Que una mujer no sienta deseo de tener relaciones sexuales al inicio de un encuentro no quiere decir que, si los preliminares son buenos, no llegue a tener un sexo desenfrenado después, alcanzando varios orgasmos y que estos sean de mayor intensidad comparados con otras veces en las que el deseo sí estaba presente desde el principio. Esto se debe a un único motivo: la pareja supo manejar los tiempos del juego previo y conocía a la perfección las zonas erógenas.
Sabido es que el órgano sexual que primero debe estimularse es el cerebro, pero pasar de ahí directamente a los genitales no es buena idea. Según la sexóloga estadounidense Laurie Watson, autora del libro Wanting Sex Again (Queriendo sexo de nuevo) muchas mujeres dan cabida a las relaciones sexuales sin tener un verdadero deseo, pero si las cosas se hacen bien, este acaba apareciendo. Y esto se logra alargando los preliminares, siendo cariñoso y retrasando el momento del coito hasta que la mujer esté realmente excitada, algo para lo que es muy útil saber qué zonas no genitales producen mayor excitación. Si se hace bien, Watson asegura que “el sexo puede acabar siendo salvaje y apasionado”, pues cuanto mayor es la excitación a la que se llega, más placentero es el orgasmo.
Esto se debe a que el coito requiere una preparación del cuerpo. De esta forma, los juegos previos son tan eficaces para dar placer como para preparar los sentidos y generar reacciones sexuales a los estímulos que se le brindan.
Cuáles son las zonas erógenas
En general las mujeres tienen más zonas erógenas que los hombres y esto se debe a que hay una mayor cantidad de terminaciones nerviosas receptivas a este tipo de estímulos. Sin embargo, aunque el mapa erógeno femenino tiene similitudes para todas, cada persona es única y puede sentir de manera diferente de acuerdo a su cuerpo
Además, no todas las zonas erógenas responden de la misma manera, por lo que hay que saber tocarlas para ayudar a la mujer a llegar a su máxima excitación.
Por regla general se consideran zonas erógenas al clítoris, los labios vaginales, los pechos, los pezones, el cuello, la parte interna de los muslos, el orificio anal y las orejas.
Pero como dijimos anteriormente, pasar de los besos en el cuello a frotar el clítoris, sin mediar caricias o besos en otras zonas del cuerpo, es demasiado brusco y prácticamente ninguna mujer disfruta eso.
Zonas erógenas alternativas de la mujer
Lo ideal es ir conociendo los lugares en los que cada mujer en particular es más sensible. Por eso, dejamos una lista alternativa, para que puedan ir probando y descubriendo qué le gusta a ella.
-El interior de la muñeca: esta parte es muy sensible y puede llegar a ser muy excitante. “Tiene muchas terminaciones nerviosas. Está justo en el punto en el que el cuerpo comienza a volverse más íntimo”, afirma Kate McCombs, educadora sexual y fundadora de Sex Geekdom.
-La nuca: Según un estudio de la revista Cortex, las mujeres eligieron esta zona erógena por encima de los senos y los pezones. “Es una zona muy sexy porque es vulnerable”, añade la experta, que sugiere comenzar por los lados del cuello, besarlo y tocarlo suavemente con los dedos.
-Los párpados: Besar los párpados refuerza la conexión con la pareja. Además, acompañarlos de besos en las mejillas o diferentes partes del rostro provoca relajación, a la vez que brinda ternura y un mejor encuentro entre ambos.
- Las orejas: Otro lugar de terminaciones nerviosas que pueden ser exacerbadas. Los expertos recomiendan explorarlas con los dedos y la lengua y morder los lóbulos, siempre y cuando no metamos la lengua directamente en el conducto, ya que es molesto y no todos disfrutan de ello.
-Detrás de la rodilla: “Es otra área con terminaciones nerviosas donde no nos tocan a menudo”, dice McCombs. “Tocar la parte de atrás de las rodillas y llegar hasta los muslos es íntimo y te acerca a la atracción principal”, añade la experta.
- Los pies: Este punto es especialmente controvertido, ya que hay tantas mujeres que aman como las que odian que les toquen los pies. Peor aún si la intención es besarlos o lamerlos. Para aquellas a las que les gusta, les provoca una enorme excitación. En estos casos, lo ideal es comenzar con caricias suaves, luego recorrerlos con la lengua entre los dedos para finalmente meterlos en la boca.
-Los glúteos: Muchas mujeres disfrutan las caricias en los glúteos, ya sea con o sin fines eróticos. Son una buena zona para acariciar o masajear tanto en el juego previo como durante el coito, ya que también estimula toda la parte genital.
-La cintura: Aunque a algunas mujeres les produce cosquillas, a otras les resulta súper excitante una caricia suave, con las yemas de los dedos, con los labios o con la lengua.
Ránking de zonas erógenas
Según un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Sexual Medicine, no todas las zonas erógenas del cuerpo de la mujer responden igual al mismo tipo de contacto. Los científicos canadienses responsables del estudio seleccionaron a un grupo de 30 mujeres, de entre 18 y 35 años, y aplicaron distintos tipos de tocamientos en diversas partes de su cuerpo: las zonas del perineo (clítoris, labios menores, vagina y ano), el pezón y la areola, los pechos, el cuello, el antebrazo y el abdomen. Tras estimular cada zona durante un segundo y medio con caricias, presión y vibración, preguntaron a las mujeres qué habían sentido.
En lo que respecta a las caricias, el cuello, el antebrazo y el margen vaginal son las áreas más sensitivas, y la areola, la que menos. El clítoris y el pezón son las partes más sensibles a la presión, los pechos y el abdomen las que menos. También el clítoris y los pezones son las partes más sensibles a la vibración.
En el top ten de la clasificación de rasconas erógenas femeninas, estableciendo el grado de sensualidad, se encuentran el clítoris (9,1), la vagina (8,4), los labios (7,9), el cuello (7,5), los pechos (7,3), los pezones (7,3), la parte interna de los muslos (6,7), la nuca (6,2), las orejas (5) y, finalmente, el orificio anal (4,7).