“Descubrí tu personalidad en base al primer dibujo que ves en esta imagen”. “Qué signo del zodiaco es más celoso”. “Los nacidos en septiembre tienen más autoestima que quienes lo hicieron en mayo”. En las redes sociales y en los medios son una constante este tipo de contenidos y desafíos que, desde una postura lúdica y de esparcimiento, atrapan a todos. Y que llevan a uno, incluso, a interpelarse e intentar confirmar si por ver a un mono antes que un puma o haber nacido en mayo bajo el signo de Géminis impone más respeto que los demás.
Al igual que aquellas producciones audiovisuales en que se aclara que tal o cual contenido es una ficción y los personajes no son reales, estos test de personalidad y retos visuales suelen tener la advertencia de que no cuentan con el rigor científico correspondiente. Y hasta se aclara que suelen ser conclusiones generalizadas y a las que se llega en base a patrones comunes. La pregunta pasa a ser, entonces, ¿cuán fieles son los retos visuales para intentar determinar y describir la personalidad de una persona?
“La gente que participa de estos desafíos o que elige interiorizarse en estos contenidos sabe desde el principio que se trata de un juego. Más precisamente, de un juego para personas que quieren ponerle un estigma o rótulo a algo ya determinado. Ocurre lo mismo que con la sugestión: no hay sugestión sin alguien que lo habilite previamente”, destacó el psicólogo Mario Lamagrande.
“Si uno se mete en ese juego, ha decidido que le va a dar valor a lo que salga como resultado desde el principio. Si he decidido jugar, estoy dispuesto a aceptar lo que salga como resultado y sin muchas intenciones de cuestionarlo. La gente que cree en los signos del zodiaco, por ejemplo, ve en las otras personas ciertos rasgos que sobreestima. Eso es lo que se conoce en psicología como error fundamental de atribución, cuando veo a una persona de tal signo, lo primero que hago es atribuirle tal característica. Y cuando explicamos la conducta de los demás, justamente tendemos a hacerlo a través de maximizar esa característica o esas características”, se explayó Lamagrande.
Para el especialista, cuando una persona participa de alguno de estos test maneja las distintas características para acomodarlas a una determinada situación. “No hay un efecto azaroso, sino que es más como un pinball, con agujeritos estimados que se acercan con más o menos precisión a una característica. El mecanismo de estos retos virales que ‘definen’ la personalidad es el mismo que se plantea al momento de intentar definir la personalidad según los signos del zodiaco. Y, desde lo lúdico, uno tiende a sobreestimar eso”, resumió.
Test de personalidad y horóscopo: un esparcimiento
Bajo ningún punto de vista Lamagrande sostiene que estos test sean peligrosos o que puedan ofrecer resultados equivocados. En ese sentido, insiste que suelen usarse –y debería ser así siempre- como un juego, un momento de esparcimiento.
“En el caso de un signo zodiacal, se hace toda una atribución de antemano. Selectivamente, yo tengo una predisposición a leer de una manera determinada ciertas características de la misma manera en que hay personas que actúan de acuerdo a las atribuciones de rol (los varones bebes con ropa celeste, las mujeres bebé ropa rosada, por ejemplo). Es todo parte del mencionado error fundamental de atribución, y uno busca encuadrar en eso y hace todo para lograrlo. Y cuando eso pasa, quedamos atascados en ese molde”, destacó el psicólogo.
En el plano profesional y científico de la psicología, hay distintos test que permiten establecer ciertos patrones de personalidad en base a la figura que uno observa en una determinada imagen o a la forma en que dibuja ciertas cosas como árboles, montañas y casas.
“El más famosos en psicología es el Test de Rorschach. Allí yo tengo una imagen predeterminada y ya hay un estudio pre existente que establece cuáles son los elementos que voy a elegir. Hay respuestas populares en algunas imágenes -como, por ejemplo, una mariposa- y que también son esperadas, pero también hay otras que son menos originales y esperadas –como puede ser un murciélago-, aunque no son sorpresivas”, explicó Lamagrande, quien destacó que este tipo pruebas suelen ir acompañadas de otros test para aumentar el rigor científico, como puede pasar en una entrevista de selección de personal o en una pericia judicial determinada.
Cómo funcionan los desafíos virales
Para Lamagrande, hay características y patrones fundamentales que se repiten en estos test y al momento de explicar los resultados populares. Uno de ellos tiene que ver con cierta ambigüedad al momento de explicar los rasgos según la imagen que se observa o el signo.
“Parte de ese error fundamental de atribución se ve en el momento en que la gente quiere hacer coincidir ciertas características con las conclusiones de estos resultados. De la misma manera en que la gente decidió participar del reto, está decidida a hacer que los resultados coincidan”, destacó el psicólogo.
En ese sentido, Lamagrande destacó que al momento de desarrollar este tipo de desafíos, suele apuntarse a las respuestas populares para ya segmentar desde un primer momento los posibles resultados.
“De entrada se apunta a las respuestas populares. Mientras más información se va cargando de acuerdo a ciertos rasgos, más se aproxima o puedo dar con mayor cercanía las distintas características. Le gente suele pensar que es mágico, pero ya están popularizadas esas respuestas. Es fundamental desmitificar y entender, primero, que ya ha habido una población que ha participado; de la misma manera en que cada persona ya tiene una tendencia encaminada que pretende buscar y confirmar”, concluyó Lamagrande.
