendiciones ceremoniales.
Para la comunidad más ortodoxa, el uso de la tecnología está restringido durante la noche del Séder y los días festivos, respetando así las tradiciones y costumbres ancestrales.
Esta fiesta, además de ser una ocasión para reunirse en familia y reflexionar sobre la historia del pueblo judío, es también un momento para renovar la fe y el compromiso con los valores de libertad, justicia y solidaridad que caracterizan la tradición judía.